El Vaticano suspendió por 10 años al sacerdote José Manuel Ramos Gordón, de la diócesis de Astorga (León), quien está acusado de abusar sexualmente de niños hace 35 años en el colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria, en Zamora, al noroeste de España.

Así lo anunció a través de una resolución la Congregación para la Doctrina de la Fe, órgano colegiado de la Santa Sede.

El caso ha estado en estudio desde 2014 cuando una de las víctimas le mandó una carta al Papa Francisco narrando los horrores ocurridos en el seminario en el curso 1988-1989. La carta detalla cómo el denunciante, su hermano y dos niños más, que entonces tenían 13 y 14 años, recibían visitas del cura, que para entonces era su tutor, a sus cuartos.

En julio de 2017 el Obispado de Astorga lo apartó “del oficio de párroco” luego de un proceso canónico en el que el sacerdote admitió haber abusado de varios niños hace tres décadas cuando era docente del Seminario Menor de La Bañeza (León).

A pesar de la confesión, el obispo Juan Antonio Menéndez mantuvo la decisión canónica en secreto y el pasado 17 de octubre Ramos Gordón fue homenajeado en Tábara.

La suspensión fue anunciada este lunes mientras continúa la investigación contra el cura por los abusos sexuales. Algunas de las víctimas sufrieron secuelas psicológicas por los vejámenes a los que fueron sometidos.

Durante la década de castigo, Ramos Gordón deberá residir en un monasterio o convento fuera de la diócesis de Astorga. Después podrá vivir en la casa sacerdotal y celebrar la eucaristía con autorización expresa, según ha explicado este lunes en rueda de prensa el obispo Juan Antonio Menéndez.