Política

Concejal y expolicía implicados en crimen de Marielle Franco en Brasil

Un testigo que trabajó para un grupo paramilitar declaró ante la Policía brasileña nombres, fechas, reuniones y otros detalles acerca del plan para asesinar a la activista y a su chofer.

Diego Camilo Carranza Jimenez  | 09.05.2018 - Actualızacıón : 09.05.2018
Concejal y expolicía implicados en crimen de Marielle Franco en Brasil La concejala brasileña Marielle Franco. (Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información de Venezuela)

Colombia

El concejal Marcello Siciliano, del Partido Humanista de la Solidaridad, y Orlando Oliveira de Araújo, un expolicía preso, fueron implicados en el crimen de la activista Marielle Franco y su chofer, Anderson Gomes, asesinados a tiros el 14 de marzo en Río de Janeiro.

Sus nombres fueron revelados por un testigo que trabajó para un grupo paramilitar y que declaró a cambio de protección ante al Departamento de Homicidios de la Policía Civil de Río, según informó el diario O Globo.

El hombre mencionó en tres declaraciones, detalles del plan para ultimar a Franco y habló de fechas, lugares de reunión y horarios, entre otros detalles. Al parecer, el crimen se habría planeado desde junio del año pasado.

El testigo afirmó haber presenciado al menos cuatro conversaciones entre Siciliano y Oliveira, quien está en la cárcel acusado de dirigir una milicia en el occidente de la ciudad carioca, al tiempo que citó otros cuatro sujetos que habrían sido escogidos para cometer el homicidio.

En declaraciones al mismo medio, Marcello Siciliano negó rotundamente conocer a Orlando Oliveira.

El 17 de marzo pasado, el ministro de Seguridad Pública de Brasil, Raúl Jungmann, aseguró que las balas con las que asesinaron a la concejala carioca fueron robadas a la Policía Federal.

Su pronunciamiento se dio luego de que los investigadores al frente del caso revelaran un día antes que las balas pertenecían a un lote comprado por las fuerzas policiales en Brasilia en 2006.

Franco, una enérgica crítica de la violencia policial, murió después de recibir cuatro disparos en la cabeza, de un total de nueve dirigidos contra el automóvil en el que se desplazaba.

El asesinato fue cometido por un grupo de personas en dos vehículos, cuando la activista feminista regresaba de un evento público con mujeres también afrodescendientes y defensoras de derechos humanos.

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