El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, asiste a un acto simbólico en el que se destruirán 1.377 armas del terrorismo, las cuales fueron incautadas en su momento a la organización terrorista​ nacionalista vasca Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y a los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (Grapo).

El armamento será triturado para después ser llevado a una fundición para su destrucción final.

Las casi 1.400 armas fueron decomisadas entre los ochenta y noventa a dichas organizaciones criminales. Los artefactos estaban en poder de la Audiencia Nacional.

Según La Moncloa, se van a destruir 697 pistolas, 172 revólveres, 274 subfusiles y el resto son fusiles de asalto, rifles de precisión y escopetas de ánima lisa.

Cabe recordar que ETA fue fundada en 1958, bajo la dictadura de Francisco Franco. Su principal objetivo, como lo indica su nombre, era obtener la independencia del País Vasco (un territorio distribuido entre España y Francia) para crear un Estado socialista.

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Con una iniciativa de “acción directa”, activistas pertenecientes a Ekin, un grupo de estudio universitario, constituyó ETA en 1958, pero fue diez años después, en 1968, cuando la organización optó por la vía armada. Ese año atacó y asesinó a un guardia civil y después al inspector de policía Melitón Manzanas.

Después de esto, ETA fue responsable de varios atentados y asesinatos. La Dirección General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, del Ministerio del Interior de España, calcula que ETA dejó 853 víctimas mortales y varios miles de heridos. El 3 de mayo de 2018 anunció su disolución.