El director ejecutivo de Intel Corp., Brian Krzanich, y el de Under Armour, Kevin Plank, se retiraron este lunes del Consejo de fabricantes del presidente de EEUU, Donald Trump, por su reacción a las protestas de la supremacía blanca en Charlottesville, Virginia.

Las protestas terminaron en disturbios, en los que murió una mujer. 

“He presentado mi renuncia al Consejo de Fabricantes Estadounidenses”, dijo Krzanich. 

“Me retiro para llamar la atención sobre el fuerte daño que nuestro clima político dividido está causando en asuntos críticos, incluyendo la necesidad de abordar el declive de la manufactura americana”, dijo. 

El CEO (siglas en inglés de Director ejecutivo) de Intel agregó que la política y sus agendas han marginado la importante misión de reconstruir la base manufacturera de Estados Unidos.

Plank, por su parte, explicó que estaba agradecido por la oportunidad de servir, pero decidió retirarse del Consejo.

“Nos mantenemos firmes en nuestro potencial y habilidad para mejorar la industria manufacturera de América”, afirmó el director ejecutivo.

“Sin embargo, Under Armour se compromete con la innovación y el deporte, no con la política”, agregó.

Dichas renuncias tuvieron lugar después de la decisión que tomó el CEO de Merck, Kenneth Frazier, de dimitir del Consejo ese mismo día por la mañana.

Frazier, uno de los pocos directores ejecutivos de color que se encuentra dentro de la lista de Fortune 500 company, aseguró que Trump “debe hacer honor a nuestros fundamentos y rechazar las expresiones de odio, intolerancia y grupos de supremacía”.

Frazier no se refirió directamente a la respuesta que dio Trump frente a los ataques violentos, pero declaro que “como CEO de Merck y como un asunto personal de consciencia, me siento en la responsabilidad de tomar una posición contra la intolerancia y el extremismo”.

Miles de manifestantes se reunieron el pasado viernes por la noche en la Torre Trump, en Nueva York, para rechazar los eventos ocurridos en Charlottesville y la respuesta de Trump.

Mientras la limosina del Presidente llegaba, los manifestantes la recibieron con pancartas mientras se escuchaba el coro: “Shame! Shame!” (¡Vergüenza!¡ Vergüenza!).