Los activistas rohinyá lanzan el movimiento de boicot contra gobierno de Birmania
Varios grupos de defensa de derechos de la comunidad rohinyá lanzan un movimiento para ejercer presión económica, cultural, diplomática y política sobre Birmania.

ANKARA
Cuando Aung San Suu Kyi, consejera de Estado de Birmania llegó a La Haya para defender a su país en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), varios grupos de derechos lanzaron una iniciativa de boicot global instando a las corporaciones, inversores extranjeros, organizaciones profesionales y culturales a romper lazos institucionales con Birmania.
Treinta organizaciones de derechos humanos, académicas y profesionales de 10 países lanzaron conjuntamente la "Campaña de Boicot a Birmania" desde Londres, con la esperanza de "ejercer presión económica, cultural, diplomática y política sobre el gobierno de coalición de Birmania y las fuerzas militares", dijeron los activistas en un comunicado.
Birmania enfrenta una demanda en la CIJ presentada por Gambia, país de África Occidental con el apoyo de la Organización de Cooperación Islámica, por las atrocidades contra los musulmanes rohinyá en el país en los últimos años.
Suu Kyi, galardonada con el Premio Nobel de la Paz, dijo en un comunicado el mes pasado que ella, como ministra de Asuntos Exteriores, asistirá a la primera audiencia de la demanda el 10 de diciembre para defender "los intereses del país".
La última ofensiva militar masiva contra los musulmanes rohinyá, en el estado de Rakhine de Birmania, en 2017 obligó a más de 750.000 refugiados rohinyá, en su mayoría mujeres y niños, a huir del país y cruzar a Bangladés.
Desde el 25 de agosto de 2017, casi 24.000 musulmanes rohinyá han sido asesinados por las fuerzas estatales de Birmania, según un informe de la Agencia de Desarrollo Internacional de Ontario (OIDA).
Además el informe asegura que 34.000 rohinyás han sido quemados y otros 114.000 golpeados, afirma el informe de OIDA, titulado "Migración forzada de rohinyá: la experiencia no contada".
Unas 18,000 mujeres y niñas rohinyá fueron violadas por el Ejército y la policía de Birmania y más de 115.000 casas rohinyá fueron incendiadas y 113.000 más fueron destrozadas, agregó.
Suu Kyi ha sido ampliamenta criticada por su silencio contra los asesinatos en masa y la guerra contra la humanidad, ya que ahora intenta defenderse de las supuestas atrocidades militares, que el jefe de derechos humanos de la ONU describió como un "ejemplo de libro de texto de limpieza étnica" en la corte internacional.
La 'Campaña de Boicot a Birmania' comenzó con una petición en línea, instando al Comité Nobel noruego de despojar a Suu Kyi del premio Nobel que le fue otorgado hace 28 años, argumentando que ella es "totalmente indigna" de tal honor.
Nay San Lwin, cofundador de la Coalición Libre Rohinyá con sede en Alemania y uno de los iniciadores de la campaña, dijo: "En nombre de la comunidad rohinyá de sobrevivientes, les insto a usar su libertad y poder, como ciudadanos y consumidores, tanto individualmente como representantes/miembros de redes activistas, comunidades religiosas, instituciones educativas o asociaciones profesionales o parlamentarias, para cortar todos y cada uno de los lazos institucionales y formales con Birmania".
La campaña global fue iniciada conjuntamente por 30 organizaciones, entre ellas la Coalición Libre Rohinyá, Forsea.co, Restless Beings, Destination Justice, Rohingya Human Rights Network of Canada, Rohingya Human Rights Initiative of India, Korean Civil Society in Solidarity with Rohingyas y Asia Center.
Los activistas tienen la intención de ir más allá de atacar "al Ejército [de Birmania] y sus lazos comerciales internacionales, para enviar un mensaje fuerte y unido de denuncia y desaprobación a la sociedad civil birmana".
"Grupos como las antiguas redes de prisioneros políticos, monjes y monjas budistas, medios de comunicación birmanos, departamentos universitarios, asociaciones de abogados, asociaciones de comerciantes actualmente apoyan la destrucción sistemática de la identidad, historia y el exterminio físico de musulmanes impulsada por el gobierno de Birmania dentro del país y fuera de él", decía el comunicado.
Maung Zarni, un veterano activista de derechos humanos de Birmania expresó su "apoyo inequívoco" a la campaña. "Soy birmano y budista de una familia militar extendida... Mi país de nacimiento es como la Alemania nazi de la década de 1930. No son solo los militares birmanos los que disparan a miles de rohinyñas los culpables del genocidio, también el público que ve y trata a los rohinyás de la misma manera que los alemanes nazis discriminaron y excluyeron a los judíos y otras minorías nacionales", dijo Zarni, quien alertó al mundo por primera vez sobre presuntos ataques en su país contra los rohinyás en 2013.
Varios otros grupos de derechos rohinyá, incluido el Consejo Europeo Rohinyá y la Asociación Musulmana de Birmania, Países Bajos, anunciaron que organizarían una manifestación de solidaridad con la comunidad rohinyá el martes y el miércoles frente a la CIJ "para buscar justicia para la comunidad perseguida".
Varios grupos rebeldes que luchan contra los militares en diferentes partes de Birmania dijeron que estaban listos para proporcionar "evidencia de crímenes de guerra" cometidos por los militares no solo contra los rohinyá sino también contra las otras minorías étnicas en Birmania.
Además del caso ante la CIJ sobre la aplicación de la Convención sobre la prevención y el castigo del delito de genocidio, Birmania enfrenta dos demandas internacionales más, una en la Corte Penal Internacional en La Haya y la otra en un tribunal en Argentina, contra las atrocidades militares.
*Traducido por José Ricardo Báez González
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