Médicos nicaragüenses denuncian que están siendo despedidos por criticar la gestión del Gobierno ante el coronavirus
Más de una docena de especialistas sostiene que fueron despedidos por “criticar la negligencia oficial”, mientras otros aseguran que son obligados a “cambiar el diagnóstico de COVID-19 por otras causas”.

MANAGUA
Por: Wilfredo Miranda Aburto
La doctora María Nela Escoto fue convocada la mañana del 9 de junio a la oficina de recursos humanos del hospital Antonio Lenin Fonseca, uno de los principales centros sanitarios de Nicaragua. La anestesióloga intuyó la razón del llamado, pero guardó la compostura. Fue hasta que salió de la oficina que comenzó a gritar, agitando un papel con las manos: su carta de despido.
“Esto es sin causa justa. Ni siquiera tengo un llamado de atención en mi desempeño personal. Están cumpliendo las órdenes de Gustavo Porras”, dijo la especialista, haciendo referencia al médico, presidente del Parlamento nicaragüense y principal operador político del gobierno de Daniel Ortega en el sector salud. “Me despiden porque yo sí he alzado la voz por lo que es justo. Soy médico, no política. Es demasiado”, lamentó.
La doctora Escoto hace parte de la más de una docena de médicos especialistas que han sido despedidos en la última semana por el Gobierno de Daniel Ortega, en medio del rápido ascenso de la pandemia de COVID-19 y del desborde del sistema sanitario debido al alto número de pacientes. El personal sanitario afectado alega que la razón del Gobierno para despedirlos es “una represalia política”.
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La mayoría de la docena de especialistas despedidos hasta este 11 de junio (el número aumenta cada día) ha firmado varios comunicados en los que le exigen a la administración sandinista una mayor acción ante la COVID-19.
Las cartas han sido firmadas por más de 700 médicos del sistema público y privado del país, quienes han criticado que el Gobierno convoque a aglomeraciones públicas, no decrete cuarentena, no realice test masivos y que no dote al personal sanitario de equipos de protección adecuados para contener el brote de la epidemia.
La última carta del personal de salud fue publicada hace tres semanas. En esta, advirtieron que el nuevo coronavirus había iniciado la etapa de transmisión local y comunitaria, así como la fase de “ascenso rápido” de la curva contagiosa.
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La advertencia de los médicos fue rechazada por el Gobierno, que según ellos menos de un mes después comenzó a despedirlos. Antes, la vicepresidenta, Rosario Murillo, había calificado a los médicos que hicieron estas críticas como “cerebros deformes”.
El primer despido fue el del infectólogo Carlos Quant, uno de los poquísimos especialistas en esa materia en Nicaragua. Quant fue sacado a empujones del hospital Manolo Morales, en Managua, con una carta de despido que le achacaba “abandono laboral”, una afirmación que ha sido negada por este médico, uno de los pocos que critica la gestión gubernamental ante la enfermedad COVID-19 en medios de comunicación sin pedir anonimato.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos tomó nota de estos despidos. “La vulneración de derechos, como la libertad de expresión, puede causar daños incalculables al esfuerzo orientado a contener la #Covid-19 y sus nocivas repercusiones socioeconómicas. El acceso a la información no solo es un derecho humano, también salva vidas”, expresó la oficina dirigida por la expresidenta chilena Michelle Bachelet.
“Lamentablemente, el mensaje que dan las autoridades del Gobierno es que nadie puede alzar su voz, que nadie puede opinar ante la negligencia”, dijo a la Agencia Anodolu el cirujano y coloproctólogo Carlos Martínez Vega, integrante de la Asociación Médica Nicaragüense.
El cirujano criticó que el Gobierno despida a médicos especialistas, como infectólogos, internistas, oncólogos y anestesiólogos, entre otros, hecho que considera alarmante.
“Por desgracia están despidiendo a profesionales de la salud con más de 20 años de experiencia. Algunos de hasta más de 30 años. La experiencia acumulada no se compara ni se reemplaza con nada. El impacto lo sentirá la población de más escasos recursos, porque son los hospitales públicos los que sufren esas pérdidas”, dijo el doctor Martínez Vega.
El doctor Vega advirtió que si el Gobierno de Ortega “no redirige sus políticas ante el coronavirus”, Nicaragua “está a las puertas del holocausto sanitario”.
Actualmente, el Ministerio de Salud (Minsa) reporta en Nicaragua 1.464 casos confirmados de coronavirus y 54 muertes. Sin embargo, el Observatorio Ciudadano de la COVID-19 reporta más de 4.000 contagios y más de mil muertes.
Médicos denuncian que “disfrazan” casos
Este jueves, un sector de los especialistas acudió a un organismo de derechos humanos local para denunciar que el Ministerio de Salud los obligaba a “cambiar el diagnóstico de COVID-19 por otras causas”.
“Eso es una orden ministerial. Yo lo tengo constatado por los médicos que están atendiendo en la sala COVID-19”, dijo la doctora Escoto. “Me han expresado que es orden directa no poner COVID en ningún diagnóstico, y aunque tenga las pruebas positivas de los pacientes, se le pone neumonía atípica, o en la actualidad se está indicando que se ponga la comorbilidad del paciente. Por ejemplo, si era diabético, que murió por causas asociadas a la diabetes”.
El personal médico también denunció que el Minsa les empezó a prohibir las pruebas de COVID-19 cuando 12 doctores dieron positivos, bajo el argumento de que los “doctores alarman a la población”.
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Según fuentes médicas, más de 80 funcionarios del personal sanitario se han contagiado de coronavirus, pero las autoridades no lo reconocen. Al mismo tiempo, al menos 15 médicos han fallecido por problemas respiratorios asociados a la pandemia.
“Ante una pandemia, no le encuentro explicación a estos despidos. La pandemia no respeta religión, raza y credo político. Los elementos que pierde el sistema sanitario público son fundamentales en estos momentos”, agregó el doctor Martínez Vega.