Sermón de reapertura al culto de Santa Sofía luego de 86 años
El ministro de Asuntos Religiosos de Turquía, Ali Erbas, pronunció el khutbah o sermón del viernes en la Mezquita luego de su reapertura como mezquita.

Ankara
El ministro de Asuntos Religiosos de Turquía, Ali Erbas, pronunció el siguiente sermón durante la reapertura de Santa Sofía al culto:
En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso.
¡Honorables musulmanes!
Que la gracia y las bendiciones de Dios, y la paz y la abundancia del viernes sean con ustedes.
En este bendito tiempo, en este sagrado lugar, juntos somos testigos de un histórico momento.
La Mezquita Santa Sofía se reencuentra con su congregación hoy, el tercer día del mes sagrado de Dhu al-Hijjah, cuando nos acercamos a Eid al-Adha (Fiesta del Sacrificio).
La nostalgia que se convirtió en una herida profunda en el corazón de los descendientes de Fatih (Mehmed el Conquistador) termina. Alabanzas infinitas sean para Dios Todopoderoso.
Hoy es el día en que los takbirs (declaración ‘Dios es el más grande’), tahlil (declaración ‘No hay más deidad que Dios’) y salawats (salutaciones al profeta del Islam Muhammad) resuenan nuevamente en las cúpulas de Santa Sofía, y el adhan (llamado a la oración), se eleva de sus minaretes.
Hoy es un día similar a aquel hace 60 años, cuando nuestros minaretes se reencontraron con el adhan (en árabe), cuando 16 muecines desde 16 balcones de los minaretes de la Mezquita Azul (Sultán Ahmet), que se encuentra justo enfrente de Hagia Sofía, hicieron resonar el cielo y la tierra con el sonido del takbir tras 18 años de separación (recitación obligatoria en turco).
Hoy es el día en que los creyentes se ponen de pie en oración con lágrimas de alegría, se inclinan en sumisión a Dios y se postran agradecidos.
Hoy es el día del honor y la humildad.
Todas las alabanzas sean a Dios, Exaltado sea, que nos permitió llegar a este día honorable, que nos reúne en las mezquitas, los lugares más sagrados sobre la Tierra, y que nos acepta en su presencia en el Gran Templo de Santa Sofía.
Que las bendiciones y la paz de Dios sean con su profeta Mahoma, quien dio las buenas nuevas de la conquista al decir: "Verdaderamente conquistarás Constantinopla. ¡Qué líder tan maravilloso será él, y qué Ejército tan maravilloso será ese Ejército!".
La conquista (en el Islam) es renacimiento, no hostigamiento, es reconstrucción, no destrucción.
En nuestra civilización, la conquista es abrir las puertas de una ciudad al Islam, la paz y la justicia.
Un saludo al joven y perspicaz sultán otomano Fatih Sultan Mehmet que se apegó a la aleya "Pero cuando hayas tomado una decisión encomiéndate a Dios, porque Dios ama a los que se encomiendan a e, quienl era un genio del arte, la ciencia, la literatura y la historia; produjo la tecnología más avanzada de su época; llevó los navíos por tierra y conquistó Estambul con el permiso y la gracia de Dios; y luego, no permitió que se dañara ni siquiera una piedra de esta preciada ciudad".
Un saludo al famoso arquitecto Mimar Sinan, que decoró Hagia Sofía con minaretes y la fortaleció al asegurarse que se mantuviera en pie durante siglos en un esfuerzo por recordar y complacer el espíritu de sus antecesores.
Un saludo a todos nuestros hermanos y hermanas que esperaron con ansia y celebraron con regocijo la reapertura de Hagia Sofía.
Un saludo para nuestros honorables antecesores que dedicaron su vida al camino de la bondad y la humanidad para que domine la verdad, la justicia y la moral en la tierra.
Un saludo para nuestros mayores que lucharon hasta hoy para reunir a Santa Sofía con su adhan, su iqama (segundo llamado a la oración), su khutba (sermón), su suplica, su tilawa (recitación del Corán), sus actividades en pro del conocimiento y su congregación.
Con una existencia que abarca más de 15 siglos, Hagia Sofía es uno de los lugares de la ciencia, la sabiduría y el culto más valiosos de la historia humana.
Hagia Sofía es un signo de conquista y una encomienda de Fati̇h Sultan Mehmet.
Fati̇h Sultan Mehmet dedicó esta magnífica construcción a los creyentes para que permanezca como mezquita hasta el Día de la Resurrección.
En nuestra creencia, la propiedad de una institución de beneficencia o wakf es inviolable y la condición interpuesta por aquel que dona es irrevocable.
Santa Sofía es un lugar donde la vasta misericordia del Islam se anunció una vez más al mundo.
Después de la conquista, cuando las personas se refugiaron en Santa Sofía ansiosas por el veredicto que se daría sobre ellas, Fatih les dijo ¡no tengan miedo!
"¡De ahora en adelante, no tengan miedo con respecto a su libertad y su vida! No se saqueará la propiedad de nadie, nadie será oprimido, nadie será castigado por su religión", dijo.
Es por eso que Santa Sofía es el símbolo del respeto por la fe y del principio de la convivencia.
La apertura de Santa Sofía al culto es el requisito de lealtad a su acervo histórico. Es reconvertir un lugar sagrado que se utilizó como mezquita durante cinco siglos a su carácter original.
La apertura de Santa Sofía al culto es la prueba de que la civilización islámica, cuya base es el monoteísmo, que se construye en la ciencia y la virtud, sigue elevandose a pesar de todas las dificultades.
La apertura de Santa Sofía al culto es traer agua de vida a todas las mezquitas afligidas, empezando por la Mezquita Al-Aqsa, y a los creyentes oprimidos en el mundo.
Nuestra civilización es una civilización con su centro en la mezquita. Nuestras mezquitas son la fuente de nuestra unidad, fe y tranquilidad.
Nuestras mezquitas son lugares donde nos encontramos, conocemos e integramos física y espiritualmente. Dios dice lo siguiente sobre aquellos que construyen las mezquitas:
“Las mezquitas de Dios deben ser construidas y mantenidas por aquellos que creen en Él, en el Día del Juicio, cumplen con la oración, pagan el azaque, y no temen sino a Dios. Porque ellos son los que siguen la guía (9:18)".
¿Qué puede ser más triste que una mezquita con sus minaretes mudos, su púlpito solo, su cúpula en silencio y su jardín desolado?
Hoy, los musulmanes en varias partes del mundo son constantemente oprimidos, sus mezquitas son atacadas por islamófobos, sus puertas cerradas, e incluso son bombardeadas y destruidas.
Muestro al mundo como ejemplo el magnífico comportamiento de Fatih Sultan Mehmet en Santa Sofía e invito a toda la humanidad a decir "pare" ante la retórica, la acción y la crueldad antimusulmanas.
Como creyentes, nuestro mayor deber hoy es trabajar para que la misericordia y la tolerancia, la paz, la tranquilidad y la bondad imperen en todo el mundo.
Nuestro deber es trabajar día y noche para que la bondad y la justicia prevalezcan para siempre en la tierra.
Nuestro deber es ser la garantía de la justicia en las geografías asediadas por la opresión y la injusticia, las lágrimas y la desesperación.
Nuestro deber es atender el llamado “¡Oh musulmán! Entiende, vive y explica el Islam tan bella y correctamente que aquel que venga a matarte renazca en ti”.
Nosotros creemos que, en palabras del califa Ali, "las personas son de dos clases: o son tus hermanos en la religión, o son tus iguales en la Creación".
Creemos que la Tierra es nuestro hogar común.
Creemos que cada individuo en este hogar, independientemente de su creencia, raza, color o patria, tiene derecho a vivir con seguridad, dignidad, libertad y humanidad.
Bajo la cúpula de Santa Sofía, invito a toda la humanidad a la justicia, la paz, la compasión y la equidad.
Insto a mantener vivos los valores universales y los principios morales que protegen el honor y la dignidad de ser humanos porque hoy necesitamos más que nunca integrar nuestro corazón con nuestra naturaleza pura intrínseca y nuestra mente con nuestra conciencia; unir personas y reconciliar al ser humano con la naturaleza.
Al dirigirme al mundo entero me gustaría decir que las puertas de la Mezquita Hagia Sofía estarán abiertas para todos sin discriminación, al igual que las mezquitas Suleymaniye, Selimiye, Azul y las démas.
En la atmósfera espiritual de la Mezquita Santa Sofía, el camino a la creencia, el culto, la historia y la contemplación continuará sin interrupción.
Que Dios, Exaltado sea, nos ayude a servir de la mejor manera a la Mezquita Santa Sofía, que goza de un lugar privilegiado en nuestra gloriosa historia y tiene un valor excepcional en nuestros corazones.
Que nos permita además mostrar respeto de la mejor manera a una mezquita tan magnifica como Santa Sofía.
Que incluya en el grupo de siervos que ama y de los que está complacido a todos aquellos que se esforzaron por proteger nuestra cultura e identidad y contribuyeron a la reapertura al culto de nuestra Mezquita Santa Sofía.