El deterioro de salud del presidente palestino Mahmud Abás y tres días de protestas en la ciudad cisjordana de Ramala, sede del gobierno, han encendido más que nunca el debate sobre quién será el próximo en ocupar la silla presidencial.

La Ley Básica Palestina establece en su artículo 37 que en caso de que Abás muera, dimita o pierda sus capacidades para legislar, el portavoz del Consejo Legislativo asumiría temporalmente el poder y las obligaciones de la Presidencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) por un periodo de no más de 60 días, mientras se convocan elecciones.

El sucesor directo de Abás según la Ley Básica es Aziz Dweik, de 70 años, y actual portavoz del Consejo Legislativo. Dweik fue detenido y encarcelado en 2006 por su pertenencia a Hamás y liberado en 2009.

"No creo que la ANP en Ramala sea para nada consciente de la Ley Básica ni de ninguna otra ley relativa a este asunto. La Ley Básica ha sido tinta sobre papel durante muchos años y ha sido repetidamente violada por Mahmud Abás y su círculo sin ninguna responsabilidad legal", asegura a la Agencia Anadolu el doctor Ramzy Baroud, escritor y periodista, experto en la cuestión palestina.

"Por ejemplo, el Artículo 34 establece que el Presidente de la Autoridad Palestina 'será escogido en elecciones generales y directas por el pueblo palestino'. Pero el mandato de Abás expiró en 2009 y desde entonces ha operado sin un mandato popular".

Sobre si un posible vacío de poder puede generar una crisis política e inestabilidad, Baroub dice: "Los palestinos en los territorios ocupados han estado viviendo una crisis política por años. Sin embargo, la actual crisis de liderazgo es una mera extensión de la crisis de liderazgo de Fatah, que se ha estado gestando desde los últimos años tras el fallecimiento del líder Yasser Arafat".

Baroud considera que el "verdadero mandato (de Abás) se deriva de la ocupación israelí y de la coordinación de seguridad conjunta entre su Autoridad y el Ejército israelí" e insiste en que para que el artículo sea efectivo "es necesario que haya un Consejo Legislativo que funcione".

Las últimas elecciones del Consejo fueron en 2006 y las ganó Hamás, unos resultados que ni Israel ni el partido de Abás, Fatah, aceptaron. "La brecha que se ha producido desde entonces provocó un asedio israelí sobre Gaza y destruyó toda credibilidad que la democracia palestina aún poseía".

Para este experto, no tiene sentido discutir los pasos constitucionales y legales requeridos, una vez que Abás ya no esté en el cargo: "La triste realidad es que la democracia palestina no existe. Fue asesinada por Israel y Abás hace años. Lo que todavía existe son meras fachadas legales manipuladas por la Autoridad Palestina para establecer un grado de legitimidad".

Posibles candidatos

La elección de un posible sucesor de Abás no depende exclusivamente del apoyo que reciba de los palestinos. Para Baroud existen factores externos que influirán en la elección, como Estados Unidos e Israel, que quieren "un hombre fuerte con el que puedan hacer negocios" y "que pueda usarse como una herramienta para aplastar la disidencia", confiesa.

"Debemos recordar el gran choque entre Arafat y Mahmud Abás durante la Segunda Intifada (2000-2005). Abás, entonces, fue respaldado por EEUU e Israel. Ese choque resultó en la imposición de Abás como primer ministro de la Autoridad Palestina poco antes de la muerte de Arafat en 2004".

Abás asumió el control en 2005 e inmediatamente se movió para consolidar su posición y la de sus aliados, al tiempo que excluía a sus críticos. "Si bien es probable que la crisis actual se acentúe con la desaparición de Abás, es parte de la continua lucha de liderazgo de Fatah".

Otro grupo de influencia son los países árabes, incluyendo los del Golfo, que están tratando de empoderar a Mohammed Dahlan, "un líder militante palestino, corruptible con mucho dominio sobre los fondos, capaz de jugar políticas de clanes y facciones".

Mohammed Dahlan (1961) fue el encargado de Seguridad en la Franja de Gaza. En 2011 fue expulsado de Fatah y condenado por el Tribunal Anticorrupción de la ANP por malversación de fondos.

A mediados de 1990, Dahlan se hizo fuerte en Gaza y estableció buenas relaciones con Israel, EEUU y las agencias de inteligencia. Durante el estallido de la Segunda Intifada, Dahlan ya tenía la confianza de la seguridad israelí y se presentó como un rival de Yasser Arafat, al que acusó de corrupto.

Por otro lado, "Saeb Erekat hubiera sido una opción si no fuera por el hecho de que Estados Unidos ya no promueve el llamado 'proceso de paz'. Por ahora, él no sirve de nada", apunta Baroud.

Las opciones de sucesión se definirían entre Jibril Rayoub, Mahmud Aloul, Tawfiq Terawi o Marwan Barguti, este último desde la cárcel, el más popular entre los líderes de Fatah.

"Su liderazgo (Barguti) se basó en las redes de base que construyó durante las dos Intifadas (1987 y 2000). Los años que pasó en cárceles israelíes le permitieron adquirir mucha credibilidad", afirma el experto.

"El hecho de que haya estado preso en Israel durante muchos años, y que se haya comunicado con Hamás y otras facciones palestinas, le brindó poco apoyo entre las élites de Fatah menos populares pero más dominantes y sus benefactores regionales e internacionales".

Días de protestas en Ramala contra Abu Mazen

El descontento con Abu Mazen, como se conoce a Mahmud Abás, se agudizó tras la decisión de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de reducir los salarios de los trabajadores públicos de la Franja, y no de los trabajadores de Cisjordania, y que según el Gobierno palestino se debió al recorte de las ayudas económicas de los países extranjeros y al bloqueo israelí del enclave.

"Estamos aquí para condenar el castigo a la Franja de Gaza, queremos trabajar para la reconciliación (entre Hamás y Al Fatah) y la unión nacional de Gaza y Cisjordania, y parar de castigar a la gente a través de sus salarios", asegura a la Agencia Anadolu Isam Baker, del Comité Central del Partido de la Gente Palestina (PPP, por sus siglas en inglés).

"Necesitamos ir a nuevas elecciones e ir a un gobierno de rescate en donde estén representados todos los partidos políticos para lidiar con las dificultades que estamos enfrentando, como el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén", continúa.

Uno de los temas que preocupa a Baker es la protección de los palestinos ante la ocupación israelí y los futuros pasos hacia la mesa de negociaciones, donde Estados Unidos ya no es considerado como un mediador por las autoridades palestinas.

Ramzi Rabah, miembro del Frente Democrático para la Liberación de Palestina, reconoce que es urgente llevar a cabo un proceso democrático que venga "bajo el liderazgo de unas instituciones palestinas unidas", en referencia a la división que se mantiene desde hace más de 10 años entre Hamás, que gobierna de facto en Gaza, y Fatah, al frente del gobierno en Cisjordania.

"Queremos elecciones generales para el Consejo Legislativo y la presidencia del Consejo Nacional Palestino, y dar a la gente la potestad para elegir. No queremos ni necesitamos un golpe de Estado, necesitamos mantener las cosas en calma", insiste.

"La sociedad quiere una reunión entre Hamás y Fatah porque son los palestinos quienes están sufriendo la división que hay entre ambos, no tenemos tiempo, ni en Gaza ni aquí. Hay que tener unas instituciones unidas para negociar cualquier tipo de acuerdo", afirma Rabah.