Visita oficial de Trump a India es una manera de crear un "eje antichino" en la región
El deseo de EEUU de mantener a la India a su lado, en contra de la política China, será un factor importante en lo que Trump y Modi logren, afirman varios analistas consultados por la Agencia Anadolu.

Washington DC
Mientras el Presidente de los Estados Unidos Donald Trump prepara su primer viaje oficial a la India desde que asumió el cargo, China se impondrá en la visita aunque no sea una declaración oficial.
La visita de dos días de Trump, que comienza el 24 de febrero, lo convertirá en el cuarto presidente estadounidense consecutivo que visita India, una señal de la creciente importancia del país sudasiático para Washington, en medio de la creciente influencia global de Pekín.
La visita se produce tras una reunión de los ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores de EEUU e India en diciembre pasado, que concluyó con un acuerdo para "trabajar juntos en apoyo de una región Indo-Pacífica libre, abierta e inclusiva".
Los altos funcionarios también hablaron sobre la cooperación para contrarrestar "las amenazas regionales y globales", una forma sutil para referirse a las políticas de Bejing. También se anunciaron los planes para un Diálogo Ministerial 2+2 en la India, otra señal de la creciente cooperación entre las dos democracias más grandes del mundo.
Expectativas y realidades
Para el analista político Ajit Sahi, India se ha convertido realmente en un "eje" de la "política antichina" de los Estados Unidos. "India es el único país de la región que está al lado de Estados Unidos en su esfuerzo por contener la influencia global de China", dijo Sahi, que tiene su sede en Washington, en una entrevista con la Agencia Anadolu.
En la agenda de Trump y del primer ministro indio Narendra Modi, durante la visita de la próxima semana, estará la venta de nuevas armas y el avance de un posible acuerdo comercial. Este último limitaría el desequilibrio comercial de los Estados Unidos con la India, un objetivo clave para Trump en su intento de reducir los déficits comerciales internacionales de Washington.
"Algunos de los avances en la cooperación en materia de seguridad y cooperación económica se hacen ciertamente teniendo en cuenta a China", dijo Richard Rossow, quien ocupa la cátedra Wadhwani en Estudios de Política Estados Unidos-India, en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. "Impulsa mucho de lo que está sucediendo, pero muchas veces no es tan visible; está más bien entre bastidores".
El presidente de EEUU lanzó agua fría a la idea de que se llegara a un acuerdo comercial durante su viaje, pero dejó la puerta abierta para llegar a un consenso sobre un pacto poco sistemático.
"Bueno, podemos tener un acuerdo comercial con la India, pero realmente estoy guardando el gran acuerdo para más tarde", dijo Trump a los periodistas el martes. "Estamos haciendo un gran acuerdo comercial con India. Lo tendremos. No sé si se hará antes de las elecciones, pero tendremos un gran acuerdo con ellos".
Entre los puntos que las partes podrían acordar, dentro de un acuerdo comercial limitado, están las concesiones para retirar los aranceles agrícolas y frenar los controles de precios de la India en los dispositivos médicos. "Creo que hay un modesto paquete de cosas que la India podría poner sobre la mesa, que no creo que dañe tan dramáticamente la base interna del gobierno", dijo Rossow.
"Pero al menos a nivel de líderes, anunciar que tienen un acuerdo de principio para eliminar algunos de los impedimentos... carece de sustancia a veces. Pero creo que mientras lleguen a ese nivel, en el que se sientan cómodos usando ese lenguaje y esas palabras en el escenario... lo considerarán una victoria", añadió el catedrático.
Críticas costosas
La creciente influencia global de Beijing jugará un papel tan importante en lo que se aborde en la cumbre, como en lo que se deje de lado.
Si bien es probable que los contratos comerciales y de defensa reciban la mayor facturación, es muy improbable que el presidente de los Estados Unidos presione a Nueva Delhi en público sobre su historial de derechos humanos, incluyendo una nueva y controvertida ley de ciudadanía que ha suscitado la preocupación de algunos funcionarios estadounidenses, y la actual represión del gobierno indio en Jammu y Cachemira.
La renuencia de Trump a sacar a relucir estos temas se debe a la preocupación de EEUU por no molestar a su socio del sur de Asia, en su intento por mantener un contrapeso regional clave frente a China, según el analista político Ajit Sahi. "China es la única razón por la que los políticos estadounidenses y el gobierno de EEUU son absolutamente reacios a denunciar a India sus violaciones de los derechos humanos, las libertades civiles y las libertades religiosas", agregó.
La ley de ciudadanía de la India permite que las minorías religiosas perseguidas en la región (budistas, cristianos, hindúes, jainistas y parsis, pero no musulmanes) puedan obtener rápidamente la ciudadanía india.
Desde entonces, la región de Jammu y Cachemira administrada por la India ha estado bajo un bloqueo casi completo, desde que Nueva Delhi desechó el estatus especial de la región en agosto pasado, terminando con las regulaciones constitucionales previamente establecidas para esta región donde vive una mayoría musulmana.
Varios grupos de derechos humanos, entre ellos Human Rights Watch y Amnistía Internacional, han pedido repetidamente a la India que levante las restricciones y libere a los detenidos políticos. Los intentos de reprimir el acceso a la región en disputa también han dado como resultado que el Departamento de Estado de EEUU no pueda enviar una delegación para ser testigos de las condiciones de los cachemiros de primera mano.
*Traducción por José Ricardo Báez G.
El sitio web de la Agencia Anadolu contiene sólo una parte de las historias de noticias ofrecidas a los suscriptores en el Sistema de Difusión de AA News (HAS), y en forma resumida.