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Por qué no ha ocurrido el 'gran sismo' en brecha de Guerrero en México

De acuerdo con una nueva teoría, los fluidos que quedan atrapados generan menor fricción y evitan la acumulación de energía suficiente como para que haya un terremoto grande.

Diego Carranza Jiménez  | 18.07.2018 - Actualızacıón : 19.07.2018
Por qué no ha ocurrido el 'gran sismo' en brecha de Guerrero en México El Servicio Sismológico Nacional de México indicó que se reportó un terremoto de 7,5 en la escala de Richter en Ciudad de México el 17 de febrero de 2018. (Manuel Velásquez - Agencia Anadolu)

BOGOTÁ, Colombia

Una nueva hipótesis busca responder la incógnita que por años ha generado intriga y preocupación entre los mexicanos con respecto a la posibilidad de un nuevo sismo, de considerable magnitud, en Ciudad de México.

Expertos del Centro de Geociencias (CGeo) y del Instituto de Geofísica (IGf) de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) dieron una explicación a por qué aún no ha sucedido el ‘gran sismo’ en la brecha de Guerrero.

Según un estudio, la capa de gabro (roca ardiente), en la base de la placa Norteamericana, “es poco permeable y no permite el paso constante de agua. Entonces, cuando la placa de Cocos entra (se subduce) por debajo de ella, libera fluidos que quedan atrapados, lo que genera menor fricción, como si se tratara de un lubricante, lo que evita la acumulación de energía suficiente como para que haya un terremoto grande”.

Los registros indican que desde 1911 no ocurre un sismo de consideración en la Brecha de Guerrero, que va de Acapulco a Zihuatanejo, “lo que llevó a los especialistas a estudiar más a fondo esta región”, detalla la Unam en una nota de prensa.

La investigación fue realizada por Luca Ferrari, investigador del CGeo, y Allen Husker, del Instituto de Geofísica, y sus resultados fueron publicados en la prestigiosa revista científica Geology.

Los expertos afirman que la subducción de la placa de Cocos ante la Norteamericana en las condiciones planteadas da lugar a “sismos lentos”. Según ellos, “en lugar de moverse las dos placas en decenas de segundos, el desplazamiento dura de uno a seis meses, por lo que casi no se perciben”.

“El movimiento de la placa de Cocos hace que la placa que está sobre ella (Norteamericana) se ‘hinche’, levantándose decenas de centímetros; luego, con el sismo lento regresa el terreno a la normalidad, en un proceso que dura meses”, afirmaron.

Ferrari y Husker aclararon en su artículo que la razón que presentan “no implica que no llegará un terremoto a la Ciudad de México”, que puede venir de Oaxaca, Michoacán o de una zona fuera de la Brecha.

“Si se generara un sismo similar al de 1985 en la Brecha sería terrible, porque está justo al sur de nuestra urbe”, enfatizó Ferrari.

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