Salida de EEUU de tratado nuclear genera preocupaciones sobre la continuidad de otros acuerdos
El destino del último "pilar", el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Tratado START), ahora está en duda.

BOGOTÁ, Colombia
La salida formal de EEUU del Tratado de Fuerzas Nucleares Intermedias (INF, por sus siglas en inglés), luego de una larga guerra de palabras entre Moscú y Washington, generó incertidumbre sobre la seguridad global.
El destino del último "pilar", el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Tratado START), ahora está en duda, ya que Estados Unidos lo vincula con el INF. Además, algunos observadores estadounidenses resaltan que los acuerdos nucleares del pasado ya no son relevantes en la realidad actual.
En las últimas tres décadas de la Guerra Fría, después de la Crisis de los misiles de Cuba, cuando la Unión Soviética y EEUU estuvieron cerca de una guerra nuclear a gran escala, las dos potencias firmaron una serie de acuerdos de control de armas que marcaron la transición a un mundo más seguro.
El primero de estos acuerdos fue el Tratado de Prohibición Parcial de Ensayos Nucleares en la Atmósfera (PTBT, por sus siglas en inglés). El tratado fue firmado en 1963 en Moscú entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Estados Unidos y Reino Unido, con el objetivo de reducir las tensiones y calmar las preocupaciones de la sociedad sobre el daño ambiental causado por las pruebas nucleares y sus consecuencias impredecibles.
Desde ese momento, más de 123 países se unieron al acuerdo, junto con otros 10 que lo firmaron pero que no lo ratificaron.
En 1968, el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT, por siglas en inglés) fue firmado en Nueva York por la URSS, EEUU y otras 41 naciones.
El texto del documento fue redactado por el Comité de Desarme de Dieciocho Naciones de las Naciones Unidas en Ginebra.
Además de objetivos obvios, como prevenir la propagación de armas nucleares y tecnologías de armas, el pacto buscaba promover la cooperación en los usos pacíficos de la energía nuclear y promover el objetivo de lograr el desarme nuclear.
Tanto el PTBT como el NPT permanecen vigentes hasta este momento, pero varias naciones han presentado reclamos sobre violaciones y señalan que deben actualizarse ante las necesidades actuales.
Ya en 1972, EEUU y la URSS firmaron el Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM) que aseguró la obligación de las partes de abandonar la creación, prueba y despliegue de sistemas ABM en el mar, en el aire o en el Espacio y sus componentes, junto con los sistemas ABM móviles en tierra, así como de no crear ningún nuevo sistema de misiles antibalístico en su territorio.
Bajo el acuerdo, cada parte se comprometía a tener cierto número de sistema de misiles antibalísticos y radares, así como a ubicar los misiles tan solo en territorios nacionales. Las dos potencias también acordaron no fabricar ningún sistema distinto al de las bases fijas terrestres que ya hubieran desarrollado.
En octubre de 2001 el entonces presidente de EEUU, George W. Bush, anunció la salida unilateral de su país del ABM, afirmando que era obsoleto y que fue pensado para un enemigo diferente.
El 8 de diciembre de 1987, luego de 10 años de negociaciones entre el entonces líder soviético Mikhail Gorbachev y el presidente estadounidense Ronald Reagan, EEUU y la URSS firmaron el INF, poniendo fin así la amenaza de una guerra nuclear en Europa.
Bajo el INF, ambas partes acordaron destruir los misiles de corto y mediano alcance en un lapso de cuatro años, que se realizó con éxito.
Tras la caída de la Unión Soviética, Moscú y Washington firmaron el START, en 1991, y en 2010 el START 1, lo que obligó a ambas naciones (EEUU-Rusia) a disminuir significativamente sus arsenales nucleares.
EEUU se retira de los tratados
Para Alexey Leonkov, editor en jefe de Home Arsenal, una revista militar, los acuerdos ya no reflejan las realidades actuales. El analista resalta que las afirmaciones realizadas por EEUU sobre estos acuerdos no pueden considerarse "infundadas".
"Había otra forma de lidiar con los problemas que surgieron. Se pudo haber alcanzado nuevos acuerdos sin romper los tratados actuales, acuerdos que reflejaran los intereses de todos los países. Pero este es un proceso muy complicado, por supuesto", señaló.
Leonkov subrayó que el riesgo de la salida de estos acuerdos estaba relacionado con la nueva doctrina militar de EEUU.
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En esta doctrina, Estados Unidos puede llevar a cabo un ataque preventivo y usar sus ojivas nucleares de bajo rendimiento.
"Estados Unidos se reserva el derecho de definir quién amenaza sus intereses y quién no, y atacar a los Estados 'amenazantes'. Siguiendo esta lógica, muchos Estados, no Rusia o China, sino más pequeños, pueden correr peligro", señaló.
El analista pidió a todos los Estados con arsenal nuclear a expresar sus preocupaciones por los recientes acontecimientos. Si estos Estados firmaran un nuevo acuerdo, teniendo en cuenta todos sus intereses, el mundo se volvería más seguro, aseguró.
Pavel Felgengauer, un analista militar independiente, elogió los pactos por su papel positivo para aliviar las tensiones y conducir al final de la Guerra Fría.
Al mismo tiempo, estuvo de acuerdo en que los documentos no reflejaban las realidades postsoviéticas.
"Era difícil esperar que estos tratados sobrevivieran ante las nuevas circunstancias. Los pactos no tenían verdaderos defensores. Por lo tanto, estaban condenados", dijo, y agregó que otros tratados podrían terminarse en un futuro cercano.
Para él, "la terminación del Tratado INF marca una nueva era".
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*Traducido por Juan Felipe Vélez Rojas.