Mohammad Fadel al-Tamimi, de 15 años y primo de la adolescente Ahed al-Tamimi, ícono de la resistencia palestina, fue liberado esta semana después de ser detenido por las autoridades israelíes a pesar de haber sufrido una grave lesión en la cabeza.

El 28 de diciembre, Mohammad fue impactado por una bala de goma disparada por un soldado israelí durante los enfrentamientos que se dieron en su aldea, Nabi Salek, ubicada en las cercanías de la ciudad de Ramala, en Cisjordania.

“Hace tres meses me disparó un soldado israelí mientras jugaba cerca a mi casa”, le dijo el joven palestino a la Agencia Anadolu en una entrevista exclusiva.

“La bala atravesó mi mandíbula y salió por mi cabeza”, relató Mohammad.

El adolescente fue enviado a un hospital cerca de Ramala, fue internado por dos semanas y sometido a una extensa cirugía, en la cual los doctores tuvieron que remover gran parte de su cuero cabelludo.

En unos días, será sometido a otra serie de procedimientos quirúrgicos.

Por su parte, Yoav Mordechai, oficial a cargo de las actividades del Gobierno israelí en los territorios palestinos ocupados, aseveró que el Ejército no era responsable por la grave herida de Mohammad.

“El chico Tamimi admitió que su herida se dio al caerse de su bicicleta”, escribió Mordechai en su cuenta de Facebook.

“La cultura de mentiras e instigación continúa entre las personas jóvenes y adultas al interior de la familia al-Tamimi”, agregó el oficial.

El padre de Mohammad, Fadel al-Tamimi, de 58 años, desmintió las afirmaciones de Mordechai, asegurando que las heridas de su hijo fueron causadas, sin lugar a dudas, por la bala de un soldado israelí.

“Los reportes médicos y la tomografía axial computarizada confirman, sin lugar a dudas, que fue una bala lo que salió de la cabeza de mi hijo”, le comentó Fadel a la Agencia Anadolu.

“Las afirmaciones del coordinador israelí son falsas, un intento barato por falsificar los hechos”, agregó el padre de Mohammad.

“El Ejército israelí arrestó a mi hijo herido antes de someterlo a una violenta interrogación”, agregó Fadel. “Después reclamaron que él había dicho que su herida había sido el resultado de una caída en su bicicleta”.

“Nadie con conciencia podría arrestar a un niño que sufre de una grave herida en la cabeza (…). No se puede imaginar la opresión e injusticia que estamos sufriendo”.

Detención

En cuanto al arresto del menor, el cual tuvo lugar en las calles palestinas, Mohammad recordó cómo las fuerzas israelíes irrumpieron en el hogar de su familia en horas de la mañana y lo arrestaron a él y a su hermano.

“Junto con otras nueve personas, nos llevaron a un sitio militar cerca de mi aldea”, relató el joven palestino. “Desde allí, fuimos llevados a un ‘centro de inspección’ en el asentamiento de Benjamín, al oriente de Ramala”.

“Allí me sometieron a tres horas de interrogatorio, en donde fui gravemente golpeado”.

El menor dijo que un oficial israelí lo acusó falsamente de haber arrojado piedras y bombas molotov a los soldados del Ejército israelí.

Desde que Mohammad fue herido hace tres meses, no ha podido retomar su vida con normalidad.

“Ha impedido que pueda jugar con mis amigos y continuar mi educación”, lamentó el joven. “Extraño ir a la escuela y correr por los campos con mis amigos”.

En diciembre del año pasado, las fuerzas israelíes detuvieron a Ahed al-Tamimi, la prima de Mohammad, durante un enfrentamiento que se dio en las horas de la noche en Nabi Saleh.

En 2012, la municipalidad de Estambul, Basaksehir, otorgó el premio Hanzala Courage a Ahed por desafiar a los soldados israelíes que acababan de arrestar a su hermano.

De acuerdo con cifras palestinas, aproximadamente 6.400 palestinos están recluidos en cárceles israelíes, entre ellos decenas de mujeres y 350 menores.

*Daniela Mendoza contribuyó a la redacción de esta nota.