Recientes masacres le recuerdan a Colombia sus años más violentos pese al proceso de paz de 2016

Colombia ha sido escenario de tres masacres en una semana. Los hechos sucedieron al sur del país en los departamentos de Nariño y Valle del Cauca y dejaron 16 personas fallecidas, en su mayoría menores de edad.

Las masacres se dan a casi cuatro años de la firma del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y la desmovilizada guerrilla de las Farc, en noviembre de 2016, con el que el país esperaba dar fin a más de cinco décadas de guerra civil.

Ver también: Colombia: masacre en Nariño deja ocho personas asesinadas

Los recientes asesinatos sucedieron en zonas donde operan las estructuras de las disidencias de las Farc, de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y del grupo criminal Clan del Golfo.

La primera masacre fue perpetrada el pasado lunes 10 de agosto, en límites entre los departamentos de Cauca y Nariño, suroccidente del país, y dejó como víctimas a dos menores de 12 y 17 años de edad que se dirigían a llevar una tarea a su escuela.

La segunda masacre se confirmó el pasado martes 11 de agosto cuando los cuerpos de cinco menores, entre los 14 y 15 años, fueron hallados en unos cultivos de caña de azúcar ubicados en la ciudad de Cali, Valle del Cauca.

La última de las matanzas se conoció el pasado domingo en la madrugada, cuando fueron encontrados los cuerpos de ocho personas entre 19 y 26 años. Los jóvenes fueron asesinados en medio de una reunión de amigos en el municipio nariñense de Samaniego. Otra persona había sido asesinada horas antes de la masacre en la misma población.

Tanto las disidencias de las Farc, como el ELN y el Clan del Golfo operan en las zonas donde se perpetraron las recientes masacres, que según las autoridades, buscan control sobre las rutas del narcotráfico y los cultivos ilícitos del lugar.

Ariel Ávila, subdirector de la ONG Fundación Paz y Reconciliación, menciona que las masacres de los últimos días en Colombia se dan en medio de un deterioro de la seguridad que se ha dado durante los últimos dos años.

“Si bien los actores y los hechos tendrían motivaciones diferentes, lo cierto es que el país siente un deterioro de la seguridad”, explicó Ávila.

El experto mencionó que las disidencias de las Farc para 2018 tenían presencia en 56 municipios mientras que en este momento se encuentran en 101. Detalló que ELN pasó de estar en 99 municipios a más de 140, y que el Clan del Golfo y otros grupos armados organizados pasaron de concentrarse en 150 poblaciones a alrededor de 200.

“Es culpa de la forma como se ha manejado la seguridad en el Gobierno de Iván Duque. (…) Tiene una lectura ideológica que le impide entender lo que está pasando actualmente y por eso son los errores”, criticó Ávila.

Ante la situación, el gobernador de Nariño, Jhon Rojas, indicó que luego de las masacres se requiere, entre otras medidas, del aumento de la fuerza pública e implementar una política de sustitución voluntaria y concertada con las comunidades de los cultivos de uso ilícito en su región. “Queremos que en nuestro departamento reine la paz y la tranquilidad, y que se respeten los acuerdos de paz", manifestó.

Las sucesivas masacres le recordaron a Colombia sus años de mayor violencia, vividos antes de las negociaciones que derivaron en el histórico acuerdo de paz de noviembre de 2016 y que evidencian los riesgos de que el país reviva sus peores épocas.

La Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos advirtió la gravedad de la situación de Colombia al exponer que en lo corrido de 2020 se han registrado 33 masacres en el país y que hay siete por documentar y confirmar.

“Se viene dando seguimiento a 97 asesinatos de personas defensoras de derechos humanos, de los cuales, a la fecha ha verificado 45 homicidios”, añadió la organización en una nota de prensa.

La Misión de Verificación de Naciones Unidas, a su vez, ha constatado 41 asesinatos de excombatientes de las Farc, en proceso de reincorporación, durante el primer semestre de 2020, lo que se traduce en un aumento del 10% de los homicidios contra estos grupos de personas, comparados con el primer semestre de 2019. 

“Un total de 215 excombatientes han sido asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz en noviembre de 2016”, lamentó la Misión.

“Es crucial avanzar y profundizar la implementación integral del Acuerdo de Paz especialmente su capítulo 3.4 sobre garantías de seguridad que ofrece mecanismos e instrumentos de prevención, protección y seguridad”, indicó la Misión de Verificación de la ONU.

Algunas de las cifras más reveladoras sobre la historia del conflicto armado en Colombia las reúne el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), una organización gubernamental encargada de relatar los hechos de violencia que han marcado la historia de su país.

El CNMH describe que desde 1985 hasta 2012, en los años de mayor violencia en Colombia, ocurrieron 1.982 masacres que dejaron 11.751 víctimas.

Las masacres según explican el CNMH, fueron perpetradas en su mayoría por grupos paramilitares, ejércitos ilegales de extrema derecha que se formaron durante la década de los 90 en Colombia para enfrentar a las guerrillas de izquierda que se habían fortalecido desde los años 80.

Las cifras del CNMH indican que 1.166 masacres fueron ejecutadas por los grupos paramilitares mientras que a las guerrillas se les señala como los responsables de 343. Otros grupos armados no identificados son los responsables de 295 matanzas, mientras que la Fuerza Pública ha sido vinculada en 178 de estos homicidios.

El desolador panorama de la violencia de casi tres décadas dejó, entre 1985 y 2012, un promedio de 73 masacres, cifra a la que el país se acerca de forma acelerada en el 2020, y que nunca pensó podría darse de nuevo sobre sus suelos.