Más de un millón de personas firman petición para revocar a senador australiano
Un adolescente le arrojó un huevo el sábado al senador Fraser Anning luego de sus comentarios posteriores al ataque terrorista de Nueva Zelanda el viernes.

ANKARA
Más de un millón de personas han firmado una petición para destituir al senador australiano Fraser Anning, después de sus declaraciones con respecto a los ataques terroristas del viernes en dos mezquitas de Nueva Zelanda.
La petición “Eliminar a Fraser Anning del parlamento” comenzó en Change.org, la plataforma de peticiones más grande del mundo, por la neuróloga local Kate Ahmad.
La medida se produjo después de que Anning sostuvo que la inmigración musulmana era responsable de los ataques terroristas en Christchurch, donde al menos 50 personas murieron cuando un terrorista llamado Brenton Harrison Tarrant abrió fuego contra los musulmanes durante las oraciones del viernes en las mezquitas de Al Noor y Linwood.
Anning, quien recibió el impacto de un huevo arrojado por un joven llamado Will Connolly después de sus comentarios antiinmigrantes, escribió en sus redes sociales: “La verdadera causa del derramamiento de sangre en las calles de Nueva Zelanda hoy es el programa de inmigración que permitió a los fanáticos musulmanes emigrar a Nueva Zelanda en primer lugar”.
La petición rechazó los comentarios antiinmigrantes de Anning y pidió al gobierno australiano que ayude a exigir la renuncia del senador independiente.
“Los puntos de vista del senador Fraser Anning no tienen lugar en el gobierno de nuestro país democrático y multicultural. Dentro de los límites de la ley australiana, solicitamos que sea impulsado a renunciar a su cargo como senador y, si corresponde, sea investigado por las agencias policiales por apoyar el terrorismo de derecha”, se lee en la petición.
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, también criticó el viernes las declaraciones de Anning y dijo en Twitter: “Las declaraciones del senador Fraser Anning culpando a la migración por los mortíferos ataques emprendidos por un extremista violento de ala derecha en Nueva Zelanda son repugnantes. No tienen lugar en Australia y mucho menos en el Parlamento australiano”.
*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.