JERUSALÉN

Los palestinos condenaron este miércoles 4 de enero un ataque de colonos de Israel contra un cementerio cristiano en la ocupada Jerusalén Este.

Las tumbas de piedra del cementerio protestante en el Monte Sión, donde los cristianos creen que tuvo lugar la Última Cena de Jesús, fueron destruidas y las cruces derribadas.

“Este no es solo un acto cobarde, sino también repugnante, y es rechazado por cualquier ser humano”, enfatizó Hosam Naoum, el arzobispo anglicano de la ciudad, en una conferencia de prensa.

“Este ataque muestra un claro discurso de odio contra los cristianos en la ciudad de Jerusalén, que rechazamos por completo”, agregó.

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Según la Iglesia Evangélica Episcopal de Jerusalén Este, el ataque fue perpetrado por dos jóvenes el 1 de enero.

Naoum pidió a las autoridades israelíes que lleven ante la justicia a los perpetradores.

“Esperamos que este asunto no se repita porque Jerusalén es una ciudad de lugares sagrados”, indicó.

La Policía de Israel aseguró que se inició una investigación sobre el ataque.

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El presidente del Tribunal Supremo de Palestina, Mahmoud al Habash, señaló en un comunicado que el ataque refleja el "racismo"de Israel.

“Este ataque representa la mentalidad racista y bárbara del Estado israelí, que no diferencia entre vivos y muertos”, agregó.

El grupo de resistencia palestina Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, responsabilizó a la administración israelí “por las repercusiones del ataque de los extremistas israelíes al cementerio cristiano”.

“Este asalto y la profanación de tumbas islámicas y cristianas en Jerusalén revelan la verdadera identidad de los colonos sionistas agresivos contra el pueblo (palestino) y sus tierras, así como sus lugares sagrados”, añadió en una declaración.

*Ikram Imane Kouachi y Aicha Sandoval Alaguna contribuyeron con la redacción de esta nota.