Soldados israelíes relatan experiencias traumáticas y colapsos mentales durante la guerra en Gaza
“Empacamos el equipo y lo cargamos rápido en los Humvees que nos llevaron de vuelta. Quise saltar. Quise huir, pero no tuve el valor”, narró un soldado al medio israelí Haaretz.

JERUSALÉN / ESTAMBUL
Un total de cinco soldados de Israel compartieron con el diario local Haaretz relatos desgarradores que revelan el alto costo psicológico y el miedo constante que enfrentan durante la actual guerra genocida en Gaza, testimonios que contrastan con la narrativa oficial del Ejército.
Or, de 20 años, soldado de reconocimiento paracaidista, describió su llegada a las ruinas de una vivienda en Jan Yunis tras un bombardeo aéreo israelí.
“En los escombros, lo que antes eran paredes, de repente vimos cinco, tal vez seis cuerpos. Había moscas por todas partes, y creo que los perros habían desgarrado la carne. Apenas quedaba algo reconocible”, narró.
“Dos eran niños pequeños, vi sus huesos. Fue horrible, inolvidable, algo que todavía me atormenta por las noches”, agregó.
“Recuerdo el olor, se apoderó de mi cuerpo, se pegó a mi ropa. Incluso después de rociarme desodorante sin parar esa noche, no se iba”, relató Or.
Días después fue enviado nuevamente a la frontera con Gaza sin fecha de retorno.
“Empacamos el equipo y lo cargamos rápido en los Humvees que nos llevaron de vuelta. Quise saltar. Quise huir, pero no tuve el valor”, añadió.
Describió soportar “otra semana de explosiones. Otra semana con los calcetines pegados a la piel, con un calor indescriptible. Una pesadilla en vida. Solo quiero que se termine, por favor”.
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“Desgaste físico y psicológico extremo”
Haaretz indicó que la mayoría de los soldados se negó a hablar, pero los cinco que lo hicieron pidieron una sola cosa: “Nos enviaron a la guerra, ahora escuchen lo que tenemos que decir”.
Los testimonios mostraron soldados enfrentando “agotamiento acumulado, desgaste físico y psicológico extremo, y el miedo constante a ser los próximos en aparecer como caídos”.
Yonatan, de 21 años, de la Brigada Kfir, contó su experiencia en Yabalia, en el norte de Gaza, en noviembre.
“Durante el día, el calor era insoportable. Por la noche, nos helábamos. Arena y polvo se pegaban a mi piel todo el tiempo. Casi no veíamos gente, solo perros vagando por todos lados”.
“Nuestro comandante de compañía advirtió que quien acariciara a un perro sería sometido a corte marcial y enviado a prisión. Pero no me importaba. Cuando nadie me veía, les daba rebanadas de salchicha”, dijo.
Recordó que el subcomandante disparó a los perros, llamándolos “perros terroristas, probablemente rabiosos”, insistiendo en que aprendieran a no acercarse.
Su recuerdo más traumático ocurrió días después, durante una misión de revisión de viviendas.
“Por la mañana nos enviaron a otra misión. Escaneamos el edificio con un dron y no vimos nada, así que entramos. Dos minutos después, hubo una explosión. Salí volando por el aire y no entendía qué había pasado”, contó.
“De repente, noté que mi boca estaba llena de sangre. Pensé que estaba herido, pero no lo estaba – era la sangre de mi mejor amigo en la unidad. Me llamaba, pedía ayuda, pero no sabía qué hacer. Me congelé”.
El compañero fue evacuado por los médicos, pero Yonatan sufrió insomnio y pérdida del apetito durante días, diciendo que “todo sabía a sangre”.
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“Todos tenemos nuestro testamento en el teléfono”
Omer, de 21 años, de la Brigada Givati, dijo que al principio sintió euforia al prepararse para entrar en Gaza tras el ataque del 7 de octubre de 2023 por parte del grupo palestino Hamas.
“Ahora me parece algo estúpido. Perdí la cuenta de cuántos conocidos han muerto, de mi batallón, mi brigada, mi escuela, mi vecindario. Ya no tengo fuerzas para escuchar de otro más. Me quiebra”.
Criticó la negligencia del mando, al mencionar muertes por falta de munición para asegurar edificios antes de entrar, pese a que los medios lo atribuyen a explosivos en las rutas.
“Parece que a nadie le importa. ¿Cuántos más tengo que enterrar para que reaccionen?”, dijo.
“Todos tenemos testamentos guardados en el celular, en la aplicación de notas. A veces hablamos por la noche de cómo serían nuestros funerales, cuánta gente vendría, si nuestra ex lloraría”.
Yair, de 21 años, de la unidad de reconocimiento Nahal, describió el sufrimiento extremo.
“¿Sabes lo que es caminar días con un chaleco cerámico pegado a la espalda? ¿No quitarte las botas por diez días? ¿Tirarte en la tierra cubriendo a tu equipo sin poder mantener los ojos abiertos?”, agregó.
Dijo que el estrés le provocó caída del cabello, pero no se permite llorar.
“Soy afortunado comparado con otros. Un escuadrón completo fue aniquilado. Estoy vivo. No me alcanzó un misil ni una trampa explosiva”, comentó.
“Pero aun así, es difícil. No sé si voy a recuperarme. Solo quiero que todo vuelva a ser normal, como antes”, aseguró.
Pérdida de fe en la guerra
Uri, de 22 años, de la unidad de ingeniería Yahalom, dijo haber perdido la fe en la guerra.
“En algún momento, dejé de creer en lo que hacemos. Durante el primer año, estaba totalmente comprometido. Creía que protegíamos civiles israelíes, que rescatábamos rehenes”.
“Pero poco a poco empecé a dudar. Después de escuchar de otro rehén muerto por un bombardeo, de ir a otro funeral más, todo empieza a desvanecerse”, explicó.
Uri dijo que ya no puede cumplir misiones, reingresar a zonas conocidas, inspeccionar túneles ni entrar a edificios posiblemente minados.
“Cualquiera con algo de sentido ve que esta guerra sigue por motivos políticos. No hay razón para continuar. No logramos nada, solo arriesgamos nuestras vidas una y otra vez”.
Los partidos de oposición en Israel acusan al primer ministro Benjamín Netanyahu de prolongar la guerra en Gaza para conservar el poder y satisfacer a sus aliados de extrema derecha.
A dirigirse a Netanyahu, Uri declaró: “¿Cuándo vas a entender que es hora de terminar esto? ¿Cuando haya 900 muertos? ¿Mil? Por favor, basta”.
El Ejército israelí, pese a los llamados internacionales al alto al fuego, ha mantenido una guerra genocida en la Franja de Gaza, al causar la muerte de más de 57.100 palestinos, la mayoría mujeres y niños, desde octubre de 2023.
En noviembre pasado, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra Netanyahu y su exministro de Defensa Yoav Gallant por crímenes de guerra y de lesa humanidad en Gaza.
Israel también enfrenta una demanda por genocidio en la Corte Internacional de Justicia por su guerra en el enclave.
*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.