El número de musulmanes rohinyás que han escapado de Bangladés en los últimos meses ha aumentado a 436.000, anunció la ONU este lunes.

Hombres, mujeres y niños que escapan de las atrocidades cometidas por las fuerzas de seguridad de Birmania en el estado occidental de Rakaín, se enfrentan a un “riesgo elevado” de ser víctimas de tráfico de personas, dijo Stephane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU Antonio Guterres.

Los rohinyás han sido víctimas de lo que el alto comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra´ad Al Hussein, calificó como “un ejemplo clásico de limpieza étnica”.

Los refugiados se escapan de una nueva operación de seguridad en la cual las fuerzas armadas y hordas de budistas han asesinado hombres, mujeres y niños, saqueado hogares y quemado aldeas enteras. Según Bangladés, cerca de 3.000 rohinyás han muerto en las operaciones.

El llamado, hecho por los siete relatores espaciales de la ONU sobre derechos humanos, apareció en la página de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. 

Algunos expertos de la ONU también emitieron un comunicado conjunto pidiendo al Gobierno de Birmania detener “toda la violencia en contra de la minoría rohinyá y el cese a la persecución y la serie de violaciones contra los derechos humanos”.

El experto dijo que Birmania debe proveer “acceso humanitario ininterrumpido” a las organizaciones internacionales para asistir a los desplazados internos, ya que hay alegaciones creíbles sobre serias violaciones y abusos a los derechos humanos.

El comunicado conjunto también señala que las violaciones de derechos humanos incluyen ejecuciones extrajudiciales, uso excesivo de la fuerza, tortura y malos tratos, violencia sexual y de género, y desplazamiento forzado, “al igual que la quema y la destrucción de más de 200 aldeas rohinyás y decenas de miles de hogares”.

Según el ministro de Relaciones Exteriores de Bangladés, Abul Hasan Mahmood Ali, alrededor de 3.000 rohinyás han muerto en las operaciones.

En total, se cree que más de 800.000 refugiados rohinyás están en Bangladés.

Turquía ha estado a la cabeza en la provisión de ayuda a los refugiados rohinyás, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, habló de la situación que atraviesa la minoría étnica en la ONU.

Los rohinyás, descritos por la ONU como el grupo de personas con el mayor grado de persecución en el mundo, se enfrentan a crecientes temores de ser atacados, luego de que docenas fueran asesinados, víctimas de violencia comunitaria en el 2012.