Türkİye, Operación Fuente de Paz

Capacidad militar de Turquía dio un giro a la situación en Siria

La Operación Fuente de Paz demostró que un poder militar usado de forma sabia puede transformar conflictos.

Dr. Can Kasapoğlu  | 25.10.2019 - Actualızacıón : 26.10.2019
Capacidad militar de Turquía dio un giro a la situación en Siria Las Fuerzas Armadas turcas continúan las operaciones contra el PKK, catalogado como organización terrorista por Turquía, Estados Unidos y la UE, y la milicia YPG kurda siria, que Turquía considera como un grupo terrorista, en el marco de la Operación Fuente de Paz de Turquía en Ras Al Ayn, octubre 17, 2019. ( Fuerzas Armadas turcas )

İstanbul

Por: Dr. Can Kasapoglu

La Operación Fuente de Paz ha evitado efectivamente la aparición de un estado subversivo en las fronteras de Turquía, y puso fin al complot territorial de la red terrorista YPG/PKK en Siria. Este logro geopolítico está por encima de todo para Ankara.

En este punto, uno no puede evitar hacer la pregunta del millón de dólares: ¿el fracaso de este proyecto de autonomía, de hecho consumado, sigue siendo la razón subyacente de algunas reacciones, principalmente utilizando el disfraz humanitario, contra la campaña militar de Turquía? Si es así, hagamos una llamada aleccionadora.

La Operación Fuente de Paz se ha centrado en un plan ambicioso de varias etapas. Primero, como un esfuerzo transfronterizo de lucha contra el terrorismo en esencia, su objetivo era liberar la presencia de los terroristas del YPG/PKK a lo largo de la frontera siria. Al hacerlo, ganó profundidad táctica y siguió siendo militarmente crucial para asegurar las áreas fronterizas.

Desde el comienzo de la operación, el bombardeo indiscriminado de los militantes del YPG/PKK y el uso sistemático de municiones no guiadas cobraron la vida de decenas de civiles en Turquía. Ankara enfrentó un desafío similar antes y durante la Operación Escudo del Éufrates en 2016, en un momento en que los cohetes de Daesh asaltaron las ciudades fronterizas.

Los planificadores de defensa turcos respondieron a la amenaza presionando rápidamente a las zonas controladas por Daesh y, finalmente, capturando al-Bab, que albergaba las principales instalaciones de producción y almacenamiento de cohetes del grupo terrorista al oeste del Éufrates.

Parecida a la Operación Rama de Olivo, que despachó 72 aviones para atacar más de 100 objetivos al principio, la apertura de Fuente de Paz también fue testigo de una potencia de fuego masiva, con más de 200 objetivos alcanzados por elementos de apoyo de fuego con base en tierra y la fuerza aérea en 12 horas.

Aparentemente, desplegar una potencia de fuego abrumadora al inicio de los esfuerzos de guerra híbrida se ha convertido en el epicentro de los CONOPS (conceptos de operaciones) del ejército turco contra las amenazas asimétricas.

En la fase ofensiva terrestre que siguió, la operación concentró la mayor parte de las formaciones de combate a lo largo de Tal Abiad y Ras al-Ayn, mientras que la fuerza aérea penetró más profundamente para atacar las líneas críticas de comunicaciones y las áreas traseras que apoyan las posiciones del YPG/PKK. Mientras tanto, los miembros del Ejército Nacional Sirio bloquearon la carretera M4 en el sur, obstaculizando efectivamente la libertad de movimiento de los terroristas a través de esta crítica ruta de suministro.

Específicamente en Ras al-Ayn, la red de túneles del YPG/PKK causó algunos desafíos temporales para el avance de la operación. Se puede recordar que tales complejos de túneles también fueron fuente de preocupación durante la Operación Escudo del Éufrates y la Operación Rama de Olivo.

Probablemente, a partir de ahora, las crecientes industrias de defensa de Turquía se centrarán en desarrollar capacidades de guerra subterránea, que es una amarga realidad del Oriente Medio contemporáneo. Para abordar el desafío subterráneo, particularmente, la robótica terrestre no tripulada con más autonomía podría proporcionar soluciones efectivas.

Finalmente, se puede observar claramente la creciente capacidad del ecosistema de defensa de Turquía en los sistemas de armas desplegados. Especialmente, las municiones inteligentes y las bombas de penetración de la Fuerza Aérea Turca, así como el armamento de apoyo de fuego con base en tierra turca del ejército fueron cruciales para brindar una gran potencia de fuego.

Por supuesto, la “dronización” de las Fuerzas Armadas turcas ha atraído una vez más la atención. El Bayraktar TB-2 y otros sistemas aéreos no tripulados siguen siendo vitales para las capacidades de guerra centradas en la red, el ataque táctico de precisión y las misiones ISTAR (inteligencia, vigilancia, adquisición de objetivos y reconocimiento).

En general, Turquía está aprendiendo sus lecciones militares. En cada campaña expedicionaria en Siria, a saber, en Escudo del Éufrates, Rama de Olivo y, por último, Fuente de la Paz, Ankara ha registrado notables mejoras en la generación de fuerza, planificación y CONOPS. Más importante aún, las Fuerzas Armadas turcas y la base tecnológica e industrial de defensa nacional (DTIB) han ganado una invaluable experiencia de guerra híbrida frente a peligrosos grupos terroristas como Daesh y el YPG/PKK.

El poder militar cambia las reglas del juego

La Operación Fuente de Paz demostró que el poder militar es un factor de cambio de juego cuando se usa sabiamente con objetivos políticos claros. Al flexionar sus músculos militares, Ankara aseguró dos acuerdos separados con Washington y Moscú.

Las negociaciones con Estados Unidos permiten el control efectivo de Turquía entre Tal Abiad y Ras al-Ayn con una zona segura de unos 30 kilómetros de profundidad. Ankara disfruta de un mayor margen de maniobra en esta área. El acuerdo asegurado con Rusia hará posible la creación patrullas conjuntas turco-rusas de 10 kilómetros, junto con la retirada total del PKK de la zona segura (señalando que Qamishli se mantuvo por fuera del acuerdo).

Más importante aún, la declaración de la reunión de Sochi entre el presidente Recep Tayyip Erdogan y el presidente Vladimir Putin destacó el papel esencial del Acuerdo de Adana como elemento principal para construir un futuro en Siria. La construcción de mecanismos de verificación más factibles para el Acuerdo de Adana requerirá tiempo y esfuerzo. Además, el riesgo de encuentros cercanos entre el ejército árabe sirio y las fuerzas armadas turcas (así como el ejército nacional sirio) debe evitarse con cuidado.

¿Cómo perder un aliado de la OTAN?

La cartera del YPG/PKK marcó uno de los momentos más críticos en las relaciones turco-estadounidenses. Si bien surgen muchos problemas, el nudo gordiano gira en torno al significado real del PYD/YPG a los ojos de Washington. Más importante aún, vincular los desacuerdos bilaterales sobre las ramificaciones del PKK con las agendas de la OTAN podría generar resultados muy desfavorables.

En 2016, durante su testimonio ante el Senado, el Secretario de Defensa Ashton Carter dijo que el PKK era una organización terrorista designada no solo en Turquía sino también en Estados Unidos. El secretario Carter agregó que estaba al tanto de los “lazos sustanciales” entre el YPG y el PKK, de modo que la agenda de Estados Unidos con los grupos relacionados con el YPG sería transaccional y se limitaría a las operaciones contra Daesh.

Quizás irónicamente, Ashton Carter hizo esta declaración en respuesta a los comentarios del senador Lindsey Graham, criticando las políticas particulares de la administración de Obama en cuanto a las ramificaciones del PKK en Siria. Sin embargo, el 7 de octubre de 2019, el senador Graham tuiteó que estaba trabajando en un plan de sanciones bipartidista con su colega demócrata, el senador Chris Van Hollen, para suspender a Turquía de la OTAN, en caso de que Ankara inicie un esfuerzo transfronterizo en el noreste de Siria.

Bueno, para empezar, los cuerpos legislativos de las naciones miembros no involucran ningún mecanismo para suspender la membresía de un Estado aliado a la Alianza del Atlántico Norte. Además, el problema del PYD/YPG, junto con las divergencias bilaterales entre Ankara y Washington con respecto a Siria, no son cuestiones relacionadas con la OTAN.

La alianza de la OTAN, por otro lado, se centra en el Artículo 5 y en el casus foederis (Motivo de la alianza) construido a su alrededor. El uso de la amenaza de suspensión de la membresía de la OTAN como palanca de política exterior, especialmente en un desacuerdo bilateral, pondría en peligro las garantías de seguridad de la alianza en espacios más amplios del mundo.

Digámoslo de esta manera, ¿llamaría el senador Graham a la suspensión de, por ejemplo, Polonia o Estonia de la OTAN, en caso de una disputa bilateral con Varsovia o Tallin? Creo que todo el mundo sabe lo que marcarían las respuestas “Sí” o “No”, y no hay una respuesta inofensiva a esta pregunta. Mientras que un “Sí” equivaldría al colapso práctico de las garantías del Artículo 5, un “No” significaría que Turquía se enfrentará a dobles estándares.

En particular, al momento de escribir este artículo, los recursos de las redes sociales sugirieron el testimonio de una figura influyente de las SDF (YPG/PKK) en el Capitolio, solicitando la suspensión del artículo 5 de la OTAN para Turquía debido a su reciente campaña militar en Siria. Esta es una señal peligrosa para la cohesión y el futuro de la alianza.

Ya se trate de ramas del PKK u otra entidad en todo el mundo, si queremos mantener a la OTAN trabajando durante los próximos 70 años, no se debe permitir que un grupo armado no estatal cuestione la solidez de las garantías del artículo 5 para un Estado miembro, especialmente en el cuerpo legislativo de otro Estado miembro.

¿Qué sigue?

En general, la viabilidad de un hecho consumado controlado por el PKK en Siria parece haber terminado geopolíticamente.

Por el momento, a pesar de sus logros en el campo de batalla, Ankara debería revisar su capacidad de operaciones estratégicas de comunicación e información que marcó el talón de Aquiles de la Operación Fuente Paz. Moscú debería trabajar para salvaguardar el Acuerdo de Adana y mantener al régimen Baath alejado de sus viejos y sucios hábitos. Y Occidente, rápida y sobriamente, debería decidir si es una sabia decisión arriesgar la identidad estratégica de la OTAN de Turquía por el YPG/PYD en Siria.

De hecho, el entorno de información en el ciberespacio podría ser muy anti-Turquía hoy en día, y probablemente sea fácil saltar en la tendencia actual. Sin embargo, las capitales occidentales tienen que ver el hecho mismo de que los objetivos político-militares de la Operación Fuente de Paz ya han asegurado un amplio consenso social en la opinión pública turca que va mucho más allá de los problemas internos de la nación.

Can Kapusoglu es director del Programa de Estudios de Seguridad y Defensa del grupo de investigación EDAM con sede en Estambul.

**Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.

*Traducido por Daniela Mendoza.

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