Durante tres horas, la expresidenta y actual vicepresidenta electa de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, declaró ante el Tribunal Oral Federal 2, de Buenos Aires, en el marco de un caso en el que se investiga el posible direccionamiento de contratos de obras viales durante su Gobierno.

La vicepresidenta electa, que enfrenta 9 procesos por corrupción, se negó a responder preguntas. “¿Preguntas? Preguntas van a tener que responder ustedes, no yo”, dijo Fernández cuando se le cuestionó si iba a responder las interrogaciones del tribunal luego de su intervención de tres horas.

Ante la acusación de desviar obra pública en la provincia de Santa Cruz, de la que se trataba la declaración de este lunes, la exmandataria ya se había declarado inocente y este lunes aseguró que no le importa la decisión del tribunal sobre el tema. “Este tribunal seguramente tiene la condena escrita. No me interesa. A mí me absolvió la historia”, aseguró.

La Fiscalía acusa a Cristina Fernández de asociación ilícita por direccionar unos 51 contratos viales hacia el empresario Lázaro Báez, amigo de la familia Kirchner, quien también rechazó los cargos en su contra. Los contratos que habrían sido direccionados hacia Báez tendrían un valor de unos USD 365 millones, según consta en el expediente.

Durante la declaración de este lunes, la vicepresidenta electa aseguró que el caso es una persecución judicial en su contra y señaló al Gobierno de estar cercano al poder judicial. “Un escándalo, una vergüenza, presionando jueces y fiscales, con reuniones públicas que después se publicaban. Yo que estoy acusada de ser jefa de una asociación ilícita, es decir de ser jefa de una banda, me llama la atención que jueces tan sensibles no hayan acusado ello. El Gobierno que se va tenía una mesa judicial que decidía quién iba preso o quién no, o empresarios”, dijo ante el tribunal.

Cristina Fernández también se refirió a los señalamientos en su contra, dando a entender que los consideraba irracionales. “Hay multiplicidad de acusaciones”, dijo la líder política. “Soy jefa de cuatro asociaciones ilícitas. La verdad no sé cómo tuve tiempo para gobernar, me la pasaba creando asociaciones ilícitas, dos familiares y dos con empresarios”, dijo en tono irónico.

También acusó al actual presidente Mauricio Macri de llegar al poder “con el auxilio invalorable del aparato judicial”.

La expresidenta señaló que los nueve procesos en su contra son una “criminalización lisa y llana de lo político, es el derrotero que armó el Gobierno que termina el 10 de diciembre”, cuando se acabe el mandato de Macri.