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Haftar: el general que pasó de ser leal a Gaddafi a querer instaurar una dictadura militar

Jalifa Haftar ha cambiado sus lealtades: primero hizo parte de un grupo de oficiales leales a Muamar Gaddafi, luego se convirtió en desertor y ahora es el autodenominado líder del ejército de las fuerzas del este de Libia.

Ekip  | 17.12.2019 - Actualızacıón : 18.12.2019
Haftar: el general que pasó de ser leal a Gaddafi a querer instaurar una dictadura militar Jalifa Haftar. (Amr Imam - Agencia Anadolu)

ANKARA

Tras el éxito de la revolución libia para derrocar al gobernante Muammar Gaddafi en 2011, el país quedó bajo dos gobiernos de facto.

El primero es el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), reconocido internacionalmente y creado por la ONU en 2016, el cual está encabezado por el primer ministro, Fayez al-Sarraj, y opera en la capital, Trípoli, en el noroeste del país.

El segundo es un gobierno paralelo en el este y partes del sur de la nación, rica en petróleo, que se encuentra controlado por el comandante militar Jalifa Haftar, respaldado por Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

A lo largo de su carrera militar, que abarca más de medio siglo, Haftar (76 años) ha cambiado sus lealtades militares, pasando de ser un hombre de Muamar Gaddafi a un desertor, y luego a convertirse en el autodenominado líder del Ejército de las fuerzas del este de Libia.

Nacido en 1943 en la ciudad de Ajdabiya, en el este de Libia, Haftar hizo parte de un grupo de oficiales, liderados por el coronel Muammar Gaddafi, que tomó el poder del rey libio Idris al-Senussi en 1969.

En la década de 1980 Gadafi lo nombró para estar a cargo de las fuerzas libias que estuvieron involucradas en un sangriento conflicto con Chad.

Pese a sus esfuerzos, las tropas de Haftar fueron derrotadas y capturadas por las fuerzas chadianas respaldadas por Francia. Este incidente marcó el capítulo final de sus relaciones con Gadafi, quien lo repudió por su fracaso.

Más tarde y con el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), el general libio fue liberado de Chad.

Durante su exilio en EEUU, Haftar formó el ala militar del Frente Nacional para la Salvación de Libia (NFSL), un grupo de oposición destinado a derrocar a Gadafi que, según los informes, fue respaldado por la CIA.

Regreso a Libia

Haftar regresó a Libia en 2011, después de la muerte de Gadafi, y se convirtió en un comandante clave de la improvisada fuerza rebelde en el este del país.

En una declaración televisada en febrero de 2014, el comandante llamó a los libios a derrocar al Parlamento electo y al Congreso General de la Nación (CGN), acusándolos de no luchar contra el "terrorismo".

Tras ello, lanzó una ofensiva militar contra grupos militantes y logró asegurar el control de Bengasi, una ciudad del noreste de Libia en la costa del mar Mediterráneo.

Combatir el "extremismo" mientras se usan extremistas

Haftar en varias ocasiones anunció que sus ataques estaban destinados a librar a Libia de grupos extremistas como la rama libia de Daesh/ISIS. Sin embargo, varios informes de los medios lo acusaron de tener elementos extremistas dentro de su coalición militar.

En noviembre de 2017, Human Rights Watch reveló que los grupos armados leales a Haftar pudieron haber ejecutado hasta a 36 hombres en la ciudad de al-Abyar, a unos 48 kilómetros al este de Bengasi.

Así mismo, el GNA acusó a las fuerzas leales a Haftar de cometer crímenes de guerra durante su ofensiva en curso contra la capital, Trípoli, así como en otras partes de Libia.

En 2019, Haftar promovió al comandante del Ejército, Mahmoud al-Werfalli, al rango de teniente coronel.

Al-Werfalli era buscado por crímenes de guerra por la Corte Penal Internacional (CPI), que emitió una orden de arresto contra él en 2017 en medio de acusaciones de que había cometido crímenes de guerra en Libia.

Ofensiva contra el GNA

Desde que logró asegurar el control total sobre Bengasi en 2017, Haftar siguió presionando para expandir los territorios bajo su control.

El 4 de abril de 2019, el comandante lanzó una gran ofensiva militar para capturar Trípoli y así destituir al gobierno del GNA.

Diversos informes de medios señalaron que Haftar probablemente recibió luz verde para su ataque por parte de los Estados extranjeros que lo respaldan. Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, así como cada vez más Rusia y Francia, han estado proporcionando apoyo militar y político a las fuerzas autoproclamadas como el Ejército Nacional de Libia (LNA).

Justo antes de su ofensiva contra la capital del país, el comandante libio viajó a Riad, donde se reunión con el rey saudí, Salman bin Abdulaziz, y el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohammed bin Zayed Al Nahyan. También viajó a Egipto, donde se reunió con el presidente, Abdel Fattah Al-Sisi.

Ambición por la dictadura militar

El LNA de Haftar actualmente controla más de dos tercios del país. Muchos analistas opinan que el comandante tiene ambiciones de gobernar toda Libia.

El exasesor militar de Haftar, Mohamed Buisier, declaró que el militar buscaba aumentar su poder por cualquier medio necesario. Un exfuncionario estadounidense, según el diario británico The Guardian, dijo que la verdadera ambición de Haftar es convertir a Libia en una dictadura militar.

En este punto, la relación política entre Haftar y Al-Sisi tomó un papel fundamental.

Al respaldar a Haftar, el presidente egipcio espera demostrar que el modelo de gobierno militar puede proporcionar seguridad y estabilidad al país.

Al hacer lo mismo, Haftar se ha presentado como el único hombre que puede traer estabilidad a Libia y aplastar a los militantes en la nación del norte de África, una retórica que usa para poder ganar el apoyo de la comunidad internacional o al menos convencerla para que no cuestione su ofensiva contra el GNA.

*Traducido por Juan Felipe Vélez Rojas. 

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