¿Qué instrumentos tienen los Estados para hacerle frente a la crisis económica generada por el COVID-19?
La política fiscal y la política monetaria de cada país serán fundamentales a la hora de enfrentar la crisis económica, así como repensar las metas de inflación en aras de fomentar la generación de empleo.

Colombia
Por: Santiago Peña Aranza
A seis meses de ser declarada por la OMS como una pandemia, la existencia de varios proyectos de vacuna hace pensar que el mundo podrá volver a ser como antes, sin embargo recuperar la economía no será tarea fácil.
Según el informe de Perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial de junio de 2020, la recesión ocasionada por la pandemia de COVID-19 (y las medidas para contenerla) será la peor “desde la Segunda Guerra Mundial”; y esta sería la primera vez, desde 1870, que “tantas economías experimentarían una disminución del producto per cápita”.
¿Qué tiene un Estado para reactivar la economía?
En este contexto de crisis profunda parece poco probable que los Estados dejen la solución al libre actuar de las fuerzas del mercado.
Esto pone en crisis el discurso económico neoclásico y centra la atención en el Estado y los instrumentos que tiene para intervenir la economía, ya sea directa o indirectamente, y así influir en el nivel general de los gastos de consumo, de inversión y del Gobierno (gasto público).
Ver también: ¿Podría el coronavirus llevar al Estado a un mayor protagonismo en la economía?
El nivel de empleo depende directamente de estos tres últimos factores.
Política fiscal
Un Gobierno puede influir o controlar la economía mediante los impuestos y el gasto. Los impuestos son una de las fuentes de ingreso más importantes de un Estado.
Si son altos, las personas tendrán menos dinero disponible para consumir en el mercado. Pero si son bajos, podrán hacerlo más o aumentar su ahorro. La importancia del consumo está en que cuando se reduce, alguien pierde su empleo.
Suena sencillo, pero esto también depende de qué tan progresivos sean los impuestos en un país. Es decir, de si pagan más impuestos los que más tienen o no.
Se cree erróneamente que si le bajan los impuestos a las empresas, al tener más dinero disponible contratarán a más empleados. Lo cierto es que ese dinero disponible probablemente les elevará las utilidades.
La contratación de una persona adicional dependerá más de si es necesaria para aumentar la producción, y una empresa busca aumentar su producción solo cuando está segura de que la demanda está garantizada.
Y la demanda está garantizada cuando la gente tiene empleo y dinero para consumir. Ahora bien, el gasto del Estado, encabezado por el Gobierno, depende en gran parte de los recursos que consiga mediante los impuestos.
Ver también: En medio de la subida del euro, el Banco Central Europeo se centrará en la inflación.El Estado es quizá el principal empleador de un país, ya sea brindando cargos en la administración o mediante la inversión en proyectos productivos o de infraestructura.
Si el Estado gasta más recursos de los que le entran, estará en una situación de déficit y también deberá endeudarse para cubrirlo. Si no quiere endeudarse, deberá hacer recortes. Y esos recortes generarán desempleo.
Otra forma en la que se expresa el gasto público es en la política social.
Política monetaria
Los bancos centrales de los países pueden influir en el nivel de inversión modificando las tasas de interés y la oferta monetaria.
Si las tasas de interés son altas, la gente se la pensará más de una vez para solicitar un crédito porque terminaría pagando mucho más por él.
Por el contrario, si son bajas, más personas estarán motivadas a endeudarse, ya sea para consumo o realizar una inversión.
Ahora bien, lo complicado del asunto es que si se bajan las tasas de interés para que aumente la inversión, y se aumenta el gasto del Estado para generar empleo, habrá inflación.
El reto generalmente es lograr un equilibrio, pero… ¿Amerita este contexto de crisis aceptar ciertos niveles de inflación en pro de la reactivación económica?
¿Qué están haciendo en las grandes economías?
Estados Unidos
El pasado mes de agosto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció las medidas ejecutivas que tomará si no puede llegar a un acuerdo para que el Congreso le apruebe un paquete de ayuda económica.
Aplazar impuestos salariales, extender el subsidio de desempleo, aplazar los pagos de los estudiantes por créditos educativos y condonarles los intereses, entre otras cosas.
De otro lado, también en agosto, la Reserva Federal anunció que permitirá, al menos por un tiempo, que la inflación crezca por encima del 2% para favorecer así la generación de empleo. Eso significa que las tasas de interés serán bajas temporalmente.
Eso probablemente lleve a una devaluación del dólar.
Europa
El Banco Central Europeo (BCE) estaría apuntándole a una meta del 2% de inflación. Suena baja, pero no tanto teniendo en cuenta que en agosto fue negativa.
Esto probablemente llevará a una devaluación controlada del euro, seguramente buscando un aumento de la inversión sin tener que tocar, de momento, las tasas de interés gracias al programa de compras de emergencia pandémica del BCE, que estaría inyectando liquidez.
Ver también: La Unión Europea busca reposicionar su economía para reducir su dependencia de Asia y EEUU.
China
Según Financial Times, el estímulo a las pymes hace parte de la política fiscal del gigante asiático, tanto a nivel nacional como local, así como el aporte del sector de la infraestructura.
Entonces en vez de aumentar el gasto, los chinos optaron por bajar un poco los impuestos, dar facilidades de pago a los deudores y bajar las tasas de interés entre un 0,5% y 1%.
Será interesante analizar cómo tratarán de contrarrestar el que algunos países, por ejemplo los de Europa, busquen reducir su dependencia de las importaciones chinas. Eso se sumaría a la guerra comercial con Estados Unidos, que probablemente se intensificará si Donald Trump logra la reelección.
Rusia
El Plan de Reactivación Económica de Vladimir Putin para 2020-2021, con el que pretende recuperar el empleo para dos millones de personas y una contracción del 5% del PIB, contiene unas 500 medidas.
Algunas son el aplazamiento del pago de créditos de consumo e hipotecarios y una suspensión de impuestos para pequeñas y medianas empresas (salvo el IVA). También ayudas para familias con niños pequeños.
Además, se ha ayudado a las empresas a que paguen un salario mínimo a sus trabajadores así estén cerradas, esto con la condición de que mantengan al menos el 90% de la nómina.
Aparte de esto, en Rusia existe un Fondo Nacional de Bienestar de EUR 160.500 millones para casos de necesidad, aunque de momento Putin ha evitado tocarlo.
Por supuesto a este ligero análisis le faltan muchos aspectos imposibles de incluir en este espacio, como por ejemplo temas de economía internacional, importaciones y exportaciones, claves en un mundo interdependiente y globalizado.
También el impacto que tendrá en la economía el hecho de que algunos países busquen reducir su dependencia de los suministros de otros, como por ejemplo de China, y lo que pueda suceder con los precios del petróleo.
*El autor es politólogo de la Universidad Nacional de Colombia y magíster en Teoría y Crítica de la Cultura de la Universidad Carlos III de Madrid.
**Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.
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