
Usar una peluca durante y después de una sesión de quimioterapia o radioterapia no es siempre una opción físicamente cómoda.

Una mujer prueba diferentes opciones de pelucas en la Fundación AMESE, que ayuda a las víctimas de cáncer a encontrar una oportunidad para tratar esta enfermedad.

“Para muchas mujeres que se someten a quimioterapia o radioterapia no es solo una cuestión de vanidad. "Nuestro cabello es nuestra gloria suprema (…) Perderlo es una experiencia que te cambia la vida, es angustiante. Se trataba de perder mi identidad y feminidad", dice una de las mujeres víctimas de cáncer.

Luz Ángela Merchan posa para una foto en Bogotá, el 29 de noviembre de 2017. La peluca le permitió vivir su vida, no como una persona enferma, sino como una amiga, una hija o una novia.

Luz Ángela dice que la peluca le regresó su confianza. “Me sentí glamurosa, segura de mí misma y mi autoestima se elevó por los aires (...) Sin ella, no sé de dónde más podría obtener la fuerza", dijo Luz Ángela.

Según varias de las usuarias de esta alternativa, hay mujeres que preferirían rechazar el tratamiento para su cáncer terminal, antes que perder el cabello.

Patricia Marín Mesa posa para una foto en Bogotá, Colombia el 29 de noviembre de 2017. En mayo de 2016, Patricia Marin Mesa fue diagnosticada con un tipo agresivo de cáncer de mama.

Cuando Patricia conoció su diagnóstico, por un instante, se despojó de todo el mundo que ella conocía. A pesar de las preocupaciones y emociones que estaba experimentando, la primera pregunta que se le vino a la mente fue: "¿Perderé mi cabello?". La vida puso a Patricia en un camino donde su futuro era incierto. Sin trabajo, con la aterradora perspectiva de una cirugía invasiva y semanas de tratamiento agotador. En lugar de desmoronarse por el estrés, decidió tomar el control y prepararse para lo inevitable usando una peluca.

Una peluca se asemeja a un sombrero. Se pone en tu cabeza y en los días calurosos te hace sudar. Lo más importante es que tiene que ser segura, de lo contrario puede irritar el cuero cabelludo y dejar una marca en la línea del cabello si está demasiado apretada a la cabeza.

Luz Ángela Merchan prueba diversas pelucas en la fundación. La peluca le permitió vivir su vida, no como una persona enferma, sino como una amiga, una hija o una novia.

Tatuajes de Luz Ángela Merchan con el logotipo de International Cancer Support.''Desde que las sonrisas estén intactas: la vida continúa”, dice Luz Ángela.