Los latinos y los jóvenes de la “generación Parkland” podrían castigar a Trump en las urnas
Las matanzas de El Paso, en Texas, y Dayton, en Ohio, ocurrieron en momentos en que demócratas y republicanos comienzan a buscar apoyos de cara a las elecciones del año que viene.

WASHINGTON
Por: Francisco Seminario
Las dos masacres del fin de semana en Estados Unidos enlutaron a los norteamericanos y sobre todo a la gran comunidad de origen mexicano que reside en el sur de Texas, blanco de uno de los ataques de sesgo racista más letales en años.
Pero el dolor y la solidaridad que desencadenaron las dos tragedias, con un total de 31 víctimas mortales y decenas de heridos, no pasarán rápidamente al olvido como episodios aislados, según los observadores, sino que muy probablemente tendrán efectos profundos en el debate político estadounidense en los próximos meses.
Es que las matanzas de El Paso, en Texas, y Dayton, en Ohio, sacudieron a importantes sectores sociales ya sensibilizados desde antes por la violencia armada, compuestos en gran medida por jóvenes y minorías raciales, y ocurrieron en momentos en que demócratas y republicanos comienzan a buscar apoyos de cara a las elecciones del año que viene.
En el centro de esos grupos sociales están el creciente electorado latino y la llamada “generación Parkland”, signada por la masacre de estudiantes de febrero de 2018 en un colegio de Florida, que en 2020 asomará a las urnas con el potencial de modificar el resultado de la elección. La muerte de 17 jóvenes en aquel episodio desató una protesta que se volvió viral y masiva contra la venta indiscriminada de armas, y ese reclamo permanece mayormente desatendido a nivel federal.
Mas aún, los jóvenes de esta generación están altamente motivados para ir a votar pese a que en Estados Unidos no es obligatorio, colocan las leyes sobre la tenencia de armas al tope de sus inquietudes y creen firmemente en su capacidad para transformar la política. Su experiencia en la movilización de protestas a través de las redes sociales les dio la certeza de que su mensaje contra la violencia armada es acompañado por millones como ellos a lo ancho del territorio y quieren utilizar ese poder.
“Tienen mucha energía y han logrado cambiar la conversación”, dijo a la Agencia Anadolu el analista político Max Paul Friedman, académico de la American University de Washington, sobre el segmento más joven del electorado y su elevado nivel de politización.
“Algunos candidatos demócratas han incorporado su mensaje y la pregunta es si el año que viene van a limitarse a movilizar a la gente por las redes o si efectivamente van a participar de la elección con su voto”, indicó el experto. “Si acuden de manera masiva, eso podría modificar el resultado”, agregó.
En este sentido, Fred Guttenberg, padre de una de las víctimas de aquella matanza, afirmó el domingo en Twitter, luego de la doble masacre del fin de semana, que “este país tiene que enfrentar los hechos, tenemos un problema con las armas, necesitamos elegir líderes que hagan algo al respecto”.
Brandon Wolf, sobreviviente de la masacre de Pulse, en Orlando, que dejó 49 muertos en 2016, apuntó en misma dirección: “La dura realidad que la gente tiene que enfrentar es que no habrá cambios en las leyes hasta que no cambiemos a nuestros legisladores”, afirmó.
El presidente Donald Trump condenó este lunes “el racismo, el fanatismo y el supremacismo blanco”, en un mensaje aparentemente dirigido a acallar las críticas opositoras en su contra y evitar un mayor daño político.
Durante el fin de semana numerosos dirigentes demócratas, entre ellos algunos de los aspirantes a competir con él en las elecciones del año que viene, lo habían acusado de alentar el odio racial y la xenofobia con sus persistentes ofensivas retóricas contra la inmigración de origen mexicano. Según dijo el domingo Beto O´Rourke, representante por Texas y precandidato opositor, Trump “tuvo mucho que ver con lo que ocurrió ayer en El Paso”.
“Con una sola voz, nuestra nación debe condenar el racismo, el fanatismo y el supremacismo blanco”, dijo el mandatario un día después, en una declaración pública.
También llamó a endurecer el control de antecedentes para quienes adquieren armas, un punto en el que sus políticas han sido sinuosas en el pasado, pese al fuerte reclamo de una acción más decidida que ganó fuerza después de la masacre de Parkland.
Para Friedman, la reacción de Trump “fue política y calculada, dijo lo que uno esperaría de un presidente”, pero ese intento de reducir daños probablemente tendrá escaso efecto en el electorado latino, al que alejó con las políticas que puso en marcha en sus casi tres años en la Casa Blanca.
Los hispanos, dijo el analista de la American University, se han volcado cada vez más hacia los demócratas justamente “a raíz del debate inmigratorio y porque comparten ciertos valores que defiende el partido opositor”. Al igual que para los jóvenes de la “generación Parkland” y otras minorías, el dolor y la indignación por lo ocurrido el pasado fin de semana en Texas y Ohio probablemente tensen aún más la compleja relación de la comunidad latina con el mandatario norteamericano.
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