Carros mensajeros, serenatas y otros empleos en extinción que revivieron gracias al coronavirus
En Sao Paulo, Brasil, varios negocios que ya no tenían clientela, como los carros mensajeros, las serenatas y la entrega de flores revivieron con la cuarentena y ofrecen oportunidades de empleo.

Sao Paulo
Por: Federico Cornali
En tiempos de coronavirus, miles de empresas se vieron obligadas a adaptarse o a flexibilizarse para no cerrar sus puertas. Algunas, sin embargo, no resistieron; otras tambalean. Pero, por otro lado, la pandemia también trajo de vuelta algunas profesiones que parecían extintas, costumbres de otros tiempos.
El “carro-mensajero”, las serenatas al pie de los balcones y los envíos de rosas o desayunos son parte de un combo de ocupaciones “vintage” que se convirtieron en una nueva oportunidad para quienes habían perdido las esperanzas.
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“Una revancha, otra forma de sobrevivir”. Así describe Daniel Bassani, despedido de su empleo en una empresa de logística, su nuevo rol como músico de serenatas.
A los 32 años, Bassani perdió su cargo por una reducción drástica de la plantilla y echó mano de lo que mejor le sale: tocar la guitarra y el saxofón.
“Soy un poco tímido y nunca me imaginé tocando a pedido en las puertas de los hogares o debajo de los ventanales”, dice el paulista que ya integró bandas de covers.
“Tocar en bares, con amigos y por hobbie es muy diferente. Aquí estoy solo y de estas presentaciones dependo para cubrir mis gastos. Por lo menos, hasta que todo esto pase”, explica.
Sus presentaciones duran, en promedio, unos 20 minutos. “Ya toqué hasta por 40 minutos en un cumpleaños durante una de mis primeras salidas, pero la mayoría suelen ser más cortas, entre dos o tres canciones”, describe Bassani.
El músico ya realizó más de 10 shows y su público es amplio: desde una abuela que cumplía en soledad sus 80 años, por encargo del hijo, hasta un pedido de casamiento, en Perdizes, zona oeste de Sao Paulo. “Muchas veces los vecinos abren las ventanas y me aplauden. Pero ya me llevé alguno que otro insulto, también porque no todos están de humor para la música”, cuenta.
Barista y especialista en café, Caio Tucunduva estaba ansioso por concretar el sueño de abrir su propio ‘coffee bar’ en el barrio de Pinheiros, al oeste de la capital paulista. La inauguración estaba programada para el viernes 27 de marzo. Sin embargo, tres días antes se decretó la cuarentena en el estado.
“En el momento sentí que se me venía el mundo abajo, no sabía cómo nos íbamos a mantener, ya que el gasto para dejar todo listo había sido grande”, cuenta el dueño de Café Hotel Espresso Bar.
Después de algunas reuniones con socios y amigos, el barista decidió ampliar sus servicios. A las entregas de paquetes de café a domicilio le agregó, primero un servicio de desayuno puerta a puerta y, luego, al ver que funcionaba, le sumó el envío de flores o cartas especiales para armonizar el café o la comida de los agasajados.
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Fundado en 2017, Contém Flores es un pequeño container ubicado al lado de la peluquería Na Bahía. Ambos comercios pertenecen a Lenir Bragantin, de 63 años.
“Contém Flores comenzó después de recibir varios elogios de clientes y amigos por la belleza de los ramos de flores que decoraban mi peluquería. Al tiempo, pusimos un container lleno de flores justo al lado, con autoservicio”, cuenta Lenir.
Ubicado en Higienópolis, en el centro de Sao Paulo, la mecánica es simple y basada en la confianza, ya que el container no tiene empleados que atiendan al público ni nadie vigilándolo. Es solo entrar, elegir y pagarlo al lado, en la peluquería.
“Nunca sentimos que nos hayan robado nada. Tal vez sí que pagaran menos de lo que decían llevar, pero ahí ya es un problema de la persona y no nuestro”, explica Ruchelle Crepaldi, hija de Bragantin.
Con la llegada del coronavirus, la familia tuvo que suspender las actividades en la peluquería. El container abre esporádicamente, algunas horas durante los fines de semana.
“Lo que nos mantiene en pie, y muy activos, es el delivery de flores. Sobre todo, el envío de rosas. No solo como arma de conquista, sino también para demostrarse afecto entre familias separadas por la pandemia o como un simple gesto para aquel ser querido que no ven desde hace un tiempo por la cuarentena”, cuenta Crepaldi.
“Antes del COVID, nosotros trabajábamos con encomiendas mayores para casamientos o fiestas, pero el ‘boom’ durante la cuarentena están siendo los envíos particulares de rosas. Los hacemos nosotros mismos o contratamos alguno de los servicios de mensajería”, agrega la socia de Contém Flores.
En la Freguesia do O, distrito noroeste de la capital paulista, Locuras de Amor es una de las pocas empresas de carro-mensaje en vivo que aún resisten desde los años dorados de la modalidad, en la segunda mitad de la década del 90’.
Se trata de un carro con parlantes que transmite mensajes y que se usaba en Sao Paulo para declarar pasiones, sorprender a cumpleañeras o entregar regalos. Básicamente, era un vehículo con un buen equipo de sonido y un imponente juego de luces. Además, claro, un animador o animadora que se encargaba de moderar el servicio.
“Aún nos mantenemos porque en los barrios de las afueras de Sao Paulo quedan familias muy aferradas a estas costumbres. Pero tuvimos que expandirnos y, más allá de lo que era tradicional, ahora también trabajamos con reconciliaciones, proyectamos videos, alquilamos juegos y animamos eventos”, dice Darcio Souza, uno de los socios de Locuras de Amor.
Lo que Darcio no esperaba era que una pandemia pudiese ayudarlo a que sus negocios volvieran a salir a flote. “Antes del coronavirus teníamos que hacer de todo y conseguíamos una o dos participaciones por fin de semana. Desde que empezó la cuarentena tenemos entre ocho y 10 trabajos de viernes a domingo, y algunas participaciones durante la semana también”, explica.
“Claro que no me deja feliz porque este virus se está cobrando vidas, pero yo necesito aprovecharlo: los carros de mensajes en vivo estaban desapareciendo”, aclara.
Atentos a las medidas divulgadas por el ministerio de Salud, antes de cada evento los representantes de Locuras de Amor avisan por WhatsApp a los clientes, que para la presentación deben usar máscaras médicas y mantener la distancia mínima entre los participantes.