Por Carmen Rodríguez

En 2016, Donald Trump, se dio a la tarea de utilizar la inmigración irregular como su caballo de batalla durante la campaña electoral presidencial. El discurso, fue incluso uno de los principales temas de la agenda de su Gobierno, cuando se instaló en la Casa Blanca.

En 2020, la batalla que Trump libra de cara a conservar la presidencia, no es en contra de la pandemia o de la migración. El presidente y el partido Republicano libran una guerra en contra del socialismo -que según el discurso- pone en peligro la soberanía y la seguridad del país.

“Soy el único que se interpone entre el sueño americano y la anarquía, la locura y el caos total, que representa (Joe) Biden. En ninguna época previa, los votantes han enfrentado una oposición más clara entre dos partidos, dos filosofías, dos agendas. Si se le da la oportunidad (a Biden) será el destructor de la grandeza estadounidense”, dijo Trump en su discurso de aceptación al cierre de la convención republicana en semanas pasadas.

Entre los discursos más importantes de la pasada convención del Partido Republicano no estuvo el foco en la pandemia, ni en la violencia racial que golpea el país, ni mucho menos en las muertes de afroamericanos a manos de policías. Sino, en las críticas a la “agenda socialista” de Joe Biden y algunos personajes “radicales” del Partido Demócrata.

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La primera intervención enfocada en dar relevancia a ese “peligro inminente” estuvo a cargo de Máximo Álvares, un empresario de origen cubano de Florida, estado donde se concentran los cubanos exiliados de la isla y además, uno de los bastiones republicanos.

Álvares comparó las promesas que hizo Fidel Castro a los cubanos, mientras luchaba por derrocar al régimen de Fulgencio Batista, con las promesas de campaña de Biden y los demócratas.

Después, el único senador republicano afroamericano, Tim Scott, concluyó en su discurso: “Trump, está luchando contra las fuerzas de la anarquía y el socialismo”.
Y en uno de los discursos estrellas de la convención el hijo del presidente, Eric Trump, se sumó a la agenda antisocialista cuando dijo que “cortesía del Partido Comunista China, el virus golpeó” al país.

Trump cerró la convención republicana y aceptó oficialmente la candidatura de su partido, advirtiendo a sus seguidores que “estas elecciones decidirán si salvamos al sueño americano o permitimos que un programa socialista demuela nuestro querido destino”.

Discurso electoral

Los analistas políticos en el país coinciden que este discurso está siendo utilizado por los republicanos para infundir temor entre los estadounidenses y para asegurar el voto duro de sus bases.

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Partidarios del Presidente de EEUU, Donald Trump

Un grupo de partidarios del presidente de EEUU, Donald Trump, y el grupo de extrema derecha 'Proud Boys', fuertemente armado, se reúne durante la gira del mandatario en el Capitolio del estado de Oregon en Salem, EEUU, el 7 de septiembre, 2020.

“Cuando estamos frente a una figura de socialismo pareciera que estamos frente al cuento del lobo y la caperucita. Platón hablaba del comunismo cuando se refería al individuo y al colectivo. El socialismo y el comunismo suelen utilizarse como equivalentes, el socialismo surge del capitalismo y no se opone a la sociedad privada, el comunismo sí”, señala Guillermo García Machado, exjuez del sistema de Justicia de Venezuela, durante los tiempos de Hugo Chávez.

Machado cree que los demócratas declarados 'socialistas' no han sido hábiles y no han sabido explicar a los electores o incluso a las bases del partido, qué tipo de socialismo plantean y esta falla está siendo aprovechada por los republicanos para distorsionar los conceptos.

“Se utilizan los conceptos del socialismo o del comunismo con fines electoreros y antes de aprovechar la oportunidad para hablar del programa de Gobierno, la guerra sucia es la que gana y es la que está imponiendo un estilo político que está acabando con la unidad social y la violencia social se está imponiendo en el discurso en el país”, acota el venezolano.

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Por su parte, Raúl Hinojosa, profesor de la Universidad de Los Ángeles en California (UCLA), señala que Trump se está enfocando más en sus bases y que así como utilizó el discurso antiinmigrante con este grupo, ahora pretende que la agenda antisocialista y comunista rinda resultados en las elecciones de noviembre.

“Los republicanos pensaron que iban a correr contra Bernie Sanders. Trump y los republicanos piensan que pueden utilizar la mentira. El tema de México y la migración ya no existe, ahora el nuevo diablo es el socialismo. Lo que vimos en 2016 fue que las personas con menos acceso a información sobre inmigrantes o que no tienen migrantes en sus comunidades fueron los más susceptibles a creer el discurso antiinmigrante”, dijo Hinojosa a la Agencia Anadolu.

Según el profesor de UCLA, las mentiras alrededor de la inmigración utilizadas durante la campaña electoral de 2016 fueron efectivas, pero también contribuyeron a que los republicanos perdieran 40 distritos en California en 2018. Distritos con alta población latina inmigrante, que se sintió ofendida con las mentiras y el discurso utilizado por Trump.

“En Cuba hay acceso al médico, pero también en otros países que no son comunistas lo hay, es obviamente una mentira, tratar de pintar a Sanders como un comunista estilo ruso o cubano y decir que Biden es ese tipo de socialista o comunista. Lo peligroso es que Trump necesita la violencia, necesita que sus simpatizantes sean actores en la violencia para crear una reacción”, agregó Hinojosa.

¿Peligro en Estados Unidos?

La fórmula de Joe Biden y Kamala Harris representa a la corriente moderada del partido Demócrata. Como senador o vicepresidente, Biden no apoyó políticas con tinte socialista, como lo ha hecho Bernie Sanders o Alexandría Ocasio-Cortéz.

La propaganda republicana utiliza las imágenes de Sanders y Ocasio-Cortéz para advertir sobre el peligro que representan los demócratas o sobre qué corriente de los demócratas estarán realmente al frente de la agenda de la Casa Blanca, si Biden es electo presidente.

“Estamos convencidos de que este país ya tiene un brazo de muchos aspectos de esas ideologías en el sistema de gobernar, en el sistema de justicia, que está ya convertido en un sistema cultural marxista, cuando se toman decisiones de forma política, no de forma basado en la ley”, dijo el republicano Freddy Burgos, a la Agencia Anadolu.

Para el republicano, en el país se debe procurar mantener la “familia tradicional”, la “tradición cultural” y los valores de la comunidad blanca, que a su juicio, es atacada constantemente. Burgos cree que Estados Unidos adoptó muchos “aspectos marxistas y socialistas” desde hace muchos años, que se ven reflejados en la educación o la música.

“El sistema familiar de este país es un sistema marxista para eliminar la identidad de este país, la comunidad negra en este país, por ejemplo muchos están en las cárceles porque la estructura familiar está destruida y eso tiene que ver con el sistema marxista”, acotó el republicano.

Sin embargo, para los demócratas hablar de marxismo, comunismo o socialismo no es hablar del modelo en el que se basa la ideología de su partido. La exsenadora de la Cámara Baja de Representantes, Ana Sol, está segura que el país funciona completamente bajo el sistema capitalista y además, señala que el tema está siendo utilizado por los republicanos para infundir miedo en los electores.

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“Trump y los republicanos están utilizando este discurso para causar miedo entre los votantes, para que en noviembre no se vayan de su lado. Absolutamente no se puede comparar esta ideología con el partido Demócrata. Como lo ha expresado Bernie Sanders o Alexandría Ocasio-Cortéz es una ideología socialdemócrata, como existe en Suecia, en Alemania y está alrededor del acceso a los servicios médicos. El capitalismo reina en los Estados unidos”, dijo Sol a la Agencia Anadolu.

Para esta demócrata, el presidente ha utilizado este discurso desde que Sanders, senador por Vermont y excandidato de las primarias presidenciales del partido, se declaró socialista. Sin embargo, la idea de que entre los demócratas reina esta corriente es falsa.

“La línea socialista del partido, apoyan las ideas a favor de la medicina socializada, la medicina para todos. Apoya un sistema de salud que no sea privado, como lo es actualmente, en el que millones de personas no tienen acceso a la salud. Pero de eso, a que sea un movimiento que se está expendiendo en Estados Unidos, no”, concluyó la demócrata.

Hasta ahora, Biden ha sido un político centrista, que no apoyó ni como senador, ni como vicepresidente las ideas o las propuestas emprendidas por Bernie Sanders o por Alejandra Ocasio-Cortéz y tampoco ha sido “agresivo” en la agenda de algunos demócratas relacionada con el calentamiento global.

*Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.