La Red Siria de Derechos Humanos afirmó este jueves a través de un informe que las minas antipersona instaladas por grupos terroristas durante la guerra civil en Siria han acabado con la vida de al menos 2.601 civiles hasta la fecha.

De los 2.601 civiles que perdieron la vida a causa de las minas, 598 eran niños y 267 mujeres. El número de muertes por explosiones de minas se ha registrado desde el comienzo de la guerra en Siria, en marzo de 2011.

Un total de ocho profesionales de la salud, seis voluntarios de la defensa civil y nueve trabajadores de los medios de comunicación también se encuentran entre las víctimas.

El informe indicó que Alepo fue la ciudad más afectada, con 701 víctimas de las minas. Más de 626 personas murieron en la ciudad de Raqqa a causa de esos artefactos, 418 en Deir ez-Zor, 236 en Daraa, 183 en Hama, 143 en Idlib, 131 en Hasaka, 89 en Homs, 63 en la capital, Damasco, cuatro en As-Suwayda, tres en Quneitra y dos en Latakia.

En un análisis anual, la organización de DDHH afirmó que seis civiles murieron en 2006 a causa de las minas en Siria, 31 en 2012, 101 en 2013, 97 en 2014, 246 en 2015, 489 en 2016, 822 en 2017, 427 en 2018, 291 en 2019 y 91 en 2020.

El informe no incluyó las bajas como resultado de ataques en asentamientos civiles con bombas controladas remotamente.

Siria ha estado sumergida en una guerra civil despiadada desde principios de 2011, cuando el régimen de Bashar al-Asad tomó fuertes medidas contra las protestas en favor de la democracia con una ferocidad inesperada. Más tarde esto se convirtió en enfrentamientos sangrientos e intervenciones de fuerzas externas en Siria.

Según información de la ONU, cientos de miles de personas han sido asesinadas en Siria y más de 10 millones más han quedado desplazadas debido a la guerra civil.

*Camilo Hernández contribuyó a la redacción de esta nota.