Claves para entender el enfrentamiento entre Turquía y Grecia en el Mediterráneo oriental
La búsqueda de recursos energéticos ha generado tensiones entre los Estados que tienen costa hacia el Mediterráneo y reclaman el derecho sobre las fuentes de hidrocarburos que existen en él.

BOGOTÁ, Colombia
Por: Juan Felipe Vélez Rojas*
Ante el incremento en las tensiones en el Mediterráneo oriental en recientes semanas, generadas por las diferencias entre Turquía y Grecia, han surgido alarmas sobre un posible enfrentamiento militar.
Pese a que esta zona marítima es relativamente pequeña en comparación con otras zonas del mundo, países como Turquía, Grecia, la República Turca del Norte de Chipre (RTNC), la Autoridad Griega del Sur de Chipre (AGSC), Egipto, Israel, Siria y Líbano, entre otros, tienen costas en el Mediterráneo y reclaman los derechos de las fuentes de hidrocarburos que existen en él.
Según un estudio de 2010 del Servicio Geológico de Estados Unidos, la zona cuenta con una reserva de tres billones de metros cúbicos de gas y 1.700 millones de barriles de petróleo, reservas considerables para que cualquier Estado o región logre una relativa seguridad e independencia energética.
El 21 de julio de 2020, Turquía comunicó el inicio de una nueva actividad de exploración sísmica en el Mediterráneo oriental con su barco sísmico MTA Oruc Reis, a través de un aviso a navegantes (NAVTEX), un servicio automatizado que tiene por objeto la difusión de radioavisos náuticos.
Ante el anuncio, el ministro de Exteriores griego, Nikos Dendias, aseguró que dicha actividad violaba los derechos de su país en su plataforma continental del Mediterráneo oriental.
Pese a que el Gobierno turco detuvo la exploración en medio de diálogos con Atenas, esta se reanudó cuando Grecia y Egipto firmaron el pasado 6 de agosto un acuerdo marítimo para establecer una zona económica exclusiva (ZEE) entre ambos Estados.
"El acuerdo permite a Egipto y Grecia avanzar en la maximización de los beneficios de las riquezas disponibles en las zonas económicas exclusivas de ambos países, particularmente las prometedoras reservas de gas y petróleo", señaló el ministro de Exteriores egipcio, Samé Shukri, en una declaración al diario Al Ahram.
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El acuerdo fue criticado por Turquía, que señaló que este buscaba excluir a su país del Mediterráneo oriental y encerrarlo en el golfo de Antalya. Así mismo, resaltó su propia jurisdicción marítima, los derechos e intereses de los turcochipriotas y agregó que el área demarcada en el pacto se encontraba en la plataforma continental de Turquía, tal como Ankara le informó a la ONU.
Y es que cualquier acuerdo sobre la zona marítima incluye los reclamos territoriales de Chipre, una isla que ha sido en las últimas décadas el foco de las tensiones entre Turquía y Grecia.
Chipre es un Estado internacionalmente reconocido, pero solo controla dos tercios de la isla. El tercio restante (el norte de la isla) fue ocupado por Turquía en 1974.
En ese año, el Estado turco lanzó una operación luego de un golpe de Estado en el que Grecia se anexionó la isla de Chipre, por lo que Ankara se vio obligada a intervenir como poder garante. Más tarde, en 1983, se fundó la República Turca del Norte de Chipre.
Desde hace varias décadas ha habido varios intentos por resolver la disputa de Chipre, pero todos han terminado en fracaso. La última oportunidad, en la que participó Turquía, Grecia y el Reino Unido como países garantes, finalizó en 2017 en Suiza sin ningún resultado.
La Autoridad Griega del Sur de Chipre (AGSC), miembro de la Unión Europea, ha otorgado licencias a empresas internacionales para la exploración de gas en el Mediterráneo oriental, a lo que el Gobierno turco ha sostenido que los turcochipriotas tienen los mismos derechos que los grecochipriotas, por lo que la RTNC debería beneficiarse de los recursos de hidrocarburos equitativamente.
Así mismo, la administración grecochipriota firmó un acuerdo con Israel y Grecia para la construcción del 'Gasoducto Mediterráneo Oriental' (Eastmed), el cual prevé la entrega de gas natural israelí a través de una tubería marítima que pasará por Chipre, la isla de Creta y Grecia hasta llegar al continente europeo, excluyendo a Turquía.
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Sin embargo, la administración turcochipriota y el Gobierno turco han resaltado que el Eastmed no es posible debido a la firma de un acuerdo entre Turquía y el Gobierno libio, con el cual se creó una zona económica exclusiva que va desde el sur de Turquía hasta el norte de Libia, por lo que cualquier proyecto en esa zona marítima debe ser consultado con el lado turco.
Así mismo, Ankara ha enfatizado que no reconoce las áreas declaradas unilateralmente por Chipre del Sur como ZEE, donde operan compañías de energía de EEUU, Reino Unido, Francia e Italia.
La administración turca ha subrayado que no permitirá a estas partes realizar operaciones de búsqueda y producción en las áreas que entran en conflicto con la autoridad marítima de Turquía.
Además, el Estado turco ha insistido en que Chipre del Sur no es un Estado que represente a toda la isla, por lo que no tiene derecho a crear una ZEE ni a ofrecer estas áreas para contratos.
Francia y Egipto
Ante el incremento en las tensiones, Francia decidió aumentar su presencia militar en la zona, dando un claro respaldo a Grecia. Incluso, el presidente francés, Emmanuel Macron, exigió sanciones de la UE contra Turquía, argumentando que ha cometido "violaciones" de las aguas griegas y chipriotas.
Las declaraciones de Macron se dieron dentro del marco de las diferencias entre París y Ankara con respecto a Libia. Mientras Turquía respalda al Gobierno libio reconocido por la ONU y liderado por el primer ministro Fayez Serraj, Francia apoya al general golpista Jalifa Haftar, ubicado al este del país.
El general libio también es respaldado por el Gobierno egipcio de Abdelfatah Al-Sisi, quien inició la negociación de la ZEE con Grecia hace más de tres años, cuando el líder egipcio visitó Atenas.
Varios expertos aseguran que Al-Sisi utiliza la energía y el Mediterráneo oriental como un medio político contra Turquía, que no reconoce el golpe de Estado militar a través del cual Al-Sisi derrocó al primer presidente de Egipto elegido democráticamente, Mohamed Morsi.
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La postura de Egipto y Francia hacia Turquía se manifestó cuando ambos Estados, junto con Grecia, Emiratos Árabes Unidos y Chipre del sur, emitieron una declaración conjunta en la que urgían a Turquía a respetar los derechos soberanos y las zonas marítimas del Mediterráneo oriental.
Egipto aseguró que los estudios sísmicos de Turquía en el Mediterráneo oriental tenían el potencial de violar la ZEE egipcia y señaló que "el Navtex que Turquía emitió el mes pasado es una violación y un ataque a los derechos soberanos de Egipto", y añadió que no permanecerá indiferente a esto.
Las amenazas no pasaron desapercibidas por Ankara, que reiteró que Grecia “desató el caos en el Mediterráneo” y que de ahora en adelante Atenas sería la responsable de todos los conflictos en la región.
El Estado turco advirtió al Gobierno griego que no diera pasos en falso en la zona y le reiteró que estaba listo para hacer "lo que sea necesario" para proteger los legítimos intereses turcos en la región.
"Si (los griegos) quieren pagar un precio, dejemos que vengan y se enfrenten a nosotros. Si no tienen valor para hacerlo, deberían apartarse de nuestro camino", advirtió el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Posibilidad de enfrentamientos
En declaraciones al corresponsal de la Agencia Anadolu, el profesor de relaciones internacionales en la Universidad Politécnica de Oriente Medio (ODTU), en Estambul, Huseyin Bagci, señaló que la tensión entre Turquía y Grecia es artificial, por lo que descarta cualquier conflicto bélico entre ambas naciones.
Así mismo, el experto aseguró que es muy difícil que toda la Unión Europea (UE) adopte una postura en contra de Turquía, especialmente mientras Alemania ejerza la presidencia del bloque.
Por su parte, Hasan Koni, profesor en la Universidad Cultura de Estambul, también consideró poco probable un conflicto armado entre Turquía y Grecia y añadió que en tal caso Estados Unidos, Israel, Rusia e Italia podrían impedirlo.
A esto se agrega la posición de Alemania y de la OTAN, que han enfatizado en que se deben retomar los diálogos, evitar el escalamiento de la situación y solucionar las diferencias por medio del derecho internacional.
Igualmente, tanto Grecia como Turquía han expresado repetidamente su interés en solucionar sus diferencias por medios diplomáticos y evitar el escalamiento de las tensiones.
Diferentes analistas han señalado que dichas tensiones podrían solucionarse por medio de acuerdos regionales, los cuales de cierta manera asegurarían que los intereses de los países involucrados en el Mediterráneo oriental sean respetados y, además, permitirían que sus recursos sean repartidos equitativamente.
*El autor es periodista de la Universidad del Rosario con magíster en Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes.
*Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.