Por: Alejandro Melgoza

El reciente fallecimiento de Marco Dulio, un hondureño asesinado presuntamente por autoridades mexicanas en la frontera norte con Estados Unidos, ha desatado críticas hacia la nueva política migratoria del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Múltiples organizaciones de la sociedad civil han interpuesto denuncias por la afectación de la población migrante.

Para Alberto Xicoténcatl, director de la Casa del Migrante en Saltillo, Coahuila, el caso de Marco Dulio, de 29 años, cuyo asesinato al parecer fue presenciado por su hija de 8 años, “crea un ambiente permisivo y de impunidad para que se cometa más violencia y se vulneren los derechos de los migrantes a su paso por el país”.

Las afirmaciones del defensor de derechos humanos coinciden con el comunicado lanzado por Amnistía Internacional tras la denuncia del asesinato en Coahuila, donde denunciaron que la acción policial en esa región ha resultado en el deterioro del trato a las personas migrantes, especialmente las provenientes de Centroamérica.

"Las autoridades mexicanas deben tratar a las personas migrantes y sus familias con humanidad, no perseguirlos o dispararles", manifestó ante la prensa mexicana Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

Y es que el caso del hondureño no es el único durante los primero siete meses del gobierno de López Obrador. El pasado 14 de junio una joven salvadoreña falleció por consecuencia de los disparos que efectuaron agentes de la Policía Federal en la localidad de Coatzacoalcos. Los hechos ocurrieron en el estado de Veracruz cuando un grupo de centroamericanos circulaba en una camioneta. En el hecho otras tres personas resultaron heridas.

Estos hechos ocurren después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazara al Gobierno mexicano a finales de mayo con imponer aranceles del 5% a ciertos productos si no se detenía el flujo migratorio hacia la frontera estadounidense.

Los aranceles finalmente no se impusieron, luego de que la delegación mexicana a cargo del canciller Marcelo Ebrard se comprometiera en un memorándum a resolver el paso de migrantes en la frontera sur, especialmente con el despliegue de la Guardia Nacional, decisión que ha sido fuertemente criticada por organismos de derechos humanos.

Al inicio de su gobierno, el presidente mexicano López Obrador se había mostrado abierto ante el tránsito de centroamericanos por el país en busca del sueño americano, sin embargo, desde el pasado 6 de junio su anuncio del despliegue de 6.000 miembros de la Guardia Nacional se hizo realidad.

Sin estrategia humanitaria

La noche del pasado 31 de julio, Marco Dulio cayó presuntamente abatido por autoridades en Saltillo. Habitantes de la zona reportaron que escucharon gritos de auxilio y vieron cómo los migrantes corrían mientras los uniformados les disparaban, según un comunicado de la Red de Casas de Migrantes.

La Fiscalía General del Estado declaró que disparó porque uno de los migrantes sacó un arma. Horas más tarde cambió su versión y señaló que la víctima murió por un tiroteo generado debido a la persecución de unos narcomenudistas.

El viernes 2 de agosto, el presidente mexicano señaló en su habitual conferencia de prensa de la mañana que se llevaría a cabo una investigación para esclarecer el caso. Hasta el momento, sólo ha sido detenido el policía que disparó contra el migrante.

Para Alberto Xicoténcatl, lo anterior es síntoma de que no sólo hay violencia contra los migrantes, sino que la atención no es integral, por lo cual la estrategia de AMLO está fallando.

“(López Obrador) empieza dejando un paso regulado, se forman las caravanas, entrega visas humanitarias y crea un colapso en la frontera norte y sur. Era una política de buena fe, pero no integral. No basta con que entren de forma regular los migrantes, sino que se brinde asistencia humanitaria, alimentación y salud”, añade Xicoténcatl.

“Esta política de puertas abiertas, sin ninguna estrategia, ocasiona una crisis en las fronteras norte y sur, y repercute en el ánimo de un presidente que quiere reelegirse en EEUU y toma como bandera la persecución de los migrantes. Presiona a México y a pesar de lo que dice AMLO promueve una política de persecución migratoria como no se tenía con Felipe Calderón y Peña Nieto”, asegura el activista.

Por otro lado, el defensor de migrantes añade que el problema viene agravándose desde el sexenio del expresidente Felipe Calderón, durante el cual destacó la corrupción del Instituto Nacional de Migración. Xicoténcatl explica que en ese Gobierno hubo denuncias contra agentes migratorios que al parecer pedían cuotas a migrantes para ingresar a territorio mexicano. Esto además de los ataques armados, por ejemplo el de 2010, cuando el cartel de Los Zetas asesinó a 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas.

Y con el exmandatario Enrique Peña Nieto, declara el experto, aumentó el número de secuestros contra migrantes y la colusión de agentes de migración con grupos del crimen organizado.