Turquía le pide a China que cierre los campos de detención de los uigures

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía, Hami Aksoy, criticó este sábado la política de asimilación sistemática de las autoridades chinas hacia los uigures turcos, diciendo que es una "gran vergüenza".

El portavoz dijo que "la política de asimilación sistemática de las autoridades chinas hacia los uigures turcos es una gran vergüenza para la humanidad".

"Ya no es un secreto que más de un millón de turcos uigures, que están expuestos a arrestos arbitrarios, son sometidos a torturas y lavado de cerebro político en centros de concentración y prisiones", dijo Aksoy.

“Los uigures que no están detenidos en los campos también están bajo una gran presión. Nuestros ciudadanos de origen uigur que viven en el extranjero no pueden escuchar a sus familiares que viven en esta región", agregó.

Turquía invita a las autoridades chinas a respetar los derechos humanos fundamentales de los uigures turcos y a cerrar los campos de concentración, dijo Aksoy.

"También pedimos a la comunidad internacional y al secretario general de la ONU que tomen medidas efectivas para poner fin a la tragedia humana en la región de Xinjiang", agregó.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores también mencionó la muerte del poeta y músico uigur Abdurehim Heyit, ocurrida este sábado.

"En ese ambiente, hemos aprendido con gran pena que el poeta digno Abdurehim Heyit, quien fue condenado a ocho años de prisión por sus composiciones, murió en el segundo año de su encarcelamiento", dijo.

Para él, "este trágico incidente ha fortalecido aún más la reacción del público turco a las graves violaciones de derechos humanos en la región de Xinjiang".

La región china de Xinjiang alberga alrededor de 10 millones de uigures. El grupo turco musulmán, que representa alrededor del 45 por ciento de la población de Xinjiang, ha sido sometido durante mucho tiempo a discriminación cultural, religiosa y económica por parte de las autoridades de China.

Esa nación incrementó sus restricciones a la región en los últimos dos años, prohibiendo a los hombres dejar crecer sus barbas y a las mujeres a usar velos, e introduciendo lo que muchos expertos consideran el programa de vigilancia electrónica más extenso del mundo, según el Wall Street Journal.

De acuerdo con funcionarios de Estados Unidos y expertos de la ONU, hasta 1 millón de personas, o alrededor del 7 por ciento de la población musulmana en Xinjiang, han sido encarcelados en una red en expansión de campos de "reeducación política".

En su último informe, publicado en septiembre pasado, Human Rights Watch culpó al gobierno chino por una "campaña sistemática de violaciones de derechos humanos" contra los musulmanes uigures en el noroeste de Xinjiang, una región autónoma del país.

Según un informe de 117 páginas, el gobierno chino llevó a cabo “detenciones masivas arbitrarias, torturas y malos tratos” de los uigures turcos en la región.

*Maria Paula Triviño contribuyó con la redacción de esta nota.