En 1954 un médico de una prisión en el estado de Kentucky, al sur de Estados Unidos, aisló a siete reclusos afroamericanos y los alimentó con dosis "dobles, triples y cuádruples" de la droga psicoactiva LSD durante 77 días seguidos.
 
"Es posible que hayan muerto sin saber que formaban parte del programa estrictamente confidencial de la CIA para desarrollar formas de controlar las mentes, un programa con sede en una base militar poco conocida con un oscuro pasado ubicada a 50 millas (80 kilómetros) de Washington, en la ciudad de Frederick, Maryland", señala el escritor Stephen Kinzer, quien investigó este proyecto ‘ultrasecreto’.
 
Hace exactamente 69 años, el 13 de abril de 1953, el entonces director de la CIA, Allen Dulles, lanzó el programa psicodélico de control mental con el nombre en código MKUltra que tenía como fin manipular los estados mentales y las funciones cerebrales de una persona mediante la inyección encubierta de altas dosis de sustancias psicoactivas y otras sustancias químicas.
 
MKUltra fue precedido por dos experimentos relacionados con drogas, Project Bluebird y Project Artichoke.

Al testificar ante un comité conjunto del Senado de EEUU en 1977 el director de la CIA, Stansfield Turner, admitió que el proyecto pretendía estudiar "el uso de materiales biológicos y químicos en la alteración del comportamiento humano". 

Según Kinzer, el proyecto MKUltra "fue una continuación del trabajo iniciado en la era de la Segunda Guerra Mundial en las instalaciones japonesas y los campos de concentración nazis para someter y controlar las mentes humanas". 

Documentó que el uso de mescalina, utilizada también en el proyecto, en sujetos inadvertidos fue una práctica iniciada por los médicos nazis en el campo de concentración de Dachau.
 
En un veredicto de 1985, la Corte Suprema de EEUU estableció que la CIA financió indirectamente 162 proyectos secretos diferentes que fueron "contratados con varias universidades, fundaciones de investigación e instituciones similares". 

En total, participaron al menos 80 instituciones y 185 investigadores, pero muchos desconocían que estaban trabajando con la CIA.
 
Aunque el programa se cerró en 1964, existe evidencia contundente de que las agencias de inteligencia continuaron con el proyecto en sus dominios.
 
Ya no es ciencia ficción
 
Estos métodos de control mental ya no se limitan a la ciencia ficción y ahora son explotados por las agencias de inteligencia para controlar las mentes de líderes mundiales.

En 2006, el general retirado Boris Ratnikov, exfuncionario de la KGB, la principal agencia de seguridad de la Unión Soviética, le dijo al periódico controlado por el Gobierno Rossiiskaya Gazeta que, a mediados de la década de 1980, alrededor de 50 institutos de investigación en su nación estudiaban las técnicas de control mental remoto con una importante financiación estatal.
 
Los expertos indican que el concepto de romper y reconstruir la mente fue introducido científicamente por primera vez por las agencias de espionaje alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, después fue perfeccionado por la CIA y la KGB.
 
Según lo narrado por Ratnikov, el entonces presidente ruso, Boris Yeltsin, planeaba visitar Japón en 1992, pero su departamento en la KGB detectó intentos de "programar" la mente del mandatario para que devolviera las Islas Kuriles a Japón. 

De haber tenido éxito, esto habría llevado a China a exigir también sus áreas en disputa a Rusia, lo que habría podido desencadenar una guerra entre los países. Yeltsin canceló el viaje por razones desconocidas.
 
Además, según Ratnikov, los altos funcionarios de Europa Occidental y EEUU habían "proporcionado información inadvertidamente" a su departamento, "que pudo leer sus mentes, gracias a los logros científicos de la era soviética".
 
El exgeneral le dijo al periódico también que, a principios de la década de 1990, él y sus colegas "escanearon" la mente del nuevo embajador de EEUU, Robert Strauss, y descubrieron así que el edificio de la embajada contenía equipos, capaces de ejercer una "influencia psicotrónica" en los residentes de Moscú, que fueron desactivados.
 
Control de la mente remotamente
 
Según un documento desclasificado de la CIA, una misión importante del proyecto era determinar si la agencia podía capturar a una persona por control remoto en el lapso de una o dos horas y ordenarle que estrellara un avión o un tren, entre otras cosas.
 
Otras misiones incluían experimentar con un sujeto y obligarlo a viajar largas distancias para ejecutar actos específicos como subversión y espionaje.
 
Carol Rutz, exinvestigadora de la CIA, describe un experimento con dos mujeres. "Sin ser consientes, se les forzó a colocar una bomba perfectamente y ellas estaban completamente amnésicas", señaló en un documento. “Apenas sabían lo que habían hecho”, agregó.
 
Rutz es autora del libro Una nación traicionada: ‘Los experimentos de la Guerra Fría realizados en nuestros niños y personas inocentes’, y coautora de la ‘Encuesta de abuso extremo’, en la que participaron más de 2000 personas de 40 países para documentar el abuso y el control mental.
 
En 1974, el Instituto de Investigación de Stanford desarrolló un sistema informático capaz de leer la mente de una persona correlacionando las ondas cerebrales o induciendo un ataque al corazón a distancia. 
 
El último desarrollo conocido de la tecnología del control mental es la clonación del electroencefalograma humano (EEG) u ondas cerebrales de la víctima o grupo objetivos.  Estas pueden desencadenar silenciosamente la aparición de la misma emoción básica en otro ser humano.
 
La historia ha demostrado que los gobernantes radicales, que aprovechan las olas anticorrupción y la promesa de transformar un sistema político decrépito, a menudo son cooptados por la política convencional. El viejo ciclo se pone en marcha y deja nuevamente al pueblo a la espera de la llegada de un nuevo mesías y una nueva revolución.
 
¿Es esto porque están sujetos a programas de control mental? No hay respuestas satisfactorias a esta compleja pregunta.

*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.
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