
ESTAMBUL
Por Can Kasapoglu
Hace unos días, algunas fuentes periodísticas indicaron que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos se preparaba para poner a sus bombarderos estratégicos B-52 en alerta máxima por misiones nucleares.
La noticia fue de la más alta importancia porque a estos bombarderos no les han sido asignadas órdenes de volar 24 horas desde el fin de la Guerra Fría.
Aunque un portavoz de la Fuerza Aérea negó los rumores, se señaló el tipo de acción que podría tomar el comando estratégico de EEUU, el cual es responsable de un sensible portafolio, que incluye operaciones nucleares, defensa antibalística global y operaciones especiales.
Es más, la Fuerza Aérea no negó las noticias de que el Pentágono ha trabajado para mejorar la infraestructura necesaria y la logística de las “plataformas de alerta” en la base Barksdale, en Luisiana, para mejorar la capacidad de despliegue nuclear de los bombarderos.
De hecho, mientras la comunidad internacional se ha enfocado en el programa nuclear de Pyongyang y sus pruebas balísticas, todavía existe otra posibilidad catastrófica: un momento de locura química y biológica de Corea del Norte.
Para entender la esencia del problema, antes que nada, debemos desarrollar una comprensión exhaustiva y robusta de la alerta alta nuclear y los niveles de planeamiento nuclear.
Para empezar, el arsenal nuclear de un país no equivale al número de armas operativas que pueden ser lanzadas en poco tiempo. Una postura nuclear así no es posible debido a factores económicos, problemas operacionales y consideraciones diplomáticas.
La mayoría de las ojivas nucleares son almacenadas en bodegas alejadas de los sitios de lanzamiento. El resto se mantienen listas para ser adjuntadas a sus mecanismos de entrega. A estas armas se les llama “armas nucleares desplegadas”.
Adicionalmente, no todas las naciones “despliegan” sus armas nucleares en algún momento. De todos los países con capacidades nucleares en el mundo, se cree que solo Estados Unidos, Rusia, Francia y Reino Unido mantienen entre el 2 y el 27% de sus arsenales listos, según varias fuentes de libre acceso.
Mientras Reino Unido y Francia (sin contar las armas nucleares tácticas) cuentan con submarinos capaces de lanzar misiles balísticos (SLBM por sus siglas en inglés), Rusia y EEUU, los cuales tienen el 90% de las armas estratégicas nucleares desplegadas del mundo, poseen misiles balísticos intercontinentales (ICBM) listos para ser lanzados, al igual que SLBM.
De estas armas desplegadas, el estatus de alta alerta se refiere a armas desplegadas que pueden ser lanzadas en muy poco tiempo, por ejemplo un ICBM que pueda ser lanzado en menos de 15 minutos.
Bestia voladora
Fuentes de libre acceso señalan que en la actualidad hay más de 1.800 armas nucleares desplegadas.
Dada la presencia de vehículos avanzados de reentrada múltiple y ojivas de mayor alcance en los arsenales militares contemporáneos, una acumulación tan formidable nos hace pensar en varios escenarios catastróficos.
Entonces, ¿debería el comando estratégico de EEUU decidir poner a los bombarderos B-52 en alerta alta nuclear? ¿Qué nos diría una acción así?
Como se explicó antes, el estatus de alta alerta significa que los B-52 no estarían separados de sus municiones nucleares y se mantendrían listos para llevar a cabo un bombardeo estratégico en solo minutos.
Es importante también saber un poco de conocimiento técnico sobre el B-52.
Se reporta que este avión, de la era de la Guerra Fría, vuela a una altura de 16.700 metros, a velocidades subsónicas, y puede cargar varias municiones, incluyendo bombas nucleares. Y con las nuevas mejoras en el apunte, su capacidad de combate para desplegar municiones avanzadas se potenciará.
Con el solo hecho de que esta 'bestia voladora' pueda cargar más de 30 toneladas de municiones, es fácil imaginarse al B-52 causando destrucción masiva en sus blancos.
No obstante, ¿bajo qué condiciones podría la administración de EEUU ordenar un ataque nuclear en Corea del Norte?
Imaginémonos un escenario de baja probabilidad/alto impacto: EEUU inicia un ataque nuclear limitado para una victoria decisiva e intimidante sobre Corea del Norte.
Aunque esto sigue siendo una opción de “pensar lo impensable”, alguna maniobra que pueda elevar la tensión de Corea del Norte podría, en teoría, provocar una acción de este estilo.
La maniobra que puede abrir la caja de Pandora sería un ataque biológico o químico contra los aliados de EEUU o tropas estadounidenses en la región.
Experimentos humanos
De manera alarmante, la dinastía Kim, de Corea del Norte, disfruta del inventario más formidable de armas químicas y biológicas del mundo.
Se cree que este arsenal, extremadamente letal, contiene elementos sumamente mortales como el agente nervioso VX, la conocida arma biológica ántrax y la viruela, un patógeno altamente mortal que ha sido erradicado en su forma natural.
Muchos escépticos cuestionan la probabilidad de una respuesta nuclear a un ataque no nuclear, pero igualmente letal por parte de Pyongyang.
De hecho, en el 2010, la postura nuclear de EEUU traía a la mesa este complejo problema de la siguiente manera: “… los EEUU afirman que cualquier Estado capaz de usar armas químicas o biológicas contra ellos o sus aliados se enfrentaría a una respuesta militar convencional pero devastadora y que los responsables del ataque -ya sean líderes nacionales o comandantes militares- serán castigados como tal".
“Dado el potencial catastrófico de las armas biológicas y el rápido avance de la biotecnología, EEUU se reserva el derecho de hacer ajustes a las declaraciones aquí hechas, teniendo en cuenta la evolución y proliferación de la amenaza de armas biológicas y su capacidad de enfrentar la amenaza”.
En el caso norcoreano, la ambigüedad nuclear hacia las armas de destrucción masiva no nucleares puede interpretarse como una confirmación de la retaliación en contra de una campaña devastadora con armas químicas/biológicas.
También, para acabar con cualquier duda que puedan tener los lectores, un ataque masivo químico o biológico podría significar la pérdida de cientos de miles de vidas.
En particular, los países industrializados con una densidad de población alta y una infraestructura de transporte desarrollada, como Japón o Corea del Sur, son extremadamente vulnerables a este tipo de amenazas.
Por último, Corea del Norte goza de una ventaja notoria llevando a cabo experimentos con humanos, como parte de su programa de armas químicas y biológicas. Técnicamente, los experimentos con humanos son los más monstruosos, pero los más efectivos para mejorar la capacidad letal de estas armas de terror.
Aunque sigue siendo un escenario poco probable, todavía existe un riesgo de ataques químicos y biológicos en la península coreana.
Si llegase el día, no solo sería un punto histórico lamentable en la región sino una serie de violaciones de leyes internacionales vitales, algo muy pesimista para el futuro de la humanidad.
*Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.
*Ahmed Fawzi Mostefai contribuyó con la redacción de esta nota.
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