El asesinato de al menos 38 manifestantes en Myanmar, el miércoles, amplió las solicitudes internacionales de acciones punitivas contra el régimen golpista del país.

Christine Schraner Burgener, enviada especial de la ONU para Myanmar, pidió a sus Estados miembros que "tomen medidas muy enérgicas" contra los generales que integran la junta militar.

"En una masacre de un solo día, la junta (militar) mató a decenas de personas", manifestó Burgener en una rueda de prensa virtual el miércoles por la noche. "Las noticias de Myanmar son impactantes", dijo, y agregó que el día marcó la jornada de protestas más sangrienta desde que ocurrió el golpe militar el pasado 1 de febrero.

Al menos 38 personas murieron y decenas resultaron heridas en Myanmar el miércoles cuando la Policía, los paramilitares y el Ejército regular abrieron fuego directo para dispersar las manifestaciones.

La brutal represión militar desencadenó peticiones internacionales para una intervención que proteja a la población civil.

Burgener advirtió que la represión armada "desafiaba la estabilidad de la región y podría conducir a una guerra real".

La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) calificó la situación en Myanmar como un "desastre de derechos humanos".

"Las fuerzas de seguridad de Myanmar ahora parecen decididas a acabar con el movimiento antigolpista mediante la violencia desenfrenada y la pura brutalidad", señaló en un comunicado Richard Weir, investigador de crisis y conflictos de HRW.

"El uso de fuerza letal contra manifestantes que rescatan a otros demuestra lo poco que temen las fuerzas de seguridad a que se les pida cuentas por sus acciones", agregó Weir.

El investigador indicó que el Consejo de Seguridad de la ONU debería tomar el "dramático deterioro de la situación" en Myanmar como un llamado de atención para una acción coordinada y así poner fin a este "desastre de derechos humanos".

“La preocupación y la indignación no son suficientes. Lo que se necesita es acción para hacer que la junta rinda cuentas, incluso mediante el uso de sanciones selectivas y un embargo de armas global", destacó el investigador de HRW.

Fortify Rights, un organismo de control de los derechos, pidió al Ejército de Myanmar que "detenga la violencia y libere a todos los presos políticos".

"El general superior Min Aung Hlaing y su junta asesina están aterrorizando sistemáticamente al pueblo de Myanmar", manifestó Ismail Wolff, director regional de Fortify Rights.

“Estamos presenciando como las fuerzas de seguridad cometen ejecuciones extrajudiciales selectivas y otras violaciones generalizadas. El Consejo de Seguridad debería imponer urgentemente un embargo de armas global contra los militares”, agregó.

Muang Zarni, un académico y activista de Myanmar con base en el Reino Unido, acusó a China y Rusia de "proteger al régimen terrorista en el Consejo de Seguridad (de la ONU)".

"Singapur lo financia, y la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) se esconde detrás de la 'no interferencia'", criticó el activista en Twitter.

"Ningún poder externo vendrá a ayudar Movimiento de Desobediencia Civil. Nosotros Myanmar estamos solos. Como cuando estábamos en contra de los británicos”, agregó.

Kyaw Win, fundador de la Red de Derechos Humanos de Birmania (Myanmar), con sede en Londres, aseguró que los civiles en Myanmar se enfrentaban a una violenta represión. "La gente de Myanmar necesita protección contra la brutalidad del Ejército fascista".

Al citar a Tom Andrews, relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar, Fortify Rights aseguró que, desde principios de febrero hasta el 1 de marzo, los militares mataron al menos a 23 personas. Hasta ahora, 61 civiles murieron después del golpe militar del 1 de febrero, destacó el grupo de derechos humanos.

La ONU informó que más de 1.200 personas han sido detenidas y que varias familias no sabían dónde estaban sus seres queridos o en qué condición se encontraban.

El Ejército birmano supuestamente le dijo a la enviada de especial de la ONU para Myanmar: "Estamos acostumbrados a las sanciones y sobrevivimos a las sanciones en el pasado". Y cuando Burgener advirtió que terminarían aislados, los generales respondieron, según los informes: "Tenemos que aprender a caminar con pocos amigos".

Volkan Bozkir, un exdiplomático turco que ahora se desempeña como presidente de la Asamblea General de la ONU, indicó que estaba horrorizado por la noticia del asesinato de manifestantes en Myanmar.

“La semana pasada, la AGNU (Asamblea General de las Naciones Unidas) se reunió en una muestra de solidaridad con el pueblo de Myanmar en su lucha por hacer valer sus derechos civiles. La comunidad internacional todavía está mirando”, manifestó Bozkir en Twitter.

El Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto celebrar el viernes una consulta a puerta cerrada sobre Myanmar.

Así mismo, al instar a respetar las aspiraciones de la gente, el papa Francisco dijo que estaba entristecido por los "sangrientos enfrentamientos y la pérdida de vidas" en Myanmar.

“Hago un llamado a las autoridades involucradas para que el diálogo pueda prevalecer sobre la represión, y pido a la comunidad internacional que se asegure de que las aspiraciones del pueblo de Myanmar no sean sofocadas”, agregó.

Ver también: Las manifestaciones continúan a pesar de la letal represión en Myanmar

Lotte Leicht, directora para la UE de Human Rights Watch, pidió a la Unión Europea y sus miembros que "cumplan con urgencia sus promesas de imponer sanciones selectivas y enumerar líderes y compañías militares".

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.