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Relator de la ONU pide acciones contra la junta militar en aniversario del golpe de Estado en Myanmar

El relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar, Tom Andrews, calificó de “inaceptable” que el Consejo de Seguridad haya sido incapaz de imponer un “embargo de armas integral” a la junta militar del país asiático.

Daniel Gallego y Omer Faruk Yildiz  | 01.02.2022 - Actualızacıón : 03.02.2022
Relator de la ONU pide acciones contra la junta militar en aniversario del golpe de Estado en Myanmar La policía antidisturbios de Myanmar detiene a personas que protestan contra el golpe militar en Rangún, Myanmar, el 26 de febrero de 2021. (FOTO DE ARCHIVO - Agencia Anadolu)

ESTAMBUL
El relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar, Tom Andrews, pidió este martes a los Estados miembros de las Naciones Unidas que adopten un curso de acción internacional más sólido contra este país “antes de que sea demasiado tarde”.

En un comunicado, emitido con motivo del primer aniversario del golpe de Estado en Myanmar, Andrews aseguró que la comunidad internacional debe tomar “medidas firmes y significativas” para impedir que la junta militar tenga acceso a “armas, fondos y legitimidad”.

“Ahora no es el momento de más retórica, es el momento de una acción significativa”, sostuvo Andrews.
El experto de la ONU reiteró la necesidad urgente de que el Consejo de Seguridad imponga un embargo de armas al Ejército de Myanmar y de aumentar significativamente la presión financiera sobre la junta, tal y como muchos en Myanmar están haciendo mediante boicots.

Andrews calificó de “inaceptable” que el Consejo de Seguridad haya sido incapaz de imponer un “embargo de armas integral” a pesar del transcurso de un año desde el golpe, “mientras las armas continúan llegando a la junta y matando a personas inocentes”.

“El pueblo de Myanmar merece algo mejor de las Naciones Unidas”, agregó Andrews.

En este sentido, Andrews dijo que pronto publicará un informe que identifica las armas que continúan entrando en el arsenal de la junta y de dónde proceden.

“La junta militar funciona como una empresa criminal, cometiendo asesinatos, torturas, secuestros, desplazamientos forzados, mientras roba los ingresos y se apodera de los bienes que pertenecen legítimamente al pueblo de Myanmar”, afirmó Andrews.

“Lo que es peor, parece que se están saliendo con la suya. Sus ataques continúan sin cesar. El sufrimiento del pueblo de Myanmar aumenta constantemente”, lamentó Andrews.

El experto señaló que, en los últimos meses, se ha visto una escalada aún mayor de la violencia y una campaña de terror ahora generalizada en todo el país. “He recibido más informes de asesinatos en masa, ataques a hospitales y objetivos humanitarios, así como bombardeos e incendios de aldeas”, añadió el experto.

A pesar de los grandes riesgos y las inmensas dificultades, Andrews aseveró que “el pueblo de Myanmar está respondiendo con coraje, tenacidad y un compromiso inquebrantable para salvar a su país y el futuro de sus hijos”.

Andrews se declaró asombrado por la resiliencia del pueblo de Myanmar frente a los ataques aéreos y arrestos masivos y torturas e indicó que continúan haciendo huelgas, protestando, hablando y defendiéndose.

“Necesitan y se merecen un mayor apoyo de la comunidad internacional”, aseguró Andrews quien dijo que “lo mejor y lo peor de la humanidad se está desarrollando en Myanmar” en el primer aniversario del “golpe ilegal de la junta militar”.

“Mientras conmemoramos este día oscuro y lo que equivale a una ocupación militar de Myanmar, permitamos que la comunidad internacional y los Estados miembros de las Naciones Unidas ofrezcan no solo palabras de preocupación, sino también acciones enérgicas”, sentenció Andrews.

Por su parte, la Red de Derechos Humanos de Birmania (BHRN) recordó que, el año pasado, “el Ejército birmano desató nuevas campañas militares en todo el país, torturó y asesinó a civiles, incendió aldeas enteras y utilizó la violencia sexual como arma de guerra”.

En su primer informe de este año, titulado Tiranía descarada de las Fuerzas Armadas de Myanmar, la BHRN mencionó que “las protestas pacíficas evolucionaron hasta convertirse, en algunos casos, en unidades de ‘autodefensa’”.

Según el informe “la amenaza de una guerra civil en toda regla persiste sobre el país” y, en áreas previamente tranquilas, empezaron a realizarse escaramuzas, mientras que la guerra se reanudó en las regiones étnicas.

El informe señala el comienzo de “una nueva crisis de refugiados”, ya que cientos de miles de personas resultaron desplazadas por los combates.

La BHRN mencionó que queda “muy poco tiempo para que el mundo evite una crisis peor” y señaló que “el aniversario es un claro recordatorio de las consecuencias de la inacción global”.

“La comunidad internacional ha expresado su horror ante el desarrollo de estos hechos, pero la acción y las consecuencias han sido insuficientes e ineficaces”, agregó la BHRN.

La organización llamó a la comunidad internacional a tomar “medidas significativas para frustrar al Ejército birmano, sancionar sus fuentes de ingresos más importantes y cortar su acceso a las armas y el flujo de efectivo”.

La BHRN manifestó que la junta militar se aprovecha de “un mundo distraído por la COVID y la crisis económica para desatar el infierno sobre su población y aferrarse al poder”.

*Traducido por Daniel Gallego.
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