La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Bangladés (NHRC por sus siglas en inglés) pidió este martes a la comunidad internacional llevar al Gobierno de la vecina Birmania a la Corte de Justicia de la ONU por cometer crímenes contra la humanidad en el estado Rakaín.

“Le pedimos a los Estados miembros de la OIC, a la ASEAN, y a los órganos de la ONU considerar llevar el asunto a la Corte Internacional de Justicia”, dijo el líder de la comisión, Kazi Reazul Hoque, durante la Conferencia Internacional de Defensores de los Derechos Humanos en Estambul.

También pidió a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, y a la comunidad internacional, “aplicar presión política sobre el Gobierno de Birmania para encontrar una solución duradera” a la crisis de las rohinyás.

“La solución duradera debe incluir el derecho al retorno a sus tierras ancestrales de manera segura, y digna”, añadió.

“Todos los derechos fundamentales de los rohinyás deben ser respetados en el proceso de resolver la crisis actual”.

Hoque, quien encabezó una delegación de cuatro miembros en una misión de emergencia para encontrar hechos del 9 al 11 de septiembre, entrevistó varios refugiados rohinyás que escaparon a Bangladés, y reportó aterradoras historias de crueldad e impactantes testimonios de brutalidad, incluyendo heridas de bala, quemaduras y torturas físicas.

“Todas estas atrocidades fueron cometidas por los militares birmanos… Esto es una violación extrema de los Derechos humanos, estos son crímenes contra la humanidad”, mencionó.

“Los crímenes en contra de la humanidad solo son posibles cuando el racismo, la xenofobia, y narrativa llena de odio son practicadas extensamente”.

Traumatizados

La delegación para encontrar hechos también encontró que la mayoría de los refugiados, particularmente las mujeres y los niños, están traumatizados, según Hoque.

“Ya no tienen emociones, se preocupan más por seguridad que por comida”.

Señaló la discriminación ubicua en el estado Rakaín, diciendo, “es claro que los rohinyás son sujetos a discriminación religiosa”.

La comisión también hizo un llamado a la acción a varias entidades internacionales, regionales y locales, incluyendo las agencias de la ONU, la Comisión Inter-Gobiernos de la ASEAN sobre Derechos Humanos, la Organización de Cooperación Islámica, y las misiones diplomáticas en Daca que de manera directa o indirecta tengan interés en el asunto.

“Es la responsabilidad inequívoca del Gobierno de Birmania asegurar la protección de los rohinyás que viven en el estado Rakaín, sin importar su religión, o estatus como ciudadanos”, dijo pidiendo el cese inmediato a la violencia y las restricciones al acceso de ayuda humanitaria.

Hoque dijo que Bangladés acoge “cerca de un millón” de refugiados rohinyás, incluyendo los llegados desde el 25 de agosto, y el país intenta manejar la situación a pesar de ser “un país de ingresos medio-bajos, densamente poblado”.

A pesar de estas dificultades, el primer ministro de Bangladés, Sheikh Hasina, dio refugio y se comprometió con extender todas las necesidades básicas a ellos, añadió.

También pidió asistencia humanitaria de emergencia para los rohinyás viviendo en los campos de refugiados e Bangladés.

Escapándose de la violencia

Desde el 25 de agosto, más de 436.000 rohinyás han cruzado la frontera desde el estado Rakaín, al occidente del país, hacia Bangladés, según la ONU.

Los refugiados se escapan de una nueva operación de seguridad en la cual las fuerzas armadas y hordas de budistas han asesinado hombres, mujeres y niños, saqueado hogares y quemado aldeas enteras. Según Bangladés, cerca de 3.000 rohinyás han muerto en las operaciones.

Turquía ha estado a la cabeza en la provisión de ayuda a los refugiados rohinyás, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan habló de la situación que atraviesa la minoría étnica en la ONU.

Los rohinyá, descritos por la ONU como el grupo de personas con el mayor grado de persecución en el mundo, se enfrentan a crecientes temores de ser atacados tras que docenas fueran asesinados, víctimas de violencia comunitaria en el 2012.