El rapero estadounidense Kanye West sostuvo una reunión este jueves con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca, donde dio un discurso de 10 minutos acerca de su amor por el mandatario.

West, quien pidió que lo llamen "Ye", ha sido un partidario incondicional de Trump que ha sacado críticas de algunos de sus amigos más cercanos, incluido el cantautor John Legend, quien le suplicó en mensajes de texto hechos públicos por el mismo Kanye, reconsiderar su posición.

Pero el rapero no se ha dejado intimidar y llegó a la Casa Blanca para conversar con el presidente sobre la creación de empleos, los programas de capacitación de la fuerza laboral y la violencia en Chicago, la ciudad natal de West.

El exjugador Jim Brown que hace parte del Salón de la Fama National Football League Running Back, la hija de Trump, Ivanka, y su esposo, Jared Kushner, también estuvieron presentes.

West ofreció un improvisado discurso que dejó algo perplejos a los asistentes en la Oficina Oval, ya que pasó de temas como la libertad de un hombre de 68 años que según él está preso siendo inocente, hasta las cantidades de universos que existen.

Kanye se refirió también a enfermedades mentales, su afecto por Trump y la gorra de "Make America Great Again" que llevaba puesta.

Mientras completaba su monólogo en solitario, Kanye se levantó de la silla y rodeó el escritorio del presidente para dirigirse a Trump, a quien abrazó con afecto.

"Amo a este tipo aquí", exclamó Kanye, intercambiando un apretón de manos con Trump.

Cuando se le preguntó si West podría ser un potencial candidato presidencial, Trump respondió que "podría muy bien serlo".

"Solo después, tendría que ser 2024", dijo Kanye, refiriéndose al año en que Trump alcanzaría el tope presidencial si es reelegido para dos períodos.

*Maria Paula Triviño contribuyó con la redacción de esta nota.