Por: Peter Kenny

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos le pidió este martes a Bielorrusia que libere de inmediato al periodista Roman Protasevich y a su compañera, Sofia Sapega.

Los dos fueron arrestados el domingo después de que Bielorrusia obligara a un vuelo de Ryanair a aterrizar en su capital, Minsk. El avión volaba de Grecia a Lituania.

"Pedimos la liberación inmediata de Roman Protasevich y de Sofia Sapega, a quienes se les debería permitir continuar hacia su destino previsto en Lituania", dijo Rupert Colville, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en una conferencia de prensa en Ginebra.

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Colville aseguró que la ONU teme por la seguridad de Protasevich y quiere garantías de que el periodista está siendo tratado con humanidad.

“Como tantos otros, estamos consternados por la detención ilegal y arbitraria del periodista bielorruso después de que el avión de Ryanair en el que viajaba fuera desviado a la fuerza a Minsk, la capital de Bielorrusia, aparentemente con falsos pretextos y con el propósito expreso de capturar a Protasevich”, dijo Colville.

El portavoz afirmó que la amenaza de Bielorrusia de recurrir a la fuerza militar y la forma en que se secuestró al periodista era "equivalente a una rendición forzada".

"Hay muchas formas diferentes de referirse a esto: un secuestro, una rendición forzada e incluso un secuestro patrocinado por el Estado", dijo Colville, quien agregó que la terminología exacta probablemente salga a la luz con el tiempo.

Abuso del poder estatal

“Tal abuso del poder estatal contra un periodista por ejercer funciones protegidas por el derecho internacional merece la más enérgica condena”, dijo Colville.

El portavoz señaló que atacar a un periodista únicamente por ser crítico con un Gobierno "nunca puede considerarse una restricción necesaria de la libertad de expresión". Es una violación del artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, subrayó.

Colville dijo que el mero acto de organizar una reunión pacífica nunca debería ser penalizado por las leyes nacionales, incluida la legislación antiterrorista.

“El arresto o detención de alguien como castigo por el legítimo ejercicio de sus derechos a la libertad de opinión y expresión y la libertad de reunión se considera arbitrario”, dijo.

Colville afirmó que la aparición de Protasevich en la televisión estatal de Bielorrusia el lunes por la noche "no fue reconfortante, dados los aparentes hematomas en su rostro y la gran probabilidad de que su aparición no fuera voluntaria y su 'confesión' de delitos graves fuera forzada".

Además, añadió que la información obtenida bajo coacción no se puede utilizar contra Protasevich en ningún proceso legal y enfatizó que las confesiones forzadas están prohibidas por la Convención de la ONU contra la Tortura.

*Maria Paula Triviño contribuyó con la redacción de esta nota.