Con el objetivo de evitar una rendición de cuentas, el régimen de Bashar al Assad despidió a los jefes de inteligencia que estaban acusados de crímenes de guerra y en su lugar los reemplazó por “personajes limpios”, según indicaron fuentes locales.

Los funcionarios del régimen que fueron despedidos son conocidos como perpetradores de crímenes de guerra, incluido el uso de armas químicas y violaciones a los derechos humanos como detención, tortura y desapariciones forzadas, según le reportaron fuentes locales a la Agencia Anadolu, quienes hablaron en condición de anonimato por motivos de seguridad.

“Con estos cambios Bashar al Assad está tratando de liberarse de las autoridades judiciales internacionales”, sostuvo Gulden Sonmez, una abogada turca que se ocupa de Siria en la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya.

“Sin embargo, tales intentos no salvarán a los infractores militares o políticos de los juicios”, agregó Sonmez.

La abogada agregó que en este caso se han involucrado 17 miembros de altos rangos del régimen como criminales de guerra.

Destacó, además, que ella junto con sus colegas representan cerca de 2.000 sirios, de los cuales 1.183 se han presentado ante la CPI.

“Entre las víctimas se encuentran niños heridos, mujeres que fueron violadas y torturadas, y víctimas en condición de discapacidad que fueron heridas”, añadió.

Fuentes de la oposición militar señalaron que el cambio de personal se dio con la aprobación de Rusia e Irán.

Siria ha estado sumergida en un conflicto devastador que comenzó a principios de 2011, cuando el régimen de Bashar al Assad reprimió a los manifestantes con una fuerza desproporcionada.

Desde entonces, según cifras de la ONU, cientos de miles de civiles han muerto o han sido desplazados por el conflicto, principalmente por ataques aéreos del régimen en zonas controladas por la oposición.

*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.