Tribunal Electoral de Bolivia sugiere que si hay segunda vuelta, posesión presidencial sería en noviembre

El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia, Salvador Romero, aseguró este miércoles que la posesión del próximo presidente del país se podría realizar en noviembre en caso de que hubiera necesidad de llevar a cabo una segunda vuelta en las elecciones generales.

El funcionario del TSE destacó que la segunda vuelta no está contemplada dentro del nuevo proyecto de Ley que envió el TSE a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), porque ya está considerada dentro del calendario electoral.

"Es decir que cuando reanudemos el calendario electoral vamos a tener la jornada de votación el domingo 6 de septiembre y la segunda vuelta deberá realizarse hasta 45 días después de celebrada la primera vuelta, por supuesto, en caso de que el país requiera una segunda vuelta", apuntó Romero.

Cabe recordar que el artículo 166 de la Constitución de Bolivia destaca que: "Será proclamada a la presidencia y a la vicepresidencia la candidatura que haya reunido el 50% más uno de los votos válidos o que haya obtenido un mínimo del 40% de los votos válidos, con una diferencia de al menos 10% en relación con la segunda candidatura".

Si ninguna de las candidaturas cumple dichas condiciones, se realizará una segunda vuelta electoral entre las dos candidaturas más votadas.

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El Tribunal Supremo Electoral anunció el pasado martes que alcanzó un acuerdo con los partidos políticos del país para celebrar las elecciones generales el próximo 6 de septiembre.

Por cuenta de la pandemia del coronavirus (COVID-19), los comicios que estaban programados el 3 de mayo, fueron postergados desde el 21 de marzo pasado, horas después de que el Gobierno boliviano decretara una cuarentena general para evitar la propagación del virus.

Estas elecciones presidenciales reemplazarían las del 20 de octubre del año pasado, en las que salió victorioso el expresidente izquierdista Evo Morales, pero que estuvieron plagadas de denuncias de fraude. Dicha jornada generó protestas y disturbios en todo el país, así como la renuncia de Morales a raíz de la presión del Ejército y la Policía.

Con este proceso electoral, Bolivia busca zanjar una crisis social y política que dejó más de 30 muertos por enfrentamientos entre simpatizantes y detractores de Morales.