Aunque los rusos insisten en que Sochi no es una alternativa a Ginebra, junto con las negociaciones de Astaná, es definitivamente un proceso alternativo que prueba el fracaso de la coalición occidental en la paz de Siria.

En Rusia, los medios de comunicación nacionales están conmocionados por los informes respecto a que Estados Unidos está intentando socavar el proceso de Sochi, que aún no se sabe si son reales o falsos.

Los expertos rusos en relaciones internacionales afirman que Estados Unidos ha tomado medidas serias y provocadoras en contra de las conversaciones de Sochi, aunque por el momento no es posible confirmar la exactitud de estas noticias y reclamos.

Por ejemplo, en la noticia de la Agencia Federal de Noticias el 25 de enero, titulada "La paz en Siria está bajo amenaza", hay una captura de pantalla de la carta que Michael Ratney envió en nombre de El-Mahamid.

Esta captura de pantalla muestra que un diplomático estadounidense ordenó a un líder de la oposición siria que se sabotearan las conversaciones de paz de Sochi.

Esta noticia me recuerda el proceso de elección de Trump y es probable que los piratas del cibercrimen rusos puedan hacer que el escándalo vuelva a dispararse.

Aunque esta noticia aún no es verificable, es cierto que hay quienes quieren socavar a Sochi. ¿Pero, realmente, es solo Estados Unidos?

En la situación actual, la triada de Sochi interrumpirá el juego de EEUU, mientras que Washington se opondrá a esta en todas las circunstancias.

Si EEUU quisiera terminar la guerra en Siria en poco tiempo, hubiera sido posible en el periodo de Obama, antes de que los rusos descendieran en Siria.

Sin embargo, se entendió que EEUU no tenía un plan para rescatar al pueblo sirio de la crueldad, y que sigue una política de creación de "Estados boutique", basada en diferencias étnicas y religiosas en esta región.

El apoyo persistente que Estados Unidos le ha dado a la organización terrorista PYD/YPG en el norte de Siria es evidente. En el pasado, las crisis entre Turquía y Rusia, y nuevamente en el último ataque a una base rusa, sugiere una fuerte provocación que arroja amenaza a las unidades de inteligencia global en esta región.

Especialmente en Idlib, recientes conflictos muestran que el peligro para Sochi no solo proviene desde EEUU. Se entiende que las unidades locales supuestamente antiestadounidenses pueden actuar consciente o inconscientemente en la dirección de EEUU.

Es necesario observar de cerca los pasos dados para socavar el Congreso de Diálogo Nacional Sirio, que tiene lugar en Sochi. ¿Quién está sirviendo a quién, y quién está detrás?. Sería apropiado comenzar con el ataque en Idlib a la base rusa para evaluar los pasos que tomó Estados Unidos.

Putin afirmó que el ataque a las bases rusas era de origen estadounidense. Además agregó que este ataque había sido hecho para distanciar a Rusia y a Turquía.

Otra provocación de los EEUU es que las fuerzas PYD/YPG, bajo el control estadounidense, se refugien en Bashar al-Assad para proteger Afrin. Es necesario recordar que esto no se hace por petición de Rusia.

Esto se evidenció cuando la llamada "administración democrática cantonal de Afrin" anunció que estaban listos para entregar Afrin al régimen de Assad, el 25 de enero, y los directivos del PYD/YPG en Afrin instaron a las fuerzas de Assad a establecerse a lo largo de la línea fronteriza.

No es de extrañar que en el futuro cercano estas fuerzas cuelguen las banderas del régimen en sus fachadas. Esta situación también pone a Rusia en riesgo porque finalmente, de ser aceptada la petición, no aceptaría este paso, debido a Turquía, y de esta forma Rusia habría "vendido los kurdos". Esto parece ser beneficioso tanto para Estados Unidos como para Irán.

La divulgación, por parte de los Estados Unidos, de su apoyo a los grupos suníes está aumentando la probabilidad de que estos grupos puedan ser utilizados en áreas de conflicto, especialmente contra los rusos.

Ya que existe la posibilidad de ataques contra los rusos, Turquía, que es el garante de las zonas libres de conflicto, puede quedar como contraria a Rusia. Después de todo no es difícil de adivinar que EEUU va a utilizar todas las oportunidades que tenga con el objetivo de distanciar a Rusia y Turquía.

Además, los canales diplomáticos de Estados Unidos también se usarán para oponerse al resultado de Sochi. EEUU ya está dando estas señales.

La mejor carta de triunfo en manos de los EEUU es el refuerzo de los grupos PYD/YPG en Afrin desde el este del Éufrates. El paso de estos grupos por las zonas controladas por Rusia o los territorios bajo el control del régimen también complicará las relaciones turco-rusas.

Los Estados Unidos harán esto con los grupos terroristas de izquierda que apoyan a Assad. Especialmente las denuncias de Irán hacia Turquía pueden facilitar las provocaciones de Estados Unidos. Rusia no tiene la oportunidad de controlar estos grupos en suelo ajeno.

Especialmente las denuncias de Irán hacia Turquía pueden facilitar las provocaciones de Estados Unidos.

Es probable que haya provocaciones similares en el proceso de la operación Rama de Olivo, recordando las acciones provocadoras de los grupos de izquierda que luchaban por Assad y los grupos de apoyo iraníes durante la evacuación de Alepo, así como los miembros del PKK que se filtraron en Bodrum desde las regiones controladas por Assad. Incluso Rusia tiene dificultades para controlar a los izquierdistas rusos en Siria.

Las agencias de noticias de tendencia izquierdista como ANNA News han estado actuando en las filas del PYD / YPG en Afrin desde el 26 de enero, con el fin de oscurecer la operación Rama de Olivo ante la opinión pública rusa, mientras que los medios proestatales de Rusia apoyan la postura del Kremlin. Oleg Blohin ha anunciado su apoyo a PYD/YPG en su página personal de Facebook.

Hoy en día, a pesar de todo tipo de dificultades, hay un intento por sacar adelante el proceso de paz común, que se reanudará teniendo en cuenta el deseo de Turquía y Rusia, así como el Congreso de Sochi, lo cual también revela que estos dos países tendrán decisiones muy difíciles.

Beştepe y el Kremlin, que anteriormente tenían políticas muy diferentes, parecen decididos a llevar la guerra en Siria a la mesa de negociación política, resistiendo tanto a la opresión internacional como a la oposición interna.

Erdogan y Putin han resistido la presión que han experimentado en este proceso y son capaces de poner a los partidos en disputa entre ellos para ponerle fin a la guerra civil en Siria, con una postura a sangre fría contra las provocaciones de las potencias extranjeras.

*Las ideas publicadas en el encabezado "Opinión" pertenecen al autor y pueden no reflejar la política editorial de la Agencia Anadolu.