"Francia es el último país que nos puede dar una lección sobre genocidio e historia", dijo el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, luego de que Francia declarara el 24 de abril como el Día en Conmemoración del "Genocidio" Armenio.

Las declaraciones de Cavusoglu hacen referencia a los registros de la guerra de independencia en Argelia, en donde cerca de 1,5 millones de argelinos murieron y cientos de miles resultaron heridos, desaparecidos o forzosamente desplazados. Argelia ha solicitado constantemente que Francia reconozca los crímenes de su época colonial en el país africano.

En cuanto a Ruanda, Francia apoyó con armas y entrenamiento militar al gobierno de mayoría Hutu, que llevó a cabo el genocidio contra la etnia Tutsi. Además, el país europeo estableció una “zona segura” que, según críticos, permitió el escape de muchos presuntos criminales de guerra luego del genocidio de 1994.

Cavusoglu también subrayó que la declaración francesa está en conflicto con la Corte Constitucional del país europeo que se pronunció contra la criminalización de la negación del “genocidio armenio”. Finalmente, agregó que no es trabajo de los políticos juzgar hechos históricos.

No existe un consenso académico o político sobre la cuestión. De hecho, para llegar al trasfondo del asunto, Ankara propuso la creación de una comisión conjunta compuesta por historiadores turcos junto con otros expertos internacionales con el objetivo de estudiar los sucesos de 1915.

Turquía no niega que existieron las masacres de civiles armenios, pero no admite que se trate de un "genocidio", pues las muertes no fueron el resultado de un plan de exterminio masivo, sistemático y premeditado dispuesto por el Estado otomano, sino que se debieron a las luchas interétnicas, las enfermedades y el hambre durante el confuso periodo de la Primera Guerra Mundial.

Para Turquía el uso del término “genocidio” para describir los sucesos ocurridos en 1915 no solo ignora los hechos históricos, las condiciones de la guerra y el derecho de naciones, sino que no permite que turcos y armenios se reconcilien para determinar lqué fue lo que realmente ocurrió.

*José Ricardo Báez G. contribuyó con la redacción de esta nota