Miles de buscadores de asilo africanos protestaron en las afueras de la Embajada de Ruanda en Tel Aviv, en contra de un plan del gobierno de deportarlos a la fuerza a Ruanda y Uganda.

Los manifestantes, la mayoría de los cuales provienen de Eritrea y la región de Darfur en Sudán, pidieron a las autoridades ruandesas cancelar cualquier acuerdo con Israel para la deportación de buscadores de asilo.

“Les pedimos aceptar nuestra petición y pedir a su gobierno cancelar el acuerdo con Israel que permitiría nuestras deportaciones”, dijeron los manifestantes en una carta enviada al embajador de Ruanda en Israel, Joseph Rutabana.

“Somos eritreos, no ruandeses. Tenemos un problema en nuestro país, Israel tiene que revisar nuestras peticiones de asilo y darnos protección. Le pedimos a Ruanda rechazar el acuerdo con Israel”.

En noviembre, el gabinete israelí aprobó un plan para cerrar el centro de detención Holot, localizado en el desierto del Negev, al sur del país, donde permanecían 1.000 buscadores de asilo africanos.

Cuando sea cerrado, los buscadores de asilo deben decidir entre permanecer encarcelados indefinidamente en Israel o ser deportados a Ruanda y Uganda.

En Israel residen cerca de 40.000 buscadores de asilo africanos, incluyendo 27.000 eritreos y 7.800 sudaneses, según cifras de la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR.

Racista

Hablando con la Agencia Anadolu, Sultan Halofom, representante de los buscadores de asilo, calificó al plan israelí de “racista”, ya que solo se enfoca en buscadores de asilo africanos.

“Hay decenas de miles de personas buscando asilo en Israel de Europa oriental. No obstante, esta gente no es blanco de las autoridades israelíes de la misma manera que los africanos”, afirmó.

“Hacemos un llamado a Ruanda, cuyo presidente es el actual líder de la Unión Africana, a no participar en este esquema que le resta valor a las vidas africanas”.

Su posición es apoyada por el hecho de que las autoridades israelíes se refieren a los buscadores de asilo africanos como “infiltrados” o “buscadores de trabajo ilegales”, mientras ignoran las difíciles realidades políticas y económicas de las que se escapan.

Aunque Ruanda y Uganda cedieron ante la presión internacional este mes, expresando que el tratado con Israel no existe, estas negaciones fueron en gran parte ignoradas.

Esto se debió en parte a que los jefes de Estado de ambos países, Yoweri Museveni de Uganda y Paul Kagame de Ruanda, habían hablado sobre negociaciones llevadas a cabo con Israel para deportar a los buscadores de asilo.

La semana pasada, el portavoz de la ACNUR, William Spindler, pidió a Israel cesar su política de reubicar a los eritreos y sudaneses a África subsahariana, ya que se dieron 80 casos de refugiados eritreos que arriesgaron sus vidas intentando cruzar el Mediterráneo desde libia hacia Europa.

*Ahmed Fawzi Mostefai contribuyó con la redacción de esta nota