Sociólogo turco: las secuelas del coronavirus anuncian una nueva era
La vida cotidiana, la estructura social, las relaciones entre el Estado y la sociedad tendrán un cambio importante debido a la pandemia de coronavirus, asegura Yusuf Adiguze, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sakarya.
ANKARA
El nuevo brote de coronavirus ha tenido un profundo impacto en la estructura social, pues ha cambiado ampliamente las percepciones y demandas de muchas personas, y por lo tanto, nada puede ser igual, dijo en una entrevista con la Agencia Anadolu el sociólogo turco Yusuf Adiguzel, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sakarya, en el noroeste de Turquía.
Adiguzel dijo que la vida cotidiana, la sociedad y los gobiernos se enfrentarían a grandes cambios en el mundo posterior al virus.
La vida cotidiana
Para el académico turco, el aislamiento social y las condiciones de cuarentena tienen impactos mentales. Estar sentado en casa siguiendo las noticias sobre la pandemia mundial podría causar problemas psicológicos como trastornos de personalidad, ansiedad y paranoia.
Incluso los miembros de la familia a menudo se evitan entre sí debido a la creciente desconfianza en la sociedad, dijo Adiguzel. "Espero que la gente empiece a conocerse con más moderación después del brote y que preste más atención a la distancia social que antes".
Según Adiguzel, después de un largo período de aislamiento social y cuarentena, la gente cambiará su comportamiento, perdiendo algunos hábitos y ganando otros. "Las rutinas diarias cambiarán, especialmente las actividades en el tiempo libre [...]. La gente reconocerá que la vida diaria puede suceder en la casa".
El decano subrayó que, después de que el brote disminuya, la gente tratará de volver a sus viejos hábitos, solo para descubrir que no pueden disfrutarlos tanto como antes. "El hábito de distanciamiento social, la disminución del deseo de actividades antiguas y el deseo de pasar más tiempo en casa empujará a las personas a la soledad y al individualismo", dijo Adiguzel.
Estructura social
Adiguzel advirtió que los efectos de la pandemia corrían el riesgo de revelar y profundizar aún más las diferencias de clase que ya prevalecían en la sociedad.
"Aunque se hicieron llamadas para 'quedarse en casa' debido a la pandemia, esta llamada fue principalmente para los trabajadores ricos capaces de trabajar desde casa. Aquellos que trabajan en empleos intensivos tuvieron que seguir trabajando con máscaras para mantener la economía en funcionamiento y hacer que el trabajo a distancia sea más cómodo para los primeros".
Por lo tanto, tales llamadas para quedarse en casa no fueron tomadas amablemente por tales trabajadores, añadió Adiguzel. Y subrayó que muchos de los que tenían que seguir trabajando lo hacían por otros que podían quedarse en casa, pero se les acusaba de negligencia y descuido.
"Para que quienes permanecían en casa siguieran viviendo cómodamente, las empresas de comercio electrónico y de transporte marítimo, así como los trabajadores de reparto a domicilio, tenían que seguir distribuyendo los bienes de consumo diario sin problemas", argumentó.
Adiguzel aseguró que por todas estas razones, los trabajadores se han vuelto más conscientes de las diferencias de clase y de su posición en la sociedad.
Las relaciones entre Estado y sociedad
Al subrayar la debilidad de muchos gobiernos ante el brote de COVID-19, Adiguzel dijo que la relación entre los Estados y sus respectivas sociedades tendría que cambiar y que habría que reinterpretar las expectativas de las sociedades respecto a sus Estados. "Debido al brote, las políticas capitalistas y neoliberales se han visto sacudidas, y la necesidad del Estado de bienestar social se ha hecho más evidente".
Según Adiguzel, el coronavirus se propagó más rápidamente en los países con redes de seguridad social y sistemas de salud débiles. En los países con sistemas sanitarios "extremadamente caros", muchos de los que tienen bajos ingresos no pudieron buscar atención médica, lo que permitió que el virus se extendiera por toda la sociedad "sin distinguir entre ricos y pobres".
Adiguzel dijo que la insuficiencia del sistema existente empujó a la gente a cuestionar el orden existente, sus vidas y sus deseos. "La gente comprendió que una vida saludable es más importante que las diferencias de clase, carrera y riqueza", dijo. Y añadió que por todas estas razones, la gente necesita cada vez más un Estado de bienestar social para salvaguardar la salud y el orden público.
El académico también señaló que los brotes no podían seguir siendo locales en un mundo global. "Si los países quieren combatir los brotes, deben actuar juntos y ayudarse mutuamente". Mientras los 'países pobres' no sean capaces de superar las pandemias, la amenaza de futuros brotes seguirá existiendo.
El esfuerzo de Turquía
Adiguzel subrayó la capacidad de los sistemas de seguridad social y de atención de la salud de Turquía. El sociólogo dijo que uno de los mayores éxitos de Turquía era el del sector de la salud, con dos décadas de importantes inversiones gubernamentales.
"Turquía tiene mucha suerte de contar con servicios de salud de calidad accesibles para todos", y añadió que el país fue capaz de mantener el orden público porque sus sistemas de seguridad social y de atención de la salud protegieron a la gente.
Adiguzel subrayó la necesidad que tenían los gobiernos de contar con científicos sociales tanto como con médicos durante el brote para superar los efectos sociales de la pandemia.
El decano aseguró que Turquía "tomó la delantera en el mundo" al establecer recientemente su Junta de Ciencias Sociales sobre el Coronavirus para investigar y reducir los efectos sociológicos y psicológicos de la pandemia en la sociedad.
"Es crucial que tomemos medidas para prevenir posibles problemas sociales y psicológicos tanto ahora, cuando soportamos la mayor parte del virus, como en la era poscoronavirus", dijo.
Adiguzel destacó que prevenir las enfermedades es más fácil que curarlas y que los científicos pueden evitar posibles brotes y problemas sociales mediante la concienciación o la formulación de planes de acción.
"Un comité que incluya a científicos sociales, especialmente sociólogos y psicólogos, puede facilitar la administración pública y ayudar a la sociedad a salir de esta traumática situación". A pesar de todas estas medidas, ya nada puede ser igual, añadió el catedrático.
Situación mundial
La enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) es una afección respiratoria que se puede propagar de persona a persona. Se identificó por primera vez en un brote en Wuhan, China, en diciembre pasado y se ha extendido a cerca de 210 países y territorios.
La Organización Mundial de la Salud declaró el brote como una pandemia global el pasado miércoles 11 de marzo.
De más de 2 millones de casos que han sido confirmados, más de 464 mil se han recuperado, mientras que las muertes superan las 120 mil, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins en EEUU.
Las naciones donde más víctimas ha dejado el coronavirus son: Estados Unidos, con 23.649; Italia, con 20.465 muertos; España, con 18.056; Francia, con 14.986; Reino Unido, con 11.347; Irán, con 4.683, y China, con 3.345.
En Latinoamérica, la lista de personas fallecidas por COVID-19 la lidera Brasil, con 1.355 fallecidos. Le sigue Ecuador, con 355 víctimas; México, con 332, y Perú, con 216.
A pesar del creciente número de casos, la mayoría de las personas infectadas sufre solo síntomas leves y se recupera.
*José Ricardo Báez G. contribuyó a al redacción de esta noticia.
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