Tribu indígena de Canadá busca más tumbas sin marcar en antigua escuela residencial en Columbia Británica
La Primera Nación Tk'emlups te Secwepemc exigió la divulgación de los registros de asistencia de las escuelas al Gobierno federal para ayudar a identificar los cuerpos de los niños indígenas.

TORONTO, Canadá
La Primera Nación Tk'emlups te Secwepemc, una tribu indígena de Canadá, manifestó este jueves 15 de julio que faltaban unos 160 acres para buscar más tumbas sin marcar en los terrenos de la antigua escuela residencial indígena de Kamloops, en Columbia Británica.
La primera zona registrada fue un huerto de manzanas porque allí se encontró la costilla de un niño, señaló Sarah Beaulieu, especialista en radar terrestre de la Universidad de Fraser Valley, en una rueda de prensa.
Beaulieu precisó que el descubrimiento posterior del diente de un niño en otra área indicaba que se necesitaba una búsqueda más amplia.
Rosanne Casimir, jefa de la tribu, contó historias sobre la escuela, en su momento la más grande de Canadá en la década de 1950, y que se transmitieron de boca en boca. Dichas historias llevaron al hallazgo de 215 tumbas sin marcar a finales de mayo.
"Llevaban la carga de la verdad. Esta es una dura verdad. Se referían a un capítulo histórico oscuro, pero los pueblos indígenas están muy vivos con las repercusiones que están viviendo hoy", indicó Casimir.
Ha habido otras tres revelaciones de tumbas sin nombre en antiguas escuelas residenciales indias, lo que elevó el total a 1.308 desde el descubrimiento de Kamloops.
Ver también: Encuentran otras 160 tumbas clandestinas de niños indígenas en el oeste de Canadá
Según datos del Gobierno, unas 139 escuelas indígenas llegaron a existir en Canadá. La primera se inauguró en la década de 1920 y se estima que unos 150.000 niños indígenas fueron, en algunos casos, separados de sus familias y obligados a asistir.
El objetivo era erradicar la cultura indígena y reemplazarla por la cultura blanca europea. La última escuela cerró en 1996. Se cree que 4.000 menores murieron de enfermedades, desnutrición o abusos y fueron enterrados en las escuelas, muchas de las cuales estaban dirigidas por órdenes religiosas.
Los sobrevivientes de la escuela de Kamloops también dijeron que recuerdan a niños de tan solo seis años que fueron levantados de sus camas para cavar tumbas en el huerto de manzanas.
Casimir exigió la divulgación de los registros de asistencia del Gobierno federal para ayudar a identificar a los niños. También dijo que los Oblatos de María Inmaculada, la orden católica a cargo de la escuela durante décadas, deben publicar sus registros.
La jefa de la tribu, sin embargo, destacó que la demanda de divulgación y la búsqueda de cadáveres no fue motivada por venganza.
"No estamos aquí para tomar represalias. Estamos aquí para decir la verdad. Estamos trazando un camino a seguir para llevar la paz a esos niños desaparecidos, sus familias y sus comunidades", concluyó.
*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.