Altas funcionarias de la ONU advierten sobre un aumento de crímenes en Myanmar
Michelle Bachelet y Alice Wairimu Nderitu calificaron como "vergonzoso, cobarde y brutal" el asesinato de al menos 114 personas a manos de los militares el pasado sábado en el día más sangriento de las protestas contra el golpe de Estado en Myanmar.

Ginebra
Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, y Alice Wairimu Nderitu, asesora especial de la ONU para la prevención del genocidio, emitieron una declaración conjunta en la que advierten sobre el aumento del riesgo de crímenes atroces en Myanmar cometidos por el Ejército. El sábado (27 de marzo) fallecieron al menos 114 personas durante unas manifestaciones, contra el golpe de Estado del pasado 1 de febrero, entre las que hay al menos siete niños.
"Las acciones vergonzosas, cobardes y brutales de los militares y la Policía (que han sido filmados disparando a los manifestantes mientras huyen, y que ni siquiera han perdonado a los niños pequeños) deben detenerse inmediatamente", aseguraron Bachelet y Nderitu. "La comunidad internacional tiene la responsabilidad de proteger al pueblo de Myanmar de los crímenes atroces".
Las dos altas funcionarias de la ONU pidieron al Ejército que deje de matar inmediatamente a la misma gente a la que prometió servir y proteger. Condenaron enérgicamente los ataques generalizados, letales y cada vez más sistemáticos contra manifestantes pacíficos, así como otras graves violaciones de los derechos humanos desde el golpe de Estado perpetrado por el Ejército.
Bachelet y Nderitu aseguraron que además de las personas muertas, cientos más resultaron heridas y detenidas durante estos ataques aparentemente coordinados en más de 40 localidades de todo el país.
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Miles de personas han sido también detenidas arbitrariamente y muchas de ellas sometidas a desaparición forzada.
"Estamos profundamente preocupadas por el impacto que la situación actual puede tener en estas poblaciones y estamos siguiendo de cerca los acontecimientos", dijeron las dos funcionarias de la ONU. "Los derechos de los grupos minoritarios, incluida la población rohinyá, deben ser plenamente respetados".
Nderitu y Bachelet también pidieron el fin de la impunidad sistémica en Myanmar. "Debemos garantizar la rendición de cuentas por los crímenes cometidos en el pasado y disuadir de que se cometan crímenes internacionales más graves". "La incapacidad de hacer frente a los crímenes atroces que el Tatmadaw (nombre oficial de las fuerzas armadas de Myanmar) ha cometido en el pasado, incluso contra los rohinyá y otras minorías, ha llevado a Myanmar a esta terrible situación".
Finalmente afirmaron que no hay forma de avanzar en Myanmar sin la rendición de cuentas y la reforma fundamental del Ejército. Las altas funcionarios instaron a todas las partes, incluidos los funcionarios, policías y militares desertores, a cooperar con los mecanismos internacionales.
*José Ricardo Báez G. contribuyó con la redacción de esta noticia.
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