Los desplazados internos en el noreste de Siria luchan por sobrevivir en temperaturas abrasadoras de hasta 50°C
Los equipos de la Defensa Civil Siria y las organizaciones no gubernamentales en Idlib advierten con frecuencia a los civiles que no abandonen sus tiendas de campaña a menos que sea absolutamente necesario.

IDLIB, Siria
Los desplazados internos que viven en campamentos en la provincia de Idlib, al noroeste de Siria, luchan por sobrevivir en tiendas de campaña improvisadas en medio de temperaturas abrasadoras de hasta 50°C.
Las olas de calor extremas pueden ser fatales para las personas con enfermedades crónicas y pueden causar una variedad de problemas en la piel de los niños.
Los residentes, en su mayoría mujeres y niños, ya luchaban por encontrar suficiente agua en la zona y ahora intentan enfriar las tiendas de formas poco convencionales.
Los equipos de la Defensa Civil Siria (los Cascos Blancos) y las organizaciones no gubernamentales en Idlib advierten con frecuencia a los civiles que no abandonen sus hogares a menos que sea absolutamente necesario.
Refrescar a los bebés en recipientes de agua
Mohammed Damis, quien huyó de los bombardeos del Ejército sirio en 2019 y se refugió en el campamento de Andalucía en el pueblo de Zerdene, le dijo a Anadolu que los residentes de la región están teniendo días difíciles debido al calor extremo.
Agregó que carecen de materiales básicos para vivir y que "los adultos y los niños se quejan del calor en los campamentos improvisados".
“Para mitigar el efecto del sol, traemos un tanque lleno de agua y la rociamos sobre las carpas”, enfatizó.
“Al final del día, la temperatura baja a 45°C afuera, pero permanece a 51°C dentro de las carpas”, lamentó.
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Vivir en estos lugares improvisados es insoportable, dijo Damis, y explicó que "no hay generadores en las tiendas de campaña ni ventiladores. Llenamos un recipiente grande con agua y refrescamos a los bebés".
Mohammed Cesim, otro residente del campo, también dijo que ha estado viviendo allí durante cuatro años y que su tienda de campaña está empezando a desgastarse.
“Si hubiera paneles de energía solar en las carpas, o de alguna manera se pudiera obtener electricidad, podríamos encender el ventilador y aliviar este sufrimiento que estamos viviendo en este momento”, indicó.
"Estos son los días más difíciles de nuestras vidas", señaló, y agregó: "No podemos hacer nada. No podemos sentarnos ni dormir debido al calor abrasador".
Alrededor de 1,9 millones de personas desplazadas viven en unos 1.430 campamentos o asentamientos autónomos en el noroeste de Siria, la mayoría de los cuales son mujeres y niños, según la ONU.
*Merve Berker y Aicha Sandoval Alaguna contribuyeron con la redacción de esta nota.