Experto dice que Grecia y el Sur de Chipre no buscan una solución a las disputas en el Mediterráneo, sino concesiones
Así lo afirma el profesor turco-chipriota Huseyin Isiksal, quien analiza la situación actual de las negociaciones exploratorias entre ambos países.

Istanbul
Por: Dr. Hüseyin Işıksal*
Recientemente se han visto avances importantes respecto a las disputas territoriales en Chipre y la región del Mar Egeo y sus islas. El factor principal de esta nueva dinámica son sin duda las medidas adoptadas por la parte turca y su deseo llegar a una solución a las disputas marítimas en la región.
El retorno al puerto del barco de exploración de hidrocarburos de Turquía, el Oruc Reis, es parte de este nuevo proceso; además, se comenzó una reevaluación de la problemática de la delimitación marítima de las islas en el Egeo sobre un marco técnico y después de cuatro años y medio de que se detuvieran las conversaciones exploratorias entre Turquía y Grecia, las conversaciones entre las partes se reanudaron en Estambul el pasado 25 de enero y ganaron aún más impulso.
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Después de estas negociaciones, la parte turca nuevamente compartió su enfoque positivo y afirmó: "Es posible resolver todos los problemas, incluido los del Egeo, tenemos plena voluntad para esto, la paz y la estabilidad regionales son de interés para todos".
Asimismo, la parte turca, recibió positivamente la propuesta de discutir la división de la isla de Chipre durante una conferencia multilateral y señaló que estas iniciativas solo fueron posibles gracias ideas nuevas y creativas.
Sin embargo, mirando la otra cara de la moneda, la parte griega no quiere que todos los problemas del Egeo y el Mediterráneo Oriental estén sobre la mesa en las conversaciones exploratorias, y declaró desde el inicio que solo discutirá la limitación de las jurisdicciones marítimas, es decir, estableciendo una condición previa para las conversaciones.
Los problemas entre los dos países no se limitan al Egeo. La superposición de jurisdicciones marítimas sobre una gran área, las islas griegas armadas en violación del Tratado de Lausana, la reconsideración del estatus legal de 152 islas, islotes y rocas ocupadas por Grecia pero cuya pertenencia se desconoce en el Egeo, contrario al derecho internacional; los recursos de hidrocarburos en la región y los problemas de la isla de Chipre, que se han vuelto más importantes con el aumento de los flujos migratorios, continúan enfrentando a las dos partes.
¿Qué busca la parte griega?
Debido a sus condiciones geográficas únicas, Grecia y Turquía tienen cada uno 6 millas de aguas territoriales y tienen muchas islas con fronteras marítimas sin acordar. Sin embargo, Grecia quiere aumentar sus fronteras marítimas a 12 millas haciendo uso de la Convención Internacional sobre el Derecho del Mar de 1982, a pesar de que Turquía no haya sido un signatario de esta convención.
En caso de tal movimiento, Turquía ha indicado anteriormente que esto sería un casus belli. Grecia también está tratando de aumentar la tensión no solo en el Mar de las Islas del Egeo sino también en el Mediterráneo Oriental, al afirmar que las islas de esa región son parte de su plataforma continental y zona económica exclusiva (ZEE).
Entonces, ¿a qué apunta la parte griega a pesar de que su población, tierra, poder militar y sus recursos económicos son limitados? ¿Grecia realmente quiere una solución en el Egeo y el Mediterráneo Oriental? La respuesta a esta pregunta la ofrecieron los responsables de la toma de decisiones griegos en enero.
Gracias a una decisión aprobada por el Parlamento griego el mes pasado, Grecia amplió su soberanía en aproximadamente un 10%, aumentando sus aguas territoriales a 12 millas en el mar Jónico.
El canciller griego Nikos Dendias afirmó con gran orgullo político que el territorio del país se había expandido por primera vez desde 1947 y el primer ministro Kyriakos Mitsotakis expresó su determinación de hacer lo mismo en las islas de Creta y el Islas del Egeo y se marcó sus objetivos con mucha claridad.
El lado griego sigue una política expansionista en el Mediterráneo Oriental utilizando las islas para expandir sus fronteras marítimas, siendo estas las únicas cartas de triunfo en sus manos.
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El país balcánico quiere expandir su territorio en el Egeo y el Mediterráneo oriental ignorando los derechos de la plataforma continental en el Mediterráneo Oriental de Turquía y quiere tomar control del Golfo de Antalya.
Si el plan maximalista de Grecia se realiza, el territorio marítimo de Turquía en el Mediterráneo Oriental se reduciría en un 80%, pasando de 189 mil kilómetros cuadrados a unos 41 mil kilómetros cuadrados.
Para lograr esto, Grecia intenta aislar a Turquía, el país que tiene la costa más larga del Mediterráneo Oriental, estableciendo alianzas regionales e intentando establecer un orden energético y de seguridad que excluye tanto a Turquía como a los turcochipriotas.
El error del lado griego en Chipre
En cuanto a la isla de Chipre, Grecia apoya a la Administración grecochipriota de la parte sur de la isla, que se negó a compartir el poder, la igualdad política, los recursos naturales y la riqueza con los turcochipriotas en todas las negociaciones que han estado en curso desde 1968, y afirma que renombrará a la isla como su "patria" y la "unirá a Grecia".
La administración griega al mismo tiempo cataloga como "tropas extranjeras" a la presencia militar continua de Turquía en Chipre. Los depósitos de hidrocarburos recientemente descubiertos por parte de Turquía han aumentado aún más la importancia geoestratégica de Chipre y esto afectará las concesiones políticas en el área de la jurisdicción marítima.
Para resumir, mientras Turquía ha dado pasos para solucionar las disputas en la región con Grecia y la Unión Europea (UE) ha elogiado la iniciativa de Ankara, el lado expansionista griego y grecochipriota no pareciera estar en busca de una solución a las disputas, sino una concesión en el Mediterráneo Oriental y Chipre. Además, estos dos países, que no pueden interpretar bien la coyuntura internacional y regional, y siguen cometiendo el error de querer concesiones por parte de Turquía solo por el hecho de ser miembros de la UE.
El estancamiento conducirá a mayores crisis políticas
Los esfuerzos de Grecia y el lado grecochipriota, que tienen un poder político, económico y demográfico limitado, para manipular toda la política de la UE hacia su favor con respecto al Mediterráneo Oriental, solo están impulsados por sus propios intereses y probablemente se enfrentarán a una seria oposición en la unión.
Si no se resuelve el problema de las jurisdicciones marítimas en el Mediterráneo Oriental, es obvio que la región enfrentará mayores crisis políticas. Ninguno de los bandos se beneficiará de una agitación política tan grande. De hecho, sería posible resolver todos los problemas de la región.
Sin embargo, los recientes desarrollos regionales demostraron una vez más que es necesario que se produzcan los acuerdos necesarios para la paz y la estabilidad en la región y estos no son posibles sin la presencia de Turquía, uno de los países más poderosos en la región del Mediterráneo Oriental. Para esto será necesario que la parte griega contribuya a los deseos de cooperación impulsados por Turquía.
*El profesor Huseyin Isiksal es el Asesor Especial para Relaciones Internacionales y Diplomacia y miembro del Comité de Negociación de la Presidencia de la República Turca del Norte de Chipre.
*Camilo Hernández contribuyó a la redacción de esta nota.