Expertos: la agricultura cobrará más importancia ante la posibilidad de hambrunas luego de la pandemia
Problemas como la falta de trabajadores estacionales debido a la COVID-19 provocaron interrupciones en la producción de alimentos durante 2020, por lo que varios países han comenzado a implementar políticas más proteccionistas.

Estambul, Turquía
Tras un difícil período debido a la crisis global de COVID-19 en 2020, los expertos proyectan problemas para el próximo año, incluidas hambrunas relacionadas con el cambio climático y la pandemia.
Durante este año, problemas como la falta de trabajadores estacionales debido al coronavirus provocaron interrupciones en la producción de alimentos, por lo que varios países ya han comenzado a implementar políticas más proteccionistas en la agricultura y la alimentación con el fin de brindar seguridad alimentaria a sus ciudadanos.
Mientras grandes países productores de trigo, como Rusia, limitan o prohíben las exportaciones del producto, otros países, como China, Pakistán y Arabia Saudita, aumentan sus existencias del alimento.
Además de los efectos de la pandemia, el cambio climático y la sequía continúan amenazando la producción agrícola a nivel mundial.
David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), dijo en noviembre que el mundo enfrentará “hambrunas de proporciones bíblicas en 2021”.
"El impacto en la seguridad alimentaria ha sido catastrófico”, aseguró el funcionario, al señalar que el número de personas que enfrentarán inseguridad alimentaria aumentará.
La importancia del trigo y Turquía
Al hablar con la Agencia Anadolu en la víspera del Día Mundial del Suelo, Eren Gunhan Ulusoy, director para Eurasia de la Asociación Internacional de Molineros Operativos (IAOM), aseguró que el cambio climático global afectó de cerca al sector agrícola.
Los problemas causados por el cambio climático global, especialmente el cambio en el régimen pluvial, provocan fluctuaciones en la producción agrícola en Turquía durante algunos periodos del año, subrayó.
“Hemos visto una vez más que el trigo es un producto estratégico, ya que las naciones comenzaron a almacenar trigo durante la pandemia”, resaltó.
Al señalar que Pakistán no importaba trigo antes, pero ha comenzado a comprar el cereal durante la pandemia, Ulusoy agregó: "China importará 7 millones de toneladas de trigo para incrementar sus propias existencias. El país cerrará el año con 163 millones de toneladas del cereal almacenadas, lo que representa la mitad de las existencias mundiales del alimento".
Indicó que Egipto y Arabia Saudita también continúan efectuando grandes compras de trigo que, sumado al aumento de la importación del producto por parte de otros países, podría aumentar su precio.
"Turquía no es independiente del desarrollo global, todos estos procesos le conciernen", agregó.
Reiteró que la pandemia ha demostrado nuevamente la importancia del almacenamiento con licencia, que juega un papel muy importante en la seguridad alimentaria.
“Los almacenes con licencia almacenan productos agrícolas de forma segura y económica bajo la protección de un seguro. Este servicio convierte los productos agrícolas en existencias intercambiables y aumenta los ingresos de los agricultores”, aseguró.
"Aumentar la capacidad de almacenamiento con licencia garantiza la seguridad alimentaria en diversas situaciones, incluidas interrupciones relacionadas con pandemias o el comercio exterior, no solo para los agricultores, comerciantes, industriales, sino también para todos los ciudadanos", agregó.
“Debido a esto, la agricultura es un sector extremadamente importante para el desarrollo de Turquía y este sector continuará desarrollándose rápidamente”, señaló Ulusoy.
Enfatizó que la próxima temporada habrá una disminución en el rendimiento agrícola debido a las condiciones climáticas secas que se vivieron en el período octubre-noviembre.
"Parece que seguiremos hablando sobre las condiciones de la pandemia especialmente durante el primer trimestre del próximo año", señaló.
Al indicar que las tierras agrícolas de Turquía están divididas por herencia y la gente continúa migrando a las áreas urbanas desde las aldeas, dijo que aumentar las áreas de cultivo de trigo es una solución temporal.
"Es necesario realizar una revolución digital en la agricultura para aumentar la productividad a mediano y largo plazo. En Turquía se producen tres toneladas de trigo por hectárea", agregó.
"Esta cifra fue de alrededor de 4,5 toneladas en Europa e incluso hasta seis toneladas en algunas regiones. El promedio mundial es de 3,4 toneladas. Deberíamos aumentar la eficiencia de producción en las áreas existentes aplicando métodos más efectivos", concluyó el director regional de la IAOM.
Ver también: Agencias de la ONU expresan que el 10% de la población mundial padece hambre
La pandemia demostró la importancia de la producción agrícola
El coordinador subregional de Asia Central y representante de Turquía de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Viorel Gutu, señaló que Turquía es un país muy rico en términos de diversidad de productos agrícolas.
Turquía se encuentra entre los mayores productores y exportadores del mundo de muchos productos, incluidas diversas variedades de frutas y nueces, y es el séptimo país más grande del mundo con producción agrícola, subrayó.
Aproximadamente el 50% de las tierras de Turquía son campos agrícolas y el 77% de estas tierras se utilizan para cereales y legumbres, agregó Gutu.
"Pero hemos visto disminuciones en las tierras agrícolas de Turquía, a pesar de que el rendimiento en la producción agrícola aumenta en ciertos grupos de productos. Grandes pérdidas de tierras agrícolas pueden causar problemas de seguridad alimentaria en el futuro”, dijo.
El Gobierno turco está tomando medidas para evitar el mal uso de las tierras agrícolas para contribuir al desarrollo sostenible, aseguró Gutu.
La pandemia de COVID-19, que ha afectado a todo el mundo, mostró la importancia de la continuidad de la producción agrícola y las cadenas de suministro, señaló el funcionario de la FAO.
Gutu enfatizó que Turquía, gracias a sus ventajas en la producción agrícola, tuvo una interferencia política oportuna y efectiva durante la pandemia que aseguró la continuidad de la cadena de producción y suministro.
“Además, evitó accidentes y problemas de suministro de alimentos”, señaló.
Sequías prolongadas y hambrunas
Al hablar sobre el agua y la seguridad alimentaria, Gutu señaló que la limitación de los recursos hídricos y el cambio de regímenes pluviales afectan negativamente a la alimentación y la agricultura.
"Por lo tanto, se deben tomar medidas urgentes para el uso sostenible y equitativo del agua", subrayó.
Las hambrunas a largo plazo debido al cambio climático son un problema que requiere acciones mucho más integrales, coordinadas, multilaterales y de largo plazo, aseguró Gutu.
"Enfrentaremos la sequía como consecuencia inevitable del cambio climático; la cuenca del Mediterráneo, incluida Turquía, es también una de las zonas vulnerables", dijo.
El coordinador enfatizó que el aumento de temperatura en la cuenca provocará tormentas inesperadas, eventos climáticos severos, olas de calor, incendios forestales, temporadas sin lluvias, así como pérdidas en la biodiversidad y en el rendimiento agrícola.
“Turquía utiliza más del 70% de sus recursos hídricos para la agricultura, las sequías prolongadas podrían provocar una disminución en la producción agrícola”, agregó.
Gutu señaló además que las sequías severas y prolongadas pueden provocar hambrunas y serias amenazas a la seguridad alimentaria, por lo que el Ministerio de Medio Ambiente y Urbanización de Turquía preparó un plan de acción contra el cambio climático.
*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
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