Días después de la destitución del presidente de Sudán, Omar al-Bashir, el general Mohamed Hamdan Dagalo ha surgido como el hombre más poderoso del país.

Dagalo, mejor conocido por su sobrenombre “Hemedti”, es el vicepresidente del Consejo de Transición Militar (TMC), que asumió el poder después de la renuncia de al-Bashir, quien gobernó Sudán durante tres décadas.

Pero, Dagalo también comanda las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), una fuerza paramilitar que ha sido acusada de cometer un sinfín de abusos contra los derechos en la provincia occidental de Darfur y en otras partes del país.

Nacido en Darfur en 1975, Hemedti proviene de la tribu árabe rizigat presente en la provincia.

A sus 15 años, abandonó la escuela y empezó a laborar como pastor de camellos con lo que se desplazaba constantemente entre Sudán, Chad, Níger y Libia.

De acuerdo con fuentes familiares, Hemedti conformó una milicia armada para proteger su comercio cuando se desató la violencia en Darfur en la década de los 90.

Después, se unió a las Fuerzas de Defensa Popular (PDF), una milicia conformada por los aliados de al-Bashir en su guerra contra John Garang, el antiguo líder del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán.

Hemedti se unió más adelante a los yanyauid, una notoria milicia acusada de cometer atrocidades en contra de los civiles en Darfur.

En 2013, por petición de al-Bashir, Hemedti conformó las RSF, según indicó el mismo expresidente en declaraciones hechas previamente.

Pulir su imagen

Después de la destitución de al-Bashir, Hemedti se rehusó en un principio unirse al TMC, argumentando que sus fuerzas seguirían “trabajando para mantener la unidad de Sudán bajó la sombrilla de las fuerzas armadas”.

Sin embargo, cambió de parecer y se unió al TMC como diputado del líder del consejo militar, el general Abdel Fattah al-Burhan.

Desde entonces, se ha convertido en el rostro del consejo gobernante, promoviéndose a sí mismo como un líder fuerte, que puede atraer más apoyo tanto regional como internacional.

Aunque ha negado en repetidas ocasiones que no tiene planes de competir por la presidencia tras el periodo transicional de tres años que vivirá el país, muchos creen que Hemedti se está preparando para convertirse en el próximo presidente del país.

Según reportes mediáticos, Hemedti contrató a la agencia canadiense Dickens & Madson, con un contrato de USD 6 millones para poder pulir la imagen de las RSF.

Hemedti presuntamente también ha pedido a la Unión Europea reconocer los esfuerzos de sus fuerzas en la lucha contra la migración ilegal hacia Europa a través de Libia.

Desde 2015, miles de combatientes de las RSF han sido desplegados en el desierto a lo largo de las fronteras entre Sudán y Libia como parte del “proceso Jartum”, diseñado por la Unión Europea para disminuir el flujo de refugiados que llegan a Europa.

“Hemedti está realizando esfuerzos gigantes y está invirtiendo dinero pata pulir su imagen y reforzar la legitimidad de sus fuerzas y liberarse de las acusaciones en su contra de haber cometido crímenes”, explicó Salah Aldoma, un analista político sudanés, en declaraciones a la Agencia Anadolu.

Sus oponentes también lo acusan de acumular riqueza y poder al intervenir en muchos sitios de las áreas mineras ricas en oro en Darfur.

El demonio o el salvador

Los manifestantes acusan a Hemedti de haber ordenado la dispersión de una gran huelga que tuvo lugar a las afueras de los cuarteles generales del Ejército en Jartum a principios de junio. En estos hechos murieron decenas de personas.

Este sábado, un comité de investigación designado por la Fiscalía General de Sudán exoneró al TMC de ordenar la dispersión de la huelga.

Sin embargo, señaló que ocho comandantes no acataron las órdenes y usaron gas lacrimógeno y munición real, causando la muerte de decenas y dejando a muchos más heridos.

“No puedo decir quién es el demonio ni el salvador en Sudán porque estamos en el medio de un proceso legal, sin especulaciones”, declaró Ismail Altaj, portavoz de la oposición, la Asociación de Profesionales Sudaneses, a la Agencia Anadolu.

“Exigimos la formación de un comité independiente para investigar estos incidentes, así que no reconocemos los resultados de este comité de investigación”, agregó el portavoz.

La lucha por el poder

En las últimas semanas, el TMC arrestó a decenas de islamistas y a miembros del Partido del Congreso Nacional, por presuntamente haber organizado un golpe, incluido el primer vicepresidente, Bakri Hassan Salih, y el secretario general del Movimiento Islámico Sudanés, Al-Zubair Mohamed Alhassan.

El investigador sudanés Mohamed Badawi cree que el comandante de las RSF y los islamistas están ahora en una “lucha por el poder”.

“A pesar de su antigua lealtad a al-Bashir, Hemedti jugó un papel fundamental en su remoción”, sostuvo Badawi, director del Programa de Monitoreo, Documentación e Investigación en el Centro Africano por la Justicia y la Paz.

“Ahora, sus RSF son las únicas fuerzas organizadas que pueden enfrentar a los islamistas en Sudán”, mencionó el investigador, pero aclaró que no se debe olvidar que Hemedti sigue siendo “un obstáculo para la transformación democrática del país”.

Tariq Osman, un analista político de Sudán, opina que la participación de las fuerzas sudanesas en la campaña militar liderada por Arabia Saudita en contra de los rebeles hutíes en Yemen se ve reflejada de manera negativa en la estabilidad política de Sudán, particularmente después de la destitución de al-Bashir.

“Las RSF están ejerciendo muchos esfuerzos para reposicionarse a nivel regional e internacional al fortalecer su alianza con la coalición liderada por los saudíes”.

*Traducido por Daniela Mendoza.