
ESTAMBUL
La hoja de ruta de la nueva política exterior del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no se enfoca directamente en Latinoamérica más allá de las promesas de mejora en la gestión migratoria.
Sin embargo, los temas que contiene, incluidos el énfasis en la competencia con China, el multilateralismo, la lucha contra la corrupción, los derechos de propiedad intelectual, la democracia y los derechos humanos, afectarán directamente las relaciones con la región.
El regreso de EEUU al Acuerdo de París y la sensibilidad de Biden frente a los problemas ambientales traerá a la agenda cuestiones que ya provocan tensión en las relaciones latinoamericanas con los países desarrollados, incluidas la destrucción del Amazonas, los problemas ambientales y los temas relacionados con el desarrollo sostenible.
Las relaciones económicas y demográficas que se han desarrollado en línea con la proximidad geográfica han hecho que EEUU esté más cerca de México, Centroamérica y el Caribe desde la década de 1980, mientras que, a excepción de Colombia, Sudamérica se ha vuelto más independiente.
Hoy en día, la gran mayoría de inmigrantes latinos en EEUU, quienes provocan diversos debates en la política interna estadounidense y contribuyen significativamente a la fuerza laboral del país, provienen de las naciones del primer grupo.
Temas prioritarios de la política exterior estadounidense
El primer movimiento en la región de la nueva administración de EEUU fue en México, el socio económico más importante de la nación norteamericana en Latinoamérica.
Biden anunció que seguirán una nueva política de inmigración en temas como el proyecto de construcción de un muro en la frontera entre los dos países, los centros de detención infantil y la negación de asilo, e hizo mejoras rápidas a este respecto.
La construcción del muro fue suspendida y se reanudó el registro de solicitantes de asilo en EEUU, que había sido suspendido durante la era del expresidente, Donald Trump.
Alejandro Mayorkas, el primer secretario de Seguridad Nacional estadounidense de origen latino, anunció que se harán todos los arreglos necesarios para el reencuentro de las familias con los niños migrantes detenidos en EEUU por la administración Trump.
La mayoría de los migrantes que van a EEUU a través de México provienen de países centroamericanos con alta densidad poblacional, violencia y desempleo.
De hecho, uno de los objetivos de Biden es mejorar las condiciones de vida de la región para que los potenciales migrantes permanezcan en su propio país.
En este sentido, Latinoamérica podría beneficiarse de las inversiones, la ayuda externa y el apoyo al desarrollo de la capacidad institucional para resolver los problemas de seguridad interna.
Las relaciones bilaterales con la región pueden ser escenario de sorpresas durante la era Biden.
Ver también: ¿Cuál es el panorama que le espera a Latinoamérica en el Gobierno de Joe Biden en EEUU?
Cuba, a la que Trump decidió sancionar, y Venezuela, cuyas relaciones con EEUU son muy tensas, se beneficiarán del cambio en el enfoque de la política exterior estadounidense,
A pesar de ello, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, habló recientemente por teléfono con el líder opositor y autoproclamado presidente interino de Venezuela desde 2019, Juan Guaidó.
El próximo periodo mostrará qué camino seguirá Blinken para lograr “un proceso de transición democrática en Venezuela”, del cual ha hablado recientemente, al destacar que EEUU seguirá apoyando a Guaidó contra el electo presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Sin embargo, cabe recordar que el panorama político en los países sudamericanos, que eran los principales partidarios de Guaidó en 2019, ha cambiado, ya que la izquierda ha regresado a Bolivia y Argentina, y la pandemia de la COVID-19 ha debilitado el apoyo popular a la derecha, especialmente en Brasil.
Brasil, la máxima potencia económica de Latinoamérica, parece que tendrá dificultades para pasar a una nueva página con Biden.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, conocido como el "Trump de los trópicos", tenía una relación estrecha con la administración Trump.
Días después de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020, el canciller brasileño, Ernesto Araujo, compartió en redes sociales que su país continuaba apoyando a Trump y puso en duda la legitimidad de las votaciones.
Bolsonaro felicitó a Biden por su victoria luego de mucho tiempo. A principios de enero su hijo, Eduardo Bolsonaro, presidente del Comité de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional de la Cámara de Representantes del país, visitó a la hija de Trump, Ivanka Trump, en su oficina en Washington.
Bolsonaro, quien prometió un acercamiento mayor de su país a EEUU cuando asumió el cargo en 2019, no pudo lograr las facilidades comerciales que esperaba, a pesar de su amistad con Trump.
La nueva administración estadounidense mantendrá las relaciones bilaterales con la nación sudamericana en un terreno difícil debido a las sensibilidades de Biden en temas como la protección del medio ambiente y el autoritarismo.
El "regreso" de EEUU será probado en su entorno más cercano
Otra prioridad de EEUU en la región podría ser probar en su entorno más cercano que "está de regreso", como afirma Biden, así como su objetivo de establecer una cooperación global.
Esta iniciativa hará que Washington intente recuperar el liderazgo regional en las Américas.
Biden querrá participar más en los movimientos de regionalismo de Latinoamérica, de los cuales EEUU se ha alejado desde principios de los 2000 y en cuyas actividades participa selectivamente o no es invitado, excepto por las de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Después de una larga pausa desde 1994, Estados Unidos será el anfitrión de la Cumbre de las Américas por segunda vez en la historia en 2021.
Los mensajes de la Cumbre revelarán en detalle cómo la administración de Biden quiere determinar las relaciones de su país con Latinoamérica para los próximos años.
Las declaraciones de Biden y su equipo hasta el momento revelan que su administración concuerda en algunos puntos con la izquierda en ascenso en la región y, como observamos en el ejemplo de Bolsonaro, EEUU no podrá estar en consonancia con la derecha latinoamericana, "después de todo".
Sin embargo, sin importar en que fundamento se base, la defensa de los derechos humanos o la protección de los bosques, la recepción de Latinoamérica del deseo de Biden de recuperar la "credibilidad y la autoridad moral" de EEUU no tiene mucho futuro y recuerda el pasado intervencionista estadounidense en la región.
La línea histórica de las relaciones entre Washington y la Latinoamérica muestra que su mayor desventaja es la discrepancia en las prioridades y expectativas de ambas partes, a pesar de su plena voluntad de cooperación.
El paso de una nueva página en las relaciones estadounidenses con la región dependerá de cómo EEUU apoyará la región y qué tipo de ayuda le brindará para la estabilidad en cuestiones como los problemas de Centroamérica y las crecientes tendencias autoritarias.
*Segah Tekin es profesor de Relaciones Internacionales en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Necmettin Erbakan, con sede en Turquía.
**Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
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