Antiguo imaret otomano brinda comida a las personas afectadas por el coronavirus en Jerusalén
Esta institución benéfica que brinda alimentos a los necesitados, viajeros y visitantes, fue fundada en 1552 por orden de Hurrem, la muy conocida esposa de Solimán el Magnífico.

JERUSALÉN
El imaret Haseki Sultan, construido por el Imperio Otomano en Jerusalén hace casi cinco siglos, proporciona alimentos calientes a las personas necesitadas todo el año y con un servicio intensivo durante la pandemia de coronavirus (COVID-19).
El brote de COVID-19 afectó la vida de muchas personas en la Jerusalén ocupada. Los palestinos, que perdieron sus empleos debido al virus y tienen problemas económicos, llaman a la "puerta de la caridad" otomana en la ciudad para recibir alimento diariamente en el mes sagrado islámico de Ramadán.
Este imaret, institución benéfica que brinda alimentos a los necesitados, viajeros y visitantes, fue fundado por orden de Hurrem Sultan, la muy conocida esposa de Solimán el Magnífico, a 100 metros de una de las puertas de la Mezquita al Aqsa en 1552.
Azzam al-Hatib, director general de Fundaciones Islámicas en Jerusalén, dijo que la edificación ofrece sus servicios durante todo el año, pero siempre hay un aumento general en el número de personas que llegan en Ramadán, mes en el que los musulmanes ayunan desde el amanecer hasta el anochecer.
"Este año, muchas personas quedaron desempleadas debido a las medidas tomadas para prevenir la propagación del virus. Debido a estos difíciles momentos que estamos atravesando, el número de personas que llegan ha aumentado mucho", señaló.
Al indicar que han servido a unas 700 familias cada día desde el comienzo del Ramadán, Al-Hatib declaró que los empleados del imaret tuvieron que empezar a preparar comidas iftar, para la ruptura del ayuno, temprano en la mañana y las distribuyen desde la hora del almuerzo para ser consumidas al anochecer.
"Nuestra puerta está abierta para todos; musulmanes, cristianos…Todos los que vienen al albergue obtienen su comida. Como la dirección de las Fundaciones Islámicas, estamos haciendo nuestra parte en este campo", agregó.
Al-Hatib dijo que el imaret es un patrimonio histórico y cultural de Jerusalén y lo están protegiendo.
Por su parte, Samir Yabir, uno de los cocineros que prepara en el lugar el menú del iftar, que consiste en sopa, carne y arroz, declaró que en días normales diariamente acudían aproximadamente 100 familias, pero debido a los efectos del coronavirus y la llegada del mes de Ramadán ha habido un aumento considerable en esta cifra.
"En este periodo, muchas personas perdieron sus empleos, se convirtieron en personas necesitadas. Aquellos que no pueden pagar el alquiler ni satisfacer las necesidades de sus familias llaman a la puerta del imaret. Cocinamos aquí e intentamos ayudar a estas familias tanto como podemos".
Yabir dijo que también le brindan iftar a los 60-70 murabits, los guardias voluntarios de la Mezquita Al-Aqsa.
El imaret Haseki Sultan consiste en una cocina, una panadería, un comedor, una bodega con suministros, un establo donde solían atar los caballos y una mezquita que fue añadida al edificio por orden de Hurrem Sultan.
Antes de que comenzara la ocupación israelí en 1948, esta institución era financiada por las tiendas que el Imperio Otomano donó para ello. Sin embargo, ahora sobrevive gracias al presupuesto de las Fundaciones Islámicas y las donaciones de los filántropos debido a que Israel confiscó las tiendas.
De conformidad con el Acuerdo de Paz del Valle Árabe, firmado con Israel en 1994, el imaret otomano está afiliado al Ministerio de Fundaciones de Jordania, responsable de los asuntos religiosos en Jerusalén.
*Aicha Sandoval Alaguna contibuyó con la redacción de esta nota.
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